Fotos: @matisampieriph
Científicos del palo es una banda marplatense que se formó hace 20 años donde se fusionan varios géneros. A 11 años del lanzamiento de su disco La Histeria Argentina, el trio conformado por José Pablo “Pepo” San Martín, Sebastián Quintanilla y Carlos “Popete” Andere, se vuelve a juntar en una gira con entradas agotadas en algunas localidades del país. En diálogo con Editorial Sudestada, charlamos sobre la banda, el contexto político actual y lo que se viene en este nuevo encuentro con el público en Club TRi de Mar del Plata.
Por Natalia Bericat
Si tuviesen que marcar algunos hitos de la banda en esta década desde que están tocando, ¿en qué lugares frenarían que definen a Científicos?
Pepo: Tengo muy poca memoria, pero en el 2004, desde que nos conocemos con Popete, comenzó todo. Ahí salió el primer disco y es cuando empezamos a viajar. ¿Qué grandes momentos? No sé. El primero que se me viene a la cabeza es el del 25 de mayo. No fue el más emotivo para mí, pero sí fue muy importante. Tocar en la fiesta del 25 de mayo, en Plaza de Mayo. No lo disfruté para nada, pero bueno, sí, hay que nombrarlo. La emoción era grande. Había mucha gente. Después, uno que me re emocioné fue cuando presentamos La Histeria en el Roxy, que fue la primera vez que se agotaron las entradas. Ya eran un público de 400 personas en Capital. Me acuerdo que volví del bondi y lagrimeé un poco.
Popete: Después, bueno, la época de La Plata, los inicios acá en Mar del Plata, el primer Gap que también fue muy emotivo. El primer Vorterix. Cuando rondás las 800, 1000 personas.
Pepo: En Plaza de Mayo había 250,000 y yo la pasé mal. Pero a veces tocás para pocos y es muy emotivo. Depende de cómo estés ese día. Seguramente me estoy olvidando de cosas, pero esos fueron momentos importantes para nosotros.
¿Y cómo es volver ahora a tocar en este contexto político y con este disco?
Seba: Es en un contexto de mucha bronca acumulada por lo que estamos viviendo todos y en la intimidad de cada uno en lo cotidiano. Compartiendo cosas, enojándose con nadie, compartiéndolo en historias y en Twitter. Algo que por ahí, no sé, a nosotros nos dan bronca las injusticias que se están viviendo y no poder salir a la calle. Está bueno tener un lugar donde decir, “che, mirá, nosotros pensamos esto de esta manera”. Cuando me llamó Pepo para recordar este disco, que es tremendo, que es la historia de Argentina, y no lo digo porque es tremendo porque lo hicimos nosotros, sino por todo el esfuerzo que significó y las puertas que abrieron con este disco, me pareció genial. Estamos diciendo esto porque pensamos de esta manera, y eso está muy bueno. Ayer tocamos en UNICLUB y fue muy emotivo. La gente cantaba y lloraba. Eso es impagable.
¿Y piensan que esta cuestión de que agotaron todo al toque, las fechas, tiene que ver con el contexto, con que ustedes no tocaban hace un tiempo juntos? ¿A qué se lo adjudican?
Popete: Varias cosas. La catarsis primero de la situación que estamos viviendo y por otro lado que nunca habíamos hecho el disco entero. Si bien lo habíamos presentado y habíamos hecho poner el 70% de las canciones del disco, nunca lo habíamos tocado de corrido. Y estuvo buena la idea. Lo que creo que no nos entran son los trajes todavía (risas). Estamos felices de volver a este hito, de volver a La Histeria Argentina. Contentos también que se haya sumado Seba para la locura esta. Así que, todo felicidad este reencuentro.
En este crecimiento fueron como variando, ¿no? Y Histeria tiene como un sello propio, más político quizás. ¿Cómo se resignifica eso hoy? Porque sentimos que estamos hablando de lo mismo 10 años después. Sentimos que hace dos siglos que estamos hablando de lo mismo en realidad ¿Qué les pasa con ese disco cuando lo escuchan?
Pepo: Lo que quería decir es que en ese momento se empezaba a hablar de la grieta, como si fuera una novedad, un concepto de Lanata. Cuando es evidente que son todos modelos del país desde el inicio. Lo que sí cambia ahora es que, al no estar un gobierno del mismo signo que nosotros, parece que fuéramos más rockeros automáticamente, porque un rockero nunca puede ser oficialista. Como decís vos, son cíclicas situaciones y nos venden como novedad una cosa que ya pasó hace 100 años. Es espantoso y sobre todo, la negligencia de estos muchachos, es exasperante. A veces tratamos de que las cosas no nos afecten tanto. Si viviésemos el día a día la agenda, sería durísimo. Entonces yo como que me apago ahí el cerebro y digo, “bueno, vamos a trabajar”.
