Por Editorial Sudestada
A 5 años de la Masacre de Mont
En la madrugada del 20 de mayo de 2019, en San Miguel del Monte, un grupo de amigos salió a dar una vuelta en el auto, y un patrullero comenzó a seguirlos. Se sumaron dos móviles más y empezaron a disparar. En el Fiat 147 Spazio viajaban los chicos. El auto perdió el control e impactó contra un camión que estaba estacionado. Aníbal de 22 años, Danilo y Camila de 13 años, y Gonzalo, de 14 años, fallecieron. Rocío Quagliarello, sobrevivió a la masacre.
La policía y la impunidad con la que salen a cazar todos los días. La lógica de la delincuencia con chapa y uniforme, el manual con el que operan, y el resultado: 4 pibes asesinados en plena calle.
Cinco años después los asesinos están condenados a perpetua, pero a María Eugenia Vidal nadie la nombra, como tampoco a los orquestadores de la bonaerense “macrista”. En aquellos años -como ahora- desde el gobierno se promovía la violencia policial, se aplaudían los disparos por la espalda -Chocobar-, se levantaban las banderas de la impunidad, y “a la policía, todo”. Y así fue que esa noche unos cuantos uniformados salieron de cacería. Salieron a matar a pibes de entre 13 y 22 años que daban una vuelta por el pueblo. Los mismos que se apoyaron en la mafia policial que pretendió encubrirlos y bajo el ala del gobierno de turno.
En Monte nadie se olvida, acá tampoco. Porque a los pibes los mató la lógica delictiva de las fuerzas de “seguridad”, con autonomía total para decidir la vida y la muerte de los que se cruzan a su paso. Los mató un Estado que aplaude y estimula acciones de este tipo, felicita prácticas de “gatillo fácil” y respalda con impunidad los crímenes de los uniformados. Los mató estos asesinos que están entre rejas, y los que “pagaron” por quedar afuera del juicio y de la opinión pública, como Vidal y compañía.
