A 37 años de la Masacre de Budge: A los pibes los mata la policía

Por Editorial Sudestada

Aquel día la policía Bonaerense asesinó a tres pibes: Oscar Aredes, de 19 años, Agustín Olivera, de 26, y Roberto Argañaraz, de 24. Sucedió en la esquina de Guaminí y Figueredo de la localidad de Ingeniero Budge. Estaban tomando cerveza. Fueron ejecutados, y este hecho es conocido como el “primer caso de gatillo fácil”.
La violencia estatal no cesa. En agosto del año pasado Correpi brindaba los datos de casi 9 mil personas asesinadas por uniformados. Las víctimas en su mayoría de los sectores vulnerables, pobres, morochos, villeros, laburantes. La clase trabajadora apuntada en cualquier esquina, con los verdugos de cualquier destacamento y patrulla, pero con el mismo odio, desprecio y violencia.
Las víctimas aumentan a diario. Sin embargo en la agenda mediática estos datos pasan de largo, y en la mayoría de los sectores se fomenta “el orden” y “la lucha contra la inseguridad”, sin poner sobre la mesa el rol de las fuerzas de seguridad, y muchos menos esta problemática, ni hablar del hambre, la miseria, el genocidio por goteo, y el hostigamiento a los pibes en todos los barrios. Y que por salir a protestar -que es nuestro derecho- nos llamen delincuentes, con todo el peligro que eso conlleva.

El gatillo fácil, la violencia policial, los abusos de poder, las torturas en las comisarías, los “falsos” suicidios en los calabozos, las “armas plantadas”, las persecuciones ilegales, el hacinamiento y las violaciones dentro de las comisarías, la violencia hacia pibes y pibas con visera y casaca de fútbol, son parte de un combo siniestro que pareciera estar invisibilizada, o al menos “bien escondida”. Y es una enorme deuda de la democracia.

¿En qué nos han convertido para que desde los medios cómplices y funcionales, y desde ahí a la opinión pública, se naturalicen los asesinatos de las fuerzas de seguridad? ¿De qué forma podemos comprender que a Chocobar lo alcen como un “héroe”? ¿Qué poder se les está dando hoy a los asesinos que están a punto y demasiado cerca de “blanquear” su impunidad?

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