Me venía pasando, sobre todo post-pandemia, que no tenía ni ganas de tocar. Tenía ganas de hacer otras cosas. Y ahora dije “está gobernando este chabón y algo hay que hacer”. Es un peligro también, nuestro público se saca mucho en vivo. Hicimos un show en Santana que tuvimos que decir, “muchachos, si van a cantar la Marcha peronista cada 30 segundos me voy a mi casa”. Es como si vas a ver a Silvio Rodríguez y le cantan La internacional, no sé, 200 veces. Silvio hace grandes canciones con letras. Bueno, yo no digo que nosotros hagamos grandes canciones, pero es una banda de música. Sino lleva a que todo se transforme en un acto. La gracia de una banda es no tener un jefe, sino para eso me pongo a trabajar de otra cosa y que me digan lo que tengo que hacer.
Me parece que ahora sí tiene sentido La Histeria como decir, bueno, ahora que no hay uno que piense como nosotros en el gobierno, ahora sí tiene sentido ir y tocar ese disco. Hoy se resignifica volver a tocar La Histeria Argentina. El instante es justo también. Tratamos de ser auténticos y ahora sí me parece que tiene sentido tocar canciones que son re significativas y que es espectacular. Y aparte el hecho de poder tocar el disco todo entero, que la gente ya sepa el orden, que nosotros sepamos el orden de que después de esta canción viene esta. Ahora me dieron ganas de tocarlo de nuevo. Porque la verdad que la situación es espantosa y aparte porque realmente ante una catástrofe de esta magnitud sería un verga, también, si me quedo en mi casa laburando en YouTube.
Seba: Como que la música viene a ocupar ese lugar también. Ya estamos más grandes y decimos” bueno, hagamos esto de vuelta”. Las condiciones están dadas para que eso pase. Pero por ejemplo, el 25 de mayo bajaba hasta la calle en casa a buscar un chori para el locro y había 28 pidiendo en la calle. Y eso también, no te podés hacer el boludo con eso. No podemos seguir viviendo subiendo las fotitos a las redes de la comida y de repente hay un chabón que necesita comer. Y eso no me estaba pasando hace mucho tiempo y me parece que eso es como lo mínimo, que la gente tenga un lugar donde morfar y donde dormir. Por lo menos en Buenos Aires que te caga a palos la realidad constantemente. No digo que en las otras ciudades no, pero ahí como que se ve todo más amplificado. En esta realidad salimos a tocar y decidimos decir lo que pensamos.
Sí, tal cual. Igual creo que tiene mucho de lo popular lo que ustedes hacen y en todos los lugares donde se manifiesta lo popular está pasando esto. Les va a pasar en el show que van a cantar La Patria no se vende. Cada lugar cultural, sobre todo con el ataque feroz a la cultura, se ha convertido en un lugar de resistencia…
Pepo: Nosotros en el macrismo creo que no crecimos ni un 6%. No es que cuando estás de visitante viene más gente. Ahora es una demencia. En Capital agotamos dos shows de casi 500 personas en una semana. Para nosotros, una banda como nosotros es una demencia. Y gente que sigue escribiendo para que agreguemos más fechas. Estamos pensando en un Teatro Flores para más adelante. No sé. Yo creo que es un fenómeno muchísimo más grave el que estamos viviendo con un vocero que todos los días te tira una mala. Creo que también la gracia de ellos es la provocación constante. Son muy limitados. No me quiero poner en un nivel de superioridad, pero como que ellos disfrutan también del enojo del otro y de la gastada.
Somos una generación que se crió desde lo analógico, desde otros formatos y en estos años fue como un cambio revolucionario. ¿Cómo se llevan con eso? ¿Son un poco nostálgicos o usan la tecnología a su favor?
Seba: Lo que tiene La Histeria Argentina es esta cosa del armado de disco, que por ahí en otros discos no lo habíamos pensado tanto. Incluso los segundos que hay entre un tema y otro. Si un tema terminaba fuerte, si había transición, si había algo que quedaba sonando, eso es como que se pensó desde siempre. Pensar en un disco de 16 canciones ahora te parece algo re lejano. Ahora grabás cuatro canciones con alguna banda produciendo lo que sea y parece un montón. Cuatro temas. Y antes nosotros en una semana grabábamos 16 y estuvimos como un año elaborándolo todo para que salga. Hubo diseño gráfico, hubo gente trabajando atrás de todo eso.
