Por Editorial Sudestada
Sucedió en la línea A del subte, cuando la policía ingresó a la formación para hacer bajar a una persona que no pagó el boleto. “No tengo para pagar, ¿me vas a llevar preso?”, le pregunta el hombre y agrega: “¿A quién defendés?”, cuando le dice a los uniformados- de una y mil maneras- que no tiene dinero para pagar el boleto.
Lo que denota esta imagen es la crisis profunda con una economía devastada, y la poca empatía humana. Porque un hombre les repite y les repite que no tiene dinero para el boleto, y la policía lo trata como un delincuente, solo por el hecho de que “las cámaras lo vieron”.
Esto se repite a diario, y la realidad se torna cada día más cruda, incluso para tener que aclarar que mientras los salarios son saqueados por aumentos en -por ejemplo- alimentos, servicios, transporte, y medicamentos; si una persona salta el molinete es un delincuente. Quizás para muchos evangelistas de la moral, eso es así. Pero cuando tenés que pagar el boleto todos los días, y un porcentaje enorme de tu ingreso se evapora entre viajar, la luz, el gas, el teléfono, y cuando abrís la heladera llorás; tal vez podamos entender que subir al subte sin pagar no es “traición a la Patria”. Lo otro, sí.
Esta es la angustia con la que se vive a diario y a la que el gobierno nacional intenta silenciar. Y por eso mismo continúan en la misma línea, aumentando la pobreza, con miles y miles de despedidos, con pymes que cierran luego de décadas de trabajo, con jubilados con ingresos miserables que se mueren de hambre, con más de 12 mil personas que vienen en condición de calle solo en la Ciudad, con los barrios del conurbano a la deriva, con más del 70% de pobreza en números reales, y con humanidades como la de este hombre que no tiene dinero para pagar el boleto, y además del golpe del sistema perverso y de la crueldad del gobierno, recibe el ataque de la policía.
No es un narco. No es un fugador serial. No está endeudando al país por 100 años. No está secuestrando la comida de los barrios. No está firmando decretos para condenarnos. Se está subiendo al subte sin pagar…
