6 meses del gobierno: Abran los ojos, el hambre no es invisible

Por Editorial Sudestada

“Salgamos a caminar y decime si vos ves el 50% de pobres”, sostuvo Francos, el nuevo Jefe de Gabinete que vuelve a provocar y a instalar falsedades para intentar escudar el ajuste siniestro que sufre el pueblo argentino. Lo dice paradójicamente en una entrevista para un medio internacional, sin pisar un solo barrio, sin salir de la jaula de las redes sociales, y del circo liberal.

“Primeros seis meses duros y luego todo mejora”, aseguraron estos impresentables para advertir -incluso antes de asumir- que se venía un ajuste perverso, todo para lograr que el séquito empresarial se enriquezca y para utilizar el Estado para beneficios personales. Ellos no odian al Estado, lo saquean, y para el pueblo lo convierten en ausente y en criminal. 

En estos más de 180 días, sin los decretos sin necesidad ni urgencia aprobados en el Congreso, el gobierno ejecuta cagándose en la democracia, cerrando organismos, recortando presupuestos, anulando la intervención del Estado, promoviendo las privatizaciones, la venta de nuestros recursos. Todo frente a discursos violentos, odiadores, y grotescos. Frente al escudo represivo. Frente a la criminalización de la protesta y de “denominar delincuentes” a quienes salimos a movilizarnos ante el arrebatamiento de todos los derechos del pueblo.

En seis meses los salarios se devaluaron por tres. Los alimentos y servicios de necesidad básica aumentan mes a mes, y la canasta básica que está -para una familia de 4 personas- más de 900 mil pesos, se choca de frente con un salario mínimo vital y móvil de 234 mil. Los jubilados son los principales saqueados por el gobierno y que en base a lo que le sacan a nuestros viejos, dicen lograr el “superávit fiscal”, que además es una gran mentira. 

Miles de despedidos en el sector público y privado. Hambre en los barrios mientras secuestran alimentos en galpones -todavía no repartieron ni una sola caja-. Medicamentos oncológicos sin entrega. Recorte en salud y educación pública. Cierre total de obras públicas. Miles de decretos diagramados en oficinas de Puerto Madero y a través del dictado del Poder económico, que se “tratan” en el Congreso, que se vuelven a reescribir pero que se ejecutan día a día poniendo a la democracia contra el paredón. 

Se ajusta en todas las áreas, en todos los sectores, menos en los salarios de la casa de la casta, que abre aún más sus alas para que ingrese todo el macrismo saqueador, el menemismo del hambre, incluso hasta la familia Cavallo.

Seis meses: El plan es asfixiar al pueblo para que el balance les sonría. Gobernar para los “números” corriendo al costado a la humanidad. Apuntarnos, dispararnos, y “todavía” esperar los aplausos, entre complicidades mediáticas, de la clase política, de algunos gremios que transan, de una parte del pueblo que sigue el libreto de la “esperanza” a la par que sufre una realidad cruda que ataca directamente a todos los sectores.

Anterior

Los Fundamentalistas del aire acondicionado en La Plata: otro rock and roll del país

Próxima

Ángeles Rawson, siempre en nuestra memoria