Por Editorial Sudestada

Ortigoza viene con un largo recorrido en la Justicia por cuestiones de violencia. De hecho fue denunciado por su ex pareja -Lucía Cassiau- por violencia de género, y él denunció a ella, lo que hizo que muchos medios titularan “violencia familiar”. Porque el 27 de agosto pasado la denuncia se hizo efectiva pero el club dejó que continuara en su cargo de vocal, incluso por más que haya sido condenado en 2022, a 2 años y dos meses de prisión en suspenso, por violencia y por amenazar a un empleado del club.

Ahora sale el video, que expone la violencia de ex jugador Argentinos Juniors y la azulgrana, y ahora dirigente de San Lorenzo, y el club inmediatamente le pide la renuncia. Es decir que: ¿hasta que no se ve, no se cree?. Porque Ortigoza fue condenado por violento contra un laburante del club, fue denunciado por su ex pareja en varias ocasiones, y siguió cómo si nada en su cargo. Pero cuando se lo ve como lo que es, así se reacciona, se mira hacia atrás, se toma como “seria” la denuncia por violencia de género y se le pide la renuncia.

Cuando el machirulismo galopante siga repitiendo el “¿Por qué no lo denunció antes?”. Acá un poquito de la respuesta. Porque si el patriarcado no lo ve, no lo cree. Si denunciamos nosotras, no nos creen. Si pasó un tiempo desde el hecho, mucho menos. Si el denunciado es famoso, “buscamos guita y fama”. Pero si un video los expone, o la Justicia los condena -como a Villa y a Darthés- se los raja por la puerta de atrás.

Esta es la violencia del “si no lo ven, no lo creen”, para escudar a la violencia de género, la que tanto el gobierno nacional, como los clubes cuando les parece, o las empresas, o los medios de comunicación, o la televisión berreta; dice que no existe, o ante la primera siempre se duda de la mujer que denuncia. Siempre.

Ortigoza expuesto, no por la denuncia de su ex pareja, sino por este video. Para que no queden dudas, de su violencia, y del “escudo machirulo”.