Yama Corin es arteterapeuta, militante feminista, fundadora de Mundanas Agrupación feminista y mamá protectora. Ella y su hija Luna llevan 10 años de lucha contra la justicia patriarcal que no reconoce el abuso sexual en la infancia por parte de su progenitor. “Les niñes que hablan no son creídes y las mujeres que denunciamos somos castigadas”, expresó en exclusiva con Revista Sudestada.
Caso Luna: 10 años de justicia patriarcal
“Yo detecté que mi hija fue víctima de abuso sexual por parte de su progenitor cuando tenía 9 años. Esto fue hace 10 años. Decir que existe un proceso judicial abierto que lleva 10 años es una muestra que no necesita mayor detalle de lo injusto que es, porque sostener un proceso implica un costo altísimo.
Desde el punto de vista económico deja afuera una gran cantidad de mujeres, y por otro lado lo emocional, porque implica enfrentarse a un sinfín de situaciones de audiencias, de escritos, de violencia y de revictimización constante.
Mucho tiempo peleé para que mi hija fuera escuchada en Cámara Gesell, porque era su derecho. La cámara Gesell es un espacio cuidado para niñes que atraviesan procesos judiciales porque deben ser entrevistades por una profesional psicóloga, es un dispositivo que queda grabado para que frente a un juicio oral les niñes no tengan que volver a contar la misma situación. A Luna se le negó este dispositivo, pasó desde sus 9 años hasta sus 18 años sin ser oída en Cámara Gesell. Ella finalmente declaró como adulta, entrevistada por fiscales y no por una profesional psicóloga, lo cual hace que el diálogo tenga otra característica.
De todos modos, ella se la recontra bancó, pudo contar absolutamente todo lo que vivió y después de esa declaración en la que creíamos que estábamos para efectivamente ir a un juicio, la Fiscalía pide una nueva pericia, cuando ya había sido periciada antes de declarar. Era realmente innecesaria esa pericia. Luna se negó y a partir de esa negativa la fiscalía mandó el expediente al Ministerio Público Tutelar para que hiciera una elaboración pericial científica del expediente y de su declaración. Ese informe establece una lógica de lo que denunciamos como el falso Síndrome de Alienación Parental, que dice que lo que ella dijo es un falso recuerdo inculcado por su madre”.
¿Qué es el SAP?
“El falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) fue elaborado por Richard Garner, un pseudopsiquiatra norteamericano, un pedófilo confeso y un defensor del abuso sexual en la infancia como minoría sexual oprimida, con una activa militancia sobre la pedofilia. Lo que hizo fue establecer una estructura del supuesto síndrome que dice que frente a divorcios controversiales uno de los dos adultos cuidadores establece una violencia de falsas situaciones sobre el otro. Sostiene que en general las que solemos estar en esa posición somos las mujeres.
En Argentina todas las escuelas de psicología se han pronunciado contra el SAP, pero la justicia lo aplica porque la lógica es profundamente patriarcal al igual que la institución de la justicia. Se basa en una fuerte misoginia, es el descreer en las mujeres que denunciamos y sobre todo en lo que llamamos “adultocentrismo”, esto que hace que les niñes no sean personas sujetas de derechos sino que sean cosas en donde su voz no es tenida en cuenta. El SAP funciona porque la lógica patriarcal sigue existiendo. Les niñes que hablan no son creides y las mujeres que denunciamos somos castigadas. Es un peligro que muches niñes quedan en manos de sus abusadores, e incluso alejados de sus mamás, hay un problema profundo que es de derechos humanos”.
El rol docente y el ASI
“La mayoría de los casos de abuso sexual en las infancias se dan en el ámbito familiar, muchas veces son los progenitores, tíos, abuelos, que viven en sus casas. Las escuelas son un lugar que habitan obligatoriamente y allí el abuso puede ser abordado, a lo mejor es la única salida de ese niño o niña. Entonces las herramientas de les docentes son claves. Muchas veces son les docentes les que salvan a les pibes de situaciones de abuso, pueden llamar a la mamá, pueden empezar el circuito. Les niñes habitan las escuelas, son sus lugares y también deben ser espacios donde se garanticen sus derechos”.
La urgencia de la reforma judicial feminista
“El hecho de que el feminismo esté tomando la consigna de la reforma judicial feminista es ver esta realidad: la justicia como casta patriarcal impune y la responsabilidad del Estado de conjunto. Hay que empezar a pensar dentro del feminismo y transfeminismo cuál es ese contenido que le damos a la reforma, hay que discutir a fondo, hay que llenarla de contenido.
Debería haber algún tipo de organismo veedor o controlador de los fiscales y los jueces porque no se avanza y no condenan. Hay millones de casos que no llegan a la posibilidad de avanzar. Tendría que haber algún tipo de organismo que controle los fallos cotidianos que tienen los fiscales y jueces y con qué perspectiva se hacen, tienen que tener miedo. También la capacitación es clave, como el presupuesto efectivo, con equipos interdisciplinarios para las mamás protectoras y para los docentes a la hora de denunciar, porque son los adultos que sostienen, tiene que haber dispositivos del Estado para acompañar las denuncias los tratamientos, los espacios y eso es presupuesto.
Y para pensar más profundo, no pueden estar las causas de abuso en un fuero que se llame familia, porque la familia como la contempla y la constituye el patriarcado es un núcleo por defender. Cuando se trata de un abuso por parte de un progenitor se tiene que entender que no hay familia. Ese fuero implica que tiene que reconstruir los miembros de esa familia, esto implica revincular niñes con sus padres progenitores abusadores”.