Por Zuleika Esnal
La historia de la partisana Claudia Ruggerini
En estos tiempos donde la extrema derecha aflora en todas partes del mundo, es importante recordar a estas mujeres.
Claudia nació en Italia el 1 de febrero de 1922 y dedicó toda su vida a combatir el fascismo. Fue conocida como la partisana Marisa (Su nombre de guerra) A los doce años vio desde la ventana de su casa a los “Camisas Negras”, la brigada asesina de Mussolini, asesinar a golpes a su papá. “Yo creo que fue ahí cuando empezó mi rebelión. Bueno, ahí y en la escuela donde por ser zurda intentaron corregirme para que escribiera con la mano derecha y me negué. Me golpearon mucho, pero no lograron doblegarme” confesaba.
Fue médica y neuropsiquiatra pero sobre todo partisana que era el movimiento surgido contra la ocupación nazi y los fascistas, y en 1943 empieza a ser parte de la resistencia.
Con otros compañeros crearon un periódico clandestino y durante dos años, esta mujer se dedicó a llevar en bicicleta mensajes a otros compañeros, la distribución de prensa clandestina y la entrega de armas a los partisanos.
También logró infiltrarse en la cárcel de S. Vittore, donde consiguió robar información valiosa para los antifascistas. El 25 de abril de 1945, irrumpió con otros compañeros en la redacción del Corriere Della Sera, el diario más famoso, para liberarlo del fascismo y ese mismo día logró que saliera la primera edición del “Nuovo Corriere Della Sera”.
En el 1953 se fue en persona a reclamarle a Picasso que cediera el Guernica para una exposición en Milano. Pablo venía poniendo peros y condiciones y Marisa se hinchó las tetas, se pegó un viajazo y volvió con el cuadro abajo del brazo.
“Más fuerte que el miedo, es el deseo de luchar por la libertad” fue su frase que todavía resuena en cada lucha antifascista.