Un 24 de octubre como hoy, pero de 2005, fallecía Rosa Parks.
Medio siglo antes, en diciembre de 1955, Rosa salió de su trabajo como costurera, y estaba cansada. Tomó el autobús National City Lines N° 2857, sin siquiera sospechar que ese día ella cambiaría la historia de Estados Unidos. Se sentó en el quinto asiento a la derecha de la parte delantera del bus para ir a su casa. En el trayecto el bus se llenó y ella continuaba cómoda en su silla.
En un momento, un hombre blanco se subió y al ver que no había sillas se dirigió a Rosa Parks esperando que ella le cediera su asiento. No sucedió. Por la Ley Jim Crow, todas las personas negras estaban obligadas a ceder los puestos de la parte delantera del autobús a cualquier blanco que quisiera ocupar su lugar. Parks estaba harta de tener que ceder el asiento, harta de ceder su dignidad a los blancos. Terminó presa desencadenando protestas en todo Estados Unidos por los derechos de la comunidad negra. Rosa, pura dignidad negra.
Editorial Sudestada