Por Editorial Sudestada
Avanza la causa penal contra la Ministra de Capital “Inhumano” por no entregar alimentos a los barrios con un recorte cruel y siniestro. La fiscala Paloma Ochoa, le dio un plazo de 10 días para que presenten el informe, que precisen dónde están los fondos para los alimentos, mientras desde el gobierno niegan los recortes, estigmatizan a los comedores, y en los barrios se revuelven contenedores para poder comer. La decisión de Pettovello -como cara visible- afecta a más de 4 millones de personas en todo el territorio nacional.
“Que vengan de a uno acá”, había dicho Pettovello desafiante ante los primeros reclamos por comida. Sí, por comida en los barrios. Al otro día había una fila de más de 10 cuadras esperando la reunión con la Ministra, pero claramente las puertas jamás se abrieron. Y ante los reclamos en las calles de organizaciones sociales y de ciudadanos de a pie, salieron a reprimir con la violencia uniformada como escudo ante el hambre y la miseria.
Hoy en las calles se movilizan organizaciones para volver a pedir que se entreguen los alimentos que el gobierno guarda, y la Justicia “espera” una respuesta por parte de quienes deciden que el hambre se multiplique, con el argumento de “se roban la comida”. Cuando creemos que no hay manera de ser más miserable, estos personajes de la peor calaña se superan día a día. Y mientras se ríen y disfrutan de que millones de personas revuelvan los contenedores para poder comer, la Ministra acusa “ataques de pánico” y se va a retiros espirituales para “estar mejor”.
El tema principal acá no está en la decisión cruel que implantan desde el gobierno, sino en nuestra respuesta ante lo que sucede. ¿Cómo es posible que no se entreguen alimentos desde el 10 de diciembre y el gobierno ni siquiera tiemble ante la realidad? ¿Qué costo tienen por todo el atropello constante que disparan contra el pueblo? ¿Qué costo hay sobre esta “promoción” y ejecución del hambre en todos los barrios?