Popete: Pensando inclusive, por ejemplo, que coincidiera un tema con lo que era el formato de la década que se estaba hablando. O sea, tenía que ser eso por esa época. También estaba la búsqueda del material, de la información. Íbamos a acercarle libros al chabón (Pepo) todo el tiempo. Ni seis alienígenas leían tanto. Hizo una tarea inhumana. No existe hoy esa impronta humana, digamos. No está la impronta de horas culo, como hacíamos nosotros para inclusive escuchar una canción, que tenías que poner la radio con el cassette con los dos deditos para engancharlo justo que no lo pise el locutor y poder escuchar esa canción. Nosotros hacíamos eso. Y hoy ya es mucho más fácil ese segmento. Pongo Spotify y ya tengo incluso hasta la letra. Y si te ponés a hilar un poco más fino, existen otras aplicaciones que hasta te ponen los acordes de lo que estás escuchando. Y eso creo que se ha perdido bastante. Nosotros todavía somos la última generación de eso. Los que estamos entre el análogo y el digital. Mi hija ya no sabe lo que es un cassette o lo que es un teléfono público. No le importa siquiera.
En esta mezcla, en los últimos discos, que fueron armando de géneros y fusiones, la tecnología ¿fue una aliada?
Pepo: Sí. Nosotros que nos criamos haciendo música en los 90, no teníamos acceso a tantas cosas. A mí me ha pasado, por ejemplo, que hay un tema, el de la Década infame, que como soy vago y no quiero programar una batería, busco un loop. Entonces me apareció un chabón en internet tocando como un género africano y me sirvió. Eso en los noventa era una demencia. Hasta que no le explicabas a tu amigo el loop no se podía. Por eso te digo que bien usado es glorioso. Para mí internet, salvo esta imbecilidad y la cosa de que cualquiera pueda opinar de cualquier cosa, es increíble.
Hay un fenómeno que se generó con La Histeria Argentina que tiene que ver con que de repente los temas entraron a las Escuelas y se utilizaron para enseñar Historia… ¿Qué les pasó con eso?
Seba: Eso es increíble. El otro día encontré una tesis de un chabón que para recibirse de su carrera de comunicación, hizo un análisis de la historia argentina y el lenguaje usado para el concepto de una idea y bajar línea. Es mortal. Más allá de que se usa en las clases y se usa como ejemplo, los pibes terminan escuchando rock y entienden esto. Es algo que por ahí no imaginábamos ni en pedo. Nunca imaginamos que iba a pasar.
Popete: El otro día en el conservatorio estaban dando la clase con la Revolución de Mayo. Y cuando tocamos hace unos días en Antares alguien me preguntó por algo de historia del disco y le dije “preguntale a Pepo. Yo soy futbolero”. El que se puso a estudiar como un loco fue él.
Pepo: En pandemia hice un Zoom para un profesorado de Historia. Y yo encima tengo una memoria tan frágil que si me preguntás ahora qué pasó en el 83 no me acuerdo. En ese momento me enrosqué mucho. Los temas tienen un orden cronológico con los hechos de la Historia Argentina.
Y tuvieron ahí el sello de Felipe Piña que le dio el toque…
Pepo: Hernán Brienza también. Con Brienza tuvimos una muy buena relación. Y Piña la verdad que es un amor. Lo cruzamos en el aeropuerto y buena onda. El chabón hizo un prólogo. Me contaron algunos fans que lo han molestado y él habló muy bien de nosotros. Yo he visto videos de jardín de infantes con nuestras canciones. Me he visto sentado viendo una pantalla en Secundario, en Primaria y hasta en la UBA. Todos los niveles. Todo. Ahí me doy cuenta que soy muy verde porque si vos me preguntás… ¿Qué disco vendimos más? Es ese. Nosotros vendimos una cantidad de copias de ese disco que para una banda independiente es deforme. Hemos sacado tandas y tandas. Miles de discos vendimos. Entonces cuando dije, “claro. Vamos a tocar un show con el disco que más vendimos”. Tiene sentido.
Yo los conocí yendo a ver a Divididos y el público los relaciona muchos con ellos. ¿Qué cosas aprendieron de esta banda que es tan grosa en nuestro país?
Pepo: Yo pasé por todas las etapas. En un momento te llevaban a que eras el “Manaos” de Divididos. Entonces te instalan eso. Nosotros no somos Divididos. Tenemos ciertos códigos, sí, pero también tenemos miles de códigos que no son. Lo mismo que te decía: somos peronistas, sí, pero no es un acto lo que hacemos. Hay que tener cuidado, ¿viste? Entonces, el que te escucha una vez dice, “ah, Divididos”. Lo que pasa es que en nuestro caso, al ser tres, obviamente hay una influencia. Yo cuando loS vi a ellos, lo vi a él, dije, “ah, sí, me voy a dedicar a esto”. Después encima el chabón se copa con nosotros. Yo sigo hablando por WhatsApp con él. Hay una relación, hay amor. El otro día se murió mi viejo, me escribió. Entonces digo, bueno, me ayudó a acomodarlo. Después lo que pasa es que tenés que aprender a hacerte cargo. Yo también, en un momento dije, claro, sí, ¿cómo nos van a relacionar con un trío? El chabón se copó con nosotros mil veces, nos invitaron, yo le invité a cantar 200 mil veces. Entonces también fue un ejercicio de, bueno te lo tenés que bancar.
