Por Editorial Sudestada
La Ministra Pettovello afirmó que “entregará” los alimentos secuestrados a las escuelas
Otra maniobra más. Porque es tanto el desprecio por los barrios que el fascismo no se resigna, y a los comedores no les van a mandar nada. Por orden de la Justicia tienen que liberar los alimentos secuestrados, que muchos se vencen en los próximos días, pero no. El gobierno nacional -que se ríe del hambre y festeja el desempleo masivo- vuelve a patear la pelota afirmando que van a entregar los alimentos pero a “escuelas vulnerables”. No existe ni un solo detalle del plan de distribución, de hecho no se sabe cuáles son dichos establecimientos educativos.
Tercer día consecutivo sin conferencia de prensa de Adorni. El que calla otorga. Un Ministerio de Capital InHumano con sobresueldos, con rugbiers ñoquis, con renuncias y renuncias entre aprietes, y la renuncia de Pettovello -ya solicitada varias veces por ella misma- que Milei no acepta. Más de 6 millones de kilos de alimentos retenidos desde el 10 de diciembre.
Frente al hambre la crueldad, frente a las pruebas nuevas mentiras, frente a la realidad chivos expiatorios y más excusas, todo para seguir por la rienda perversa de guardar comida para que a los barrios no les llegue nada, o en todo caso “sus narcos” se hagan cargo.
A su vez, en las peores semanas del gobierno nacional, el presidente sale con su discurso grotesco a lo “Terminator” o “mesías apocalíptico”, que nos lleva a una reflexión profunda de cómo es que llegamos a esto y hasta dónde llegaremos.
En el mientras tanto, el hambre abunda, los barrios están a la deriva, porque no es solo alimentos, sino también obra pública, medicamentos, asistencia a las salitas de emergencias y escuelas públicas, y todo un tsunami que viene llegando cuando corren al costado al Estado y la realidad abre paso.
¿Por qué no entregan los alimentos? Han “brindado” tantas respuestas, una peor que la otra, una que pisa a la otra, una más cruel que la anterior, que lo que desmenuzamos es lo repetido miles de veces: buscan el hambre y la miseria planificada. Y a los comedores, a los pibes, y al pueblo: nada.
