Por Editorial Sudestada
En la foto son 14 represores, no 13, y una cabellera blanca en el fondo abre otra puerta de las sombras.
Ayer en el Congreso no dieron quórum para tratar el proyecto que investiga la visita a represores, y en el que uno de los proyectos pedía que se expulse de las bancas a los diputados involucrados. Martín Menem, continúa evitando la creación de una comisión investigadora, y el gobierno embarra la cancha para distraer, y responder a lo que Astiz -y la bolsa de genocidas- le reclama.
Arrieta, la del “patito en la cabeza” que nació en el 93, ingresó al Congreso con el libro del Nunca Más, como provocación directa, o para lavarse la cara. A su vez, realizó una denuncia penal en Lomas de Zamora en la que se revelan los chats del “grupo” del bloque de LLA, en la que se menciona a Bullrich como quien dio el “pase libre” para la visita al penal de Ezeiza.
¿Y Villarruel? Llama la atención -o no tanto- que no haga declaración alguna, más aún cuando entre los represores que son 14, no 13, aparece una cabellera en el fondo similar a la de Alberto González, con dos cadenas perpetuas y, entre varios crímenes, autor de delitos sexuales en la ESMA. ¿Por qué lo nombramos? porque es acusado de ser el mentor de la vicepresidenta, en la llamada “escuela del terror”, denunciada en plena campaña electoral. Pero sí está visible Courtaux, otro represor “inteligencia del ejército”, el papá del asesor de Villarruel cuando ella era diputada.
Alberto González condenado junto con el Tigre Acosta
¿Por qué no sale en la foto el genocida del fondo? ¿Es González? ¿Y qué pasa que la vicepresidenta se coloca a la sombra de los acontecimientos?
El gobierno nacional tiene una intención clara. Y el pacto de silencio genocida también. Porque los que se reunen con los diputados -infiltrados de la democracia- no dicen dónde están nuestros compañeros, dónde están los cientos de bebés robados, quiénes fueron y son la pata civil del genocidio, qué buscan, y qué les prometieron los que hoy se sientan en la Rosada.
¿Sueñan con los fusiles, con Villarruel a la cabeza del “operativo”?