Seba: Yo incluso antes de ser baterista de esta agrupación, íbamos a las pruebas de sonido, era eso: no hay clase particular que mejore una prueba de sonido. Dos horas para un grupo de pibes que éramos viendo eso. Después la relación fue creciendo. Hay como una onda increíble. Cuando hicimos Justicialista Vol. 1, él (Ricardo) fue muy generoso con todos sus instrumentos y compartió un montón de cosas. Eso está muy bueno. Te ayudan a que la canción suene como vos te imaginaste alguna vez en tu mente y por ahí no tenías los recursos, o decir, bueno, yo hubiera grabado todo con este tambor, porque es mi mejor tambor, pero no, pero “fíjate, gordo, que para este tema por ahí te mejora este sonido” y aprendés un montón, aprendes un montón, porque hay gente que es experta, como Catriel, en ese género, y de repente también le ponés tu sello propio. También no es que es solamente un trío, es como que hay un trabajo también de pistas, de cosas que suenan, capas que suenan al mismo tiempo que estamos tocando nosotros, entonces eso es como que tiene su cosa por ahí más original, me parece que es como el toque propio de Científicos.
¿Y qué otras influencias sienten que comparten?
Pepo: yo escuchaba Hendrix antes que Divididos. Cuando conocí a Mollo dije “ah, se puede ser Hendrix y argentino”. Hay mucho mucho de los Chili Peppers. A mi me gusta componer con el bajo también y para mi el bajo en principio es Flea. También en nuestras canciones hay mucho silencio. Eso es de los Peppers. Después hay cosas del Cancionero de Silvio, de estar atentos a la complejidad de los acordes. Nosotros usamos cosas, un montón de elementos. Ni hablar de Led Zeppelin que es como una banda que para los músicos son los que tocan bien. Nirvana también es otra banda que nos gusta.
Seba: Me parece que hay bandas que te pueden gustar o no gustar, pero coincidís, y que vas ahí a esos lugares a buscar referencias. Después una que nos pasaba mucho cuando andábamos viajando, presentando el Juicio a la histeria, era escuchar música en el auto, escuchar CD. No era la época de Spotify. De repente había cosas que nos gustaban y las escuchábamos hasta el cansancio.
Y pensando en esto, que son una banda marplatense. La identidad local en los discos salió como después… Escucho en la letra la Mula y emociona para los que vivimos acá.
Pepo: ¿Sabes qué me dio la impresión? Que los Chili Peppers hablan de California y hacen una música californiana. Nosotros no hacíamos una música marplatense. Entonces, hicimos un tema llamado Marplatense. Fue como una especie de devolución. No sé. Como que el medio ambiente no me influyó para nada. Los que hacen metal progresivo nórdico, que lo hacen en Noruega, y hace menos ocho grados a las tres de la tarde tocan con esa impronta. Yo no veía ningún paisaje. Nosotros no teníamos nada. Y, bueno, fue como un par en el disco Justicialistas que apareció Mar del Plata.
¿Y qué devoluciones tienen de eso?
Pepo: A veces me causa gracia eso. La página oficial de Mar del Plata tiene un tema nuestro. El tema de Mar del Plata es un castigo a Mar del Plata (risas), es la vida. Dice que no vamos a la playa, salvo Seba. Es una ciudad muy gorila.
Seba: Tiene eso de retratar un poco el paisaje de acá, pero con una mirada como de anti-héroe que es mortal. Y también vienen los que se sienten identificados con eso, con esa parte. También hay como un sonido así, medio de acá. Acá en Mar del Plata hay mucha música. Por ahí, cuando vivís todo el tiempo acá, no la ves, pero uno que va y viene todo el tiempo por todos lados, hay como un sonido. De hecho, para mí, un disco que es medio marplatense, pero por lo que estaba pasando en la música acá en ese momento, es Ante todo buenas tardes, que tiene ese aire ríoplatense. Yo siempre digo que Mar del Plata es un poco como la Montevideo de Argentina. En las formas, como pasa con los autores de acá también, siempre buscan esos ritmos, y por lo menos en una época era la clave, y se escuchaban muchos músicos de acá con ese sonido. El rock local está influenciado por eso. Ahí está retratado.
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