Justicia para Luna: después de 11 años inicia el juicio

Después de 11 años de lucha colectiva, la causa de Luna llega a juicio oral. “Porque el abuso es tortura y dijimos Nunca MÁS. Porque no vamos a permitir más violencia judicial, ni revictimización y porque seguimos construyendo el mundo que queremos habitar, vamos a sostener un juicio histórico que se desarrollará los días 8, 10, 15, 17, 24, 29 y 31 de agosto del presente año. Organizadas y abrazadas por el amor feminista y la convicción de que es por todes, hemos generado un abrazo extendido para cuidar a Yama y a Luna, en este duro proceso. Para que sepan que seguimos fuertes y que nuestra revolución no defiende abusadores”, publicaron desde Mundanas agrupación feminista y desde la Campaña Justicia para Luna. En diálogo con Sudestada, conversamos con Yama Corín, mamá protectora de Luna y la abogada que acompaña la causa, Marina González Rodríguez sobre lo que significa, después de tantos años, este juicio donde se espera condena para el abusador de Luna.

Por Editorial Sudestada

¿Cómo se está organizando este juicio?
Yama Corín: Hay dos instancias de organización que me gustaría destacar. Una es la Mesa Nacional contra el Abuso Sexual, que fue convocada por la diputada Mónica Macha en el Congreso Nacional el año pasado. Tuvo cuatro encuentros durante el año pasado en el Congreso, en el cual confluimos personas, organizaciones de profesionales, de madres protectoras, de sobrevivientes, que trabajamos y luchamos contra el abuso sexual contra niñeces y adolescencias de todo el país o de muchas provincias del país. Este año tuvimos el 5to Encuentro en la provincia de Córdoba, que es un espacio federal y muy importante para estar organizadas.
Y por otro lado, armamos la Campaña nacional de justicia para Luna, que es particularmente una mesa en la cual todas las organizaciones que firman y que están dispuestas a acompañar el juicio y el reclamo de justicia para Luna. Entonces me parece que son dos espacios que dan cuenta de lo que hemos logrado en estos 11 años. En función de la organización y de la lucha y de la transversalidad a la hora de enfrentar este flagelo, este delito, esta violencia patriarcal.

¿A qué te enfrentaste, Yama, en estos 11 años de búsqueda de justicia?
Yama Corín: Pasaron 11 años desde la denuncia, en los cuales nos tocó, tanto a mi hija como a mí, enfrentar infinitas situaciones de violencia por parte del aparato judicial, por parte de la defensa del abusador, por parte de la estructura política en la que militaba el abusador. La única forma de poder hacerle frente a toda esa violencia fue de manera organizada, colectiva y con la convicción de, por lo menos de mi parte, de que la prioridad era poner a salvo a mi hija, creerle, saber que lo que había sucedido no se iba a repetir en lo que respectaba a mis posibilidades y que iba a hacer todo lo que estuviera a mi alcance para ponerla a salvo y después para exigir justicia.
También fueron muchos años de aprendizaje en los cuales nos tocaron favorablemente ser contemporáneas de un proceso donde el feminismo estuvo en alza, en la lucha centralmente, en la lucha por el derecho al aborto legal seguro y gratuito, en el cual no es más que la lucha por el derecho a elegir sobre nuestras vidas. Y esa pelea nos vio fuertes en la calle y dándonos cuenta de la cantidad de otras violencias y de condicionamiento sobre nuestras vidas que este sistema patriarcal nos había destinado a las mujeres, a las disidencias y a las niñeces. Entonces, también, en ese contexto, nos encontramos las mamás protectoras, nos identificamos como tal. Entonces, creo que eso también favoreció a la posibilidad de reconocer que lo que había sucedido, lo que le había sucedido a mi hija, no tenía que ver solo con una tragedia personal, sino con un problema político. Y ese problema político se enfrenta de forma política y eso fortalece.

Maru y Yama en movilización en Morón

Creo que también el hecho de haber construido Mundanas, un espacio en el cual desde la amorosidad y desde la decisión militante de acompañar a otras y de generar dispositivos de acompañamiento a otras mamás protectoras, a otras niñeces y a sobrevivientes, con equipos de abogadas, con equipos de psicólogas, con equipos terapéuticos y grupos, pudimos poner el juego, el arte y la voz de forma colectiva. Yo creo que fueron procesos en el que acompañar aportó a la propia reparación. Cada vez que acompañamos a otras, reparamos un poco nosotras. Entonces creo que esta fue la forma en la que estos 10 ó 11 años transcurrieron y logramos llegar efectivamente a la conquista, que lamentablemente es una conquista, no debería hacerlo, que es el juicio. O sea, el juicio debería ser un hecho lógico, frente a un delito penal, debería haber un proceso de investigación poniendo el foco en la protección a las personas que fueron víctimas y debería ser juzgado y condenado en un tiempo prudente. Eso no es lo que ocurre en este momento, en esta justicia que utiliza el falso síndrome de alienación parental, que es la lógica patriarcal de más bien juzgar a las mujeres que denunciamos, descreer de las palabras de las niñas y generar la impunidad de los abusadores. Entonces, a pesar de esa lógica patriarcal, logramos llegar a un juicio y nos preparamos otra vez de forma organizada, otra vez de forma abrazada por el feminismo, por organismos de DDHH, por organizaciones populares que cada vez más tienen en su agenda la problemática del abuso sexual contra niñeces y adolescencias. Creo que ese es el aprendizaje que hemos dado todos estos años, que se expresa en este caso y que se va a expresar en el juicio, en el cual creo que es muy posible que efectivamente logremos una condena, que no va a ser solo reparatoria para mi hija y para mí, sino para todas nosotras.

¿Qué esperás de este juicio, Maru?
Maru: Del juicio espero que en alguna medida se haga justicia. Espero que haya un buen trato, un trato digno tanto para Luna como para su mamá, que después de tantos años de haber transitado este proceso que les generó malestar, estrés, incomodidad, dolor, angustia, puedan encontrar algo de alivio y que se sientan contenidas, cómodas, más allá de lo angustioso de la situación. Que les pueda servir como para sanar o para reparar de alguna manera.

¿Cómo fue el acompañamiento en estos años?
Maru: En relación al acompañamiento, entiendo que fue un proceso complejo, difícil. Me parece que estuvo en términos jurídicos, pero también políticos, cruzado por una línea, por una intervención en el marco del proceso que está ligada a sectores que no les creen a las víctimas, que no les creen a las madres protectoras, que encarnan defensas de pedófilos, que arman toda una estructura de abogados, peritos y demás para poder hacer un planteo defensivo de los pedófilos. La verdad que, más allá de lo difícil que fue para Luna y para Yama, me parece que poder haber llegado a esta instancia de juicio oral, en el cual nada en el marco de la inmediatez del debate se pueda escuchar a los testigos, tenga también que estar sentado el acusado sometiéndose a la instancia de debate oral. Me parece que es todo un logro y bueno esperamos obviamente que tenga un resultado acorde y satisfactorio tanto para Luna como para Yama.

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