Por Editorial Sudestada
¿Se preguntaron alguna vez qué significa este concepto? Cuando se vea esta imagen en la caminata diaria, cuando la frialdad, esperamos nunca, sea capaz de invadirnos sin que nos demos cuenta para que una persona en el estado más vulnerable de todos, se convierta en parte del “paisaje”, el genocidio por goteo logra el cometido.
Primero empobrece, quita recursos, derechos, aniquila toda necesidad básica, excluye, ahoga, estigmatiza, señala, apunta sin mostrarse, y asesina a diario sin la necesidad de disparo ni de mancharse las manos literalmente con sangre. Y cuando la muerte no sucede, convierte a esas víctimas en invisibles con la intención de que no estén por más que las veamos.
El genocidio por goteo es una realidad de la que prácticamente no se habla, no se la nombra. Sin embargo, con solo levantar la mirada, y tener conciencia, podemos ser testigos de una verdad que lastima, que se profundiza, que ahoga humanidades y que las asesina, de una u otra manera.
Genocidio se denomina a la eliminación sistemática o generalizada de un grupo humano. Y como sucede en invasiones, guerras disfrazadas, poderes uniformados contra la población civil, como sucede en cárceles hacinadas y con la mayoría de los presos sin condena firme, o en “campos” en los que llevan a supuestos “terroristas” para torturarlos y que jamás vean la luz del sol, también el genocidio es parte del cotidiano, en el que sin esposas ni rejas, elimina a un sector de la población al que el sistema oprime.
Por esta razón, la del “goteo”, la operación desde las sombras, el dedo que ordena, ejecuta, pero no se muestra, el concepto de “genocidio por goteo” no se nombra, poco se analiza y mucho menos sale en los medios de comunicación. Para abordar una problemática hay que verla y sentirla, y ahí el capitalismo hace lo suyo. Porque cuando algo se convierte en invisible… el silencio acompaña.