“Sigo esperando que algún día entre por la puerta”

Desde su refugio y lugar en el mundo, charlamos con Cristina, madre y guerrera del Flaco, como le gustaba llamarlo a su hijo #FacundoCastro durante sus interminables mateadas. Con el dolor en carne viva, pero con la certeza de que la lucha colectiva sana un poquito de tanto dolor, conversamos de este año sin el Facu, de su militancia política en jóvenes y memoria, del continuo hostigamiento policial y la causa judicial que avanza gracias a la lucha incansable de sus abogados. Porque no nos olvidamos que los dejaron solos cuando la bonaerense de Sergio Berni ahogó los sueños de un pibe de 22 años. Por acá, apuntamos esto:

Un año después
“Yo siempre vivía en una burbuja, lo que yo sabía lo sabía por Facu, él era el único que hacía política, él era el único que estaba en Jóvenes y Memoria, él era el único que estaba en Semillero Cultural y él contaba todas estas cosas. Justamente ayer reunidos con el grupo del Semillero y los profes, hablábamos de que poco hicimos. A su vez ellos hicieron grandes cosas, ayudaron a que nuestros chicos pensaran y supieron sus derechos pero que poco hicimos cuando eran menores de edad y la bonaerense se los llevaba arbitrariamente a la comisaría. Los levantaban porque estaban en el ferrocarril que era su lugar, ahí practicaban la batucada tenían su semillero, y los íbamos a sacar de la comisaría los profes, las mamas, y capaz que traíamos chicos que no eran nuestros, pero los íbamos a sacar de la comisaría. Hoy que tenemos otra edad y nos han pasado tantas cosas nos hace ver que poco hicimos en ese momento que no denunciamos, podíamos haber denunciado, haberlo hecho visible. Y no lo hicimos, nos quedamos, y nos vamos a lamentar toda la vida”.

El Flaco
“Facu era peronista, le importaba todo lo que era la conciencia social, le gustaba todo lo que era el Semillero, ni hablar de Jóvenes y Memoria, tantos encuentros y los viajes a Chapadmalal, él venía empapado con todo eso. Y yo tuve que volver para atrás en el tiempo, acordarme, no solamente hacer memoria de todo lo que vivía, sino también de las enseñanzas que nos dejó, poder entenderlo de por qué hacia todo eso, su ímpetu, sus ganas de que todo cambiara, el Nunca Más que prodigaba tanto, que tiene q ser nunca más en serio. La última lucha de Facu que recuerdo fue la de #SantiagoMaldonado, él me explicaba y yo le preguntaba por qué tiene que movilizarse hasta allá a pelear por algo que no le corresponde. Y él me decía que sí, que a todos nos correspondía, a todos los argentinos, porque nadie tiene derecho a sacarle sus tierras a los originarios de ahí y merecen respeto.
Como mamá lo sigo esperando a que algún día entre por la puerta. Yo sé que no es así, me tuve que hacer esa idea fea que se tuvieron que hacer otras madres también, de que hagamos lo que hagamos nuestros hijos no van a volver. Yo para ver a mi hijo tengo que ir a un cementerio. No quiero que ningún papá vuelva a pasar por lo mismo. Y desde ahí nace nuestra lucha y nuestras “Mil flores para Facu”. Que no vuelva a pasar nunca más. Hoy comprendo muchas cosas que antes no entendía, el flaco lo decía, Nunca Más en serio.
El dolor lo vamos a llevar siempre, después uno elige si se quiere tirar en una cama y quedarse ahí, aunque a veces necesitamos hacerlo y sacarnos toda esa tristeza, pero después el mismo dolor te dice “pará, levantate, tenés que salir”. Llega un momento en que pensamos que te mataron en vida, cuando te das cuenta de que no, que lo que te mataron son los miedos, ya no le tenes miedo a nada, ya está, listo, salís y la peleas como sea donde sea, te duele el dolor del otro, ahí te das cuenta que lo que te mataron fueron tus miedos y lo único que queres es justicia para todos, transformamos ese dolor”.

La lucha
“Entendí que las luchas son colectivas, entendí de lucha, entendí de empatizar con el otro, entendí de poder brindar mi apoyo al otro como sea. Me pasa que estuve como un mes tratando de conseguir un teléfono, sentía una desesperación dentro mío de comunicarme con el papá de #Tehuel para decirle acá estoy, su desesperación es la misma que tuve yo en su momento. Tuve muchas charlas con esos familiares, a los que estoy eternamente agradecida por haberme mostrado como era esto, porque yo empecé a buscar a mi hijo sin saber con todo lo que me estaba enfrentando, ellos me han abierto los ojos.
La clase política deja mucho que desear, empezando por Villarino donde yo vivo, donde hasta el día de hoy se nos sigue atacando, se nos sigue amenazando. Nosotros estamos firmes, creemos en nuestras convicciones. A nivel provincial yo no puedo creer que haya gente de política que haga las cosas que hacen, pero no me tengo que olvidar que vivimos en Argentina, hay casos emblemáticos que han marcado como la política argentina hace la mirada al costado y son cómplices de todos estos asesinos que encubren, en vez de investigar, atacan, que es lo que nos pasó también a nosotros.
He cambiado la forma de ver, de pelear la vida y de ver la realidad. En realidad nos hemos alejado de muchísimas personas que decían ‘por algo le habrá pasado’, nadie sale buscando la muerte, nadie tiene derecho sobre la vida del otro. Aprendimos a respetar la vida, aprendimos de lucha. No nos concentramos en el pedido de justicia por Facu, queremos que haya justicia para todos los casos.
No nos dejan caer los amigos de Facu, los grupos de derechos humanos, los grupos de hijos y hermanos, nos acompañan. Norita Cortiñas fue lo más grande que me ha tocado encontrarme dentro de esta desgracia. Me han acompañado Viviana Alegre, Sergio Maldonado, el ejemplo que he seguido de la mamá y hermana de Luciano Arruga, el ejemplo de Don Mario Salto. Día a día me mandan un mensajito y una palabra de aliento, me ayudan a transformar las energías y decir vamos para adelante, para atrás ya dolió bastante”.

La justicia
“La causa judicial está avanzando a pasos agigantados, tenemos dos fiscales que tienen ganas de trabajar, que tienen ganas de investigar y que le están poniendo el cuerpo y se están topando con una pared. Nuestro segundo obstáculo a vencer es la doctora María Gabriela Marrón, la jueza de la causa, porque se ha seguido investigando, se ha seguido pidiendo pruebas, elementos probatorios que la jueza nos está denegando todo el tiempo. Cada vez que necesitamos algo lo tenemos que pelear y en vez de investigar como corresponde y como debería hacer la justicia, estamos peleando con la jueza, que a su vez nos traba muchas cosas”.

La bonaerense
“Todo el tiempo nos estuvieron hostigando y vigilando, al minuto que nos movemos estamos llenos de patrulleros. Nos ha costado mucho movilizarnos, mis abogados les ha costado mucho continuar su trabajo porque cada vez que salíamos quedábamos rodeados de patrulleros. Asimismo las cosas que van apareciendo. A una de las policías nombradas en la causa de Facundo le encontraron muchas fotos mías, fotos que habían tomado, como capturas de pantalla de mi facebook. Y me llama mucho la atención las fotos en donde las sacaron, hemos tomado precauciones frente a ello porque pueden poner en peligro la vida de esas personas, porque ellos no se fijan, ellos matan. También los amigos de Facundo sufrieron hostigamiento de la policía cuando estaban haciendo delivery. Y de la parte política de Villarino también nos han hostigado por unas pintadas reclamando justicia por Facundo, los amigos de Facu han recibido denuncias, cartas documentos con multas de 220 mil pesos. Y desde “Mil flores para Facu”, también han recibido amenazas.
Ellos se creen impunes. Nosotros acá estamos a 120 km de Bahía Blanca y de Carmen de Patagones, en Villarino tenemos 120 km para cada lado, donde sólo tenemos la policía bonaerense, no hay otra fuerza. Vos acá si tenés que denunciar algo es en la policía bonaerense, entonces ellos tienen 120 km donde hacen y deshacen a su antojo y eso les hace sentir impunes. La clase política trabaja en conjunto con la policía bonaerense, por eso se creen impunes y están acostumbrados a hacer las barbaridades que hacen y que no haya denuncias y que nadie se meta, es así. Tuvimos que aprender a enfrentarnos a todo eso. Con nosotros toparon en pared. El que nada debe nada teme, dicen. Nosotros somos gente laburante, no sabemos delinquir, entonces como no tienen de dónde agarrarnos nos hostigan y nos persiguen. No han logrado quebrarnos. No lo van a hacer ni aun desapareciéndonos un testigo, que estuvo desaparecido durante 12 horas. Han tratado de mil formas de amendrentarnos”.

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