Nuevas paternidades: desarmar lo que aprendimos

En los últimos años, gracias a que se abrieron nuevos debates con el feminismo, se comenzó a hablar del rol de los padres, sus maneras de crianza y sus presencias y ausencias en las tareas de cuidado. La mayoría de nosotrxs crecimos con padres que estaban construidos a partir de determinados mandatos, que influyeron en sus maneras de expresar el amor, el tiempo que compartían con sus hijxs y su mirada de la paternidad con eje principal en el sostén económico. Por supuesto que no todos los padres siguieron el mismo camino, pero sí encontramos muchas coincidencias en las maneras de actuar de una gran parte de ellos.
Sobre esto, desde Revista Sudestada dialogamos con  Diego Pins -especializado en crianza respetuosa- y Matías Criado, -psicólogo, especializado en masculinidades y género- fundadores de Paternando, un espacio en dónde se cuestionan los roles de los padres y los mandatos de género. 

Por Florencia Da Silva

La mayoría crecimos con determinados modelos de padres que se repetían, pero en los últimos años comenzó este nuevo movimiento que impulsa a las nuevas paternidades ¿Qué cuestiones son interesantes pensar en este cambio?
Lo primero que nos gusta nombrar es que el cambio de forma más general y masiva se da gracias al esfuerzo y lucha del movimiento feminista. Antes de eso nos fuimos encontrando con historias que cuentan de papás presentes y amorosos pero son más aisladas. Eran eso, casos aislados y “afortunados”. Ahora, hablando sobre el cambio específico, es muy interesante observar cómo los varones que se involucran comienzan a experimentar cambios que antes solo escuchábamos en las madres. Por ejemplo, la angustia al salir y dejar al bebé, las preocupaciones y los miedos de que le pase algo, el agotamiento en relación al trabajo que implica cuidar y criar a un hijo o hija. 
Otra situación se da en este momento histórico de cambio es romper con los modelos de paternidad previos, que muchas veces fueron muy severos y violentos. Nos interpela nuestra historia como hijos y queremos modificarla. Y al ser padres comprometidos nos encontramos con frases machistas, ya que decirle a tus amigos que no vas a jugar al fútbol porque no querés sobrecargar a tu pareja, genera que tengas que escuchar cosas como “pollerudo” o “dominado”. Entonces vemos que en particular a los varones, les cuesta entender la importancia de cuidar.

Un tema fundamental en la crianza es la distribución de las responsabilidades, y que todas las partes aporten a todo lo que involucra el cuidado 
Nosotros tomamos la idea de que el cuidado y la crianza debe ser responsabilidad 100% de cada uno de la pareja. Poner en juego quién se ocupará de qué tarea en particular, y a sabiendas que ese acuerdo podrá ser modificado en cualquier momento a pedido de cualquiera de las partes. Entendernos como un equipo en el que ambos tenemos que poder ocuparnos de todas las tareas. Vemos que cada vez hay más conciencia sobre la importancia de la corresponsabilidad, pero aún falta un camino por recorrer y que podamos hablar de que esa sea nuestra realidad como sociedad. El cambio de mirada llegó para quedarse, aunque falte camino por recorrer.

Sucede mucho que nos encontramos con varones heterocis que en cierta forma acompañan la lucha pero cuando apuntamos a las tareas de cuidado en su hogar, continúa la desigualdad ¿por qué creen que sucede esto? ¿Qué herramientas existen para construir un cambio?
Los varones creemos que estamos presentes y que realizamos muchas tareas del hogar, porque en general comparándonos con generaciones anteriores que ni se atrevían a cambiar un pañal, nos sentimos más activos. Sin embargo, aún no dimensionamos la carga mental real que implican las tareas de cuidado. Claramente no alcanza con la interpelación de las mujeres. La concientización, el juntarnos entre varones para hablar sobre estos temas incómodos, es la mejor herramienta que tenemos para incorporar la empatía y la responsabilidad en los varones en el cuidado de hijes, de adultxs mayores y de todas las tareas del hogar.

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