De cómo una Paloma fue capaz de volar, aún llevando a cuestas un Elefante

Autoretrato con collar de espinas y colibrí (1940)

¿Es valiosa una mujer sometida por un hombre violento?
Una mujer que ahoga sus penas en el alcohol
Que vive postrada en una cama sin poderse levantar
Incapaz de solventarse económicamente
Infertil
Una mujer dañada por todo y por todos.
Evalúenlo ustedes. Me estoy refiriendo nada más ni nada menos que a Frida Kahlo. 

Por Carola Hs

“El arte más poderoso de la vida es hacer del dolor un talismán que cura, una mariposa que renace florecida en fiesta de colores”

Frida Kahlo

Kahlo nació en 1907, aunque le gustaba decir que el año era 1910, para que su nacimiento coincidiera con la revolución de su país. A los seis años contrajo poliomielitis, enfermedad que le provocó una renguera y dolores crónicos de por vida. Hay quienes dicen que estos síntomas no se debían a tal enfermedad, sino a otra de nacimiento, pero que sus padres prefirieron hablar de polio, que era común en aquella época, para evitar el estigma de algo peor. 
Es posible que sus limitaciones físicas hayan dificultado su relación con sus pares durante su escuela primaria, pero ya en el secundario logró formar un grupo de rebeldes, que luego se convertirían en grandes intelectuales, y a partir del cual ya comenzó a forjar sus ideas anti sistema. Kahlo era una alumna brillante y pensaba dedicarse a la medicina, cuando sufrió un accidente tremendo que cambiaría el curso de su vida por completo. De concentrarse en los deportes para superar las secuelas de su enfermedad previa, pasó a quedar postrada en una cama durante meses con la columna fracturada en tres sitios. 
Su amor por el arte fue herencia de su padre, fotógrafo. Pero fue su madre quien ideó el atril con espejo adaptado a su cama, y que sin duda le permitió no sólo sobrellevar su padecimiento, sino encauzar su lucidez en algo posible.   

Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida: uno es del tranvía, el otro es Diego. Diego fue el peor de todos
Frida comenzó a interactuar con Diego Rivera en reuniones políticas del Partido Comunista. Ella ya lo había visto tiempo atrás pintando un mural en su escuela secundaria y había quedado obnubilada. Pero fue recién entonces cuando Frida lo confrontó. Contó él más tarde: “No lo supe en ese momento, pero cuando Frida me llevó de la mano a su habitación e hizo desfilar ante mí todas sus pinturas, ella ya se había vuelto lo más importante de mi vida”. 
Ella se enamoró perdidamente y él dijo amarla. 
“¿Por qué le llamo mi Diego? Nunca fue ni será mío. Es de él mismo…”
Se casaron en 1929 en una ceremonia que prefiguraría el resto de la relación: fue llevada a cabo en la terraza de Tina Modotti, ex amante de Rivera, y el catering encargado a Lupe Marín, su primera esposa. Marín, en un determinado momento, levantó la pollera de Kahlo para exponer sus piernas flacas y discapacitadas con la intención de humillar en realidad a su ex marido por medio de su “nueva conquista”.
Rivera, por su parte, entrada la noche, se emborrachó y comenzó a disparar al aire. Su flamante esposa intentó detenerlo y él la rechazó empujándola y haciéndola caer al piso. 
El contraste entre el destrato de Diego frente a la adoración de Frida es notable. Le escribió ella en otra ocasión: “Yo, que me enamoré de tus alas, jamás te las voy a querer cortar”.
Se dice que tuvieron una relación abierta. La realidad es que él comenzó por engañarla y ella decidió igualar la ecuación. Así lo expresó la propia Frida: “¿Cuál es mi camino? ¿Esperarte? ¿Olvidarte? ¿Hacer lo que tú haces, ir de los brazos de uno y de otro, hoy dormir con alguien y mañana con otro diferente?”. Esta “igualación” -que podríamos pensar si es tal, dado que no fue una elección libre por parte de Frida, sino más bien una resignación frente a la imposibilidad de una relación monógama con él- no fue bien tolerada por Diego, que en una ocasión corrió a tiros a uno de los amantes de Frida.
Se divorciaron en 1939, cuando Kahlo no pudo soportarlo más. De aquella época se destacan frases maravillosas:

“Lo quise hasta que mi dignidad dijo: no es para tanto”
“Yo le duro lo que usted me cuide, yo le hablo como usted me trate y le creo lo que usted me demuestra”
“Si usted me quiere en su vida usted me pondrá en ella. Yo no debería estar peleando por un puesto.”

“Diego y yo” (1949)

Sin embargo, un año después la dependencia emocional logró vencer y se volvieron a casar.
Al momento de entablar su relación -con Diego-, ella era una pintora veinteañera desconocida con la salud deteriorada y la necesidad de tratamientos muy caros. Él, un famoso muralista muy bien pago que la doblaba en edad, y también en tamaño (de allí las figuras del elefante y la paloma). Hay varios elementos y episodios en la pareja que revelan que claramente no se trataba de una relación tóxica como se la suele nombrar, sino de violencia de género en toda regla. 
La “violencia doméstica” o “violencia de pareja” no se define en función de cuántos golpes o maltratos recibe cada quien, sino por la relación de poder entre las partes. Cuando se nombra concretamente al género como variable, se está considerando una estructura específica que, por medio de violencias institucional, mediática y simbólica existentes en una sociedad, amparan las violencias psicológicas, económicas y físicas que pueden darse en casos particulares contra el género oprimido, dentro o fuera de una pareja. Dicho de otra manera, la cultura disciplina a los sujetos de modo tal que ciertos tipos de violencia sean aceptados e internalizados.  
“Te quiero más que a mí misma y no sé ni qué hacer sin ti, hasta que no ahueque el ala te querré”, le escribió Frida a Diego en una carta, durante el tiempo que duró el divorcio. A lo que él respondió: “Queda usted autorizada para sacar de mi casa los objetos que juzgue necesario y para depositarlos en donde le parezca más conveniente”…(“puede usted hacer sacar de mi casa, inclusive la totalidad de los objetos”).
Frente a este diálogo, existen interpretaciones que hablan del amor incondicional de Rivera a Kahlo. Dicen que buscó mantenerla económicamente como una forma de cuidado frente a las necesidades de ella. Es posible que estas interpretaciones desconozcan el concepto de “violencia económica” (ejercicio de control por medio del dinero) y reproduzcan, una vez más, la misma violencia simbólica. 
Quizás haya otra escena que dé cuenta más claramente del uso de esta violencia: 
Frida, consciente del poder del dinero, en una ocasión, y poco antes de su divorcio, pidió dinero prestado a la actriz Dolores del Río para costear un tratamiento que necesitaba. Más tarde tuvo que disculparse por no poder pagarle (recordemos que sus cuadros no cotizaban lo que lo hacen en la actualidad). Diego, al enterarse, sin pedir autorización a ella y estando divorciados, decidió saldar la deuda. 
Cabe destacar que quienes controlan a sus parejas por medio del dinero, son capaces de otorgar los mayores lujos, sin jamás ceder el control sobre la decisión del uso del dinero. En este caso, puede pensarse que frente al intento de Frida por abrir una vía alternativa para solventarse, Diego viene a obturarla, demostrándole su incapacidad de hacerlo y lo necesario que le es él. 
Si se trata de un acto de amor o, en cambio, de una mostración de su propia potencia es imposible saberlo. Pero no olvidemos que para ese momento el tratamiento ya había sido efectuado. 
El uso del dinero como método de control en reemplazo de un amor genuino da para un análisis mucho más profundo de lo que permite este artículo, pero cabe destacar que la propia Frida pareció haber también confundido estos términos en algún momento de su vida, como suele suceder en este tipo de relaciones: “Jamás en toda la vida olvidaré tu presencia. Me acogiste destrozada y me devolviste íntegra, entera.” ¿No es acaso lo mínimo esperable que un marido aporte los medios necesarios para los cuidados de salud de su esposa cuando él los posee en exceso y ella los necesita, sin que esto suponga un vasallaje por parte de ella?
Diego, por su parte, parece haber sido bastante consciente de sus maltratos: “Le di tan mala vida a Frida Kahlo que lo mejor sería no haber nacido”. Aunque