Por Editorial Sudestada
Madre de Plaza de Mayo, y un poco mamá de todxs nosotrxs. Taty, la de la sonrisa estampada, la del puño en alto, y el camino que multiplica. Cumple una de las heroínas más grandes de nuestro tiempo. La misma que cuando se llevaron a Alejandro, salió a las calles a romper todos los esquemas, incluso los propios. La que en la búsqueda entre lágrimas, desesperación e impotencia, encontró a otro Alejandro dentro de un cuaderno con poemas que todavía resuenan y conmueven, y en uno de ellos una poesía hacia esa mamá, la que más de 40 años después siembra conciencias, compromiso y lucha todos los días.
“Si la muerte me sorprende lejos de tu vientre, porque para vos los tres seguimos en él, si me sorprende lejos de tus caricias que tanto me hacen falta, si la muerte me abrazara fuerte como recompensa por haber querido la libertad, y tus abrazos entonces sólo envuelven recuerdos, llantos y consejos que no quise seguir, quisiera decirte mamá que parte de lo que fui lo vas a encontrar en mis compañeros. La cita de control, la última, se la llevaron ellos, los caídos, nuestros caídos, mi control, nuestro control está en el cielo, y nos está esperando. Si la muerte me sorprende de esta forma tan amarga, pero honesta, si no me da tiempo a un último grito desesperado y sincero, dejaré el aliento el último aliento, para decir te quiero.” Alejandro Almeida, compañero detenido y desaparecido en junio de 1975, meses antes del golpe de Estado.
Felices 94 querida Madre, desde Sudestada te abrazamos.