Por Editorial Sudestada
En el CCK, Milei dio un discurso para pocos pero con demasiado odio y violencia
El presidente no inaugura hospitales, no habla en una escuela o universidad, no viaja por el país, y mucho menos pisa un barrio, una calle, una vereda, o un rincón del territorio. Lo hace en “circos” como este, entre españoles y argentinos representantes del fascismo, de la ultraderecha más recalcitrante. Con toda la “orquesta” armada y funcional al odio, la violencia y el desprecio, pero… a sala vacía.
Con lentes, el grito grotesco, -sin mencionar una línea de los jubilados-, leyendo, con aplausos y risas abajo, Milei escupió un discurso fiel a su estilo, y como vergüenza de la historia, cargando contra todos, desde ciudadanos de a pie a legisladores, laburantes, periodistas, medios de comunicación, científicos, sindicalistas, con el insulto y los adjetivos más despreciables para intentar tapar el desastre que está dejando su gobierno en solo 9 meses. Incluso con este textual, “estoy haciendo el mejor gobierno de la historia del país”, frente a una crisis profunda, a otra piña a los jubilados, al índice de pobreza que aumenta de manera abismal como también el de desempleo. Dividió al país en “dos bandos”: “los pagadores de impuestos y los consumidores de impuestos”, y retomó su “teoría” sobre el socialismo y la “libertad del capitalismo”, sin dar demasiados detalles, con un fundamento nulo, pero con las “sagradas escrituras” como cita y como parte de un discurso que denota quién nos gobierna. “El cielo los aplastará delante nuestro”, llegó a decir el presidente…
Y sin sorpresa, en la reunión de “pocos fascistas”, atacó a la Memoria a lo Lemoine: “Si Argentina hubiera hecho las cosas como un país mediocre deberían haber muerto por el COVID 30 mil personas. 30 mil de verdad”. Y como si fuera poco, para intentar “limpiar” al capitalismo del desastre mundial de la humanidad, sostuvo: “Durante 250 años, el capitalismo de libre mercado hizo milagros en el mundo generando una explosión de riqueza tan dramática, que sacó de la pobreza al 90% de la población”. Se ve que para Milei solo el 10% del mundo es pobre, o en todo caso, 9 de cada 10 personas no tienen problemas económicos. Se nota que no pisa un barrio, pero tampoco un país invadido por el imperio, una colonia de los grandes poderes capitalistas, o que -mucho menos- comprende la realidad por fuera de consignas, teorías, y datos falsos como los balances de él y Caputo.
Lejos está Argentina de ese 10% de pobres, porque hoy con suerte solo 3 personas de 10 no está por debajo, roza o toca la pobreza, y 1 de cada 5 es indigente. Algo que ni Milei ni todo ese circo fascista va a mencionar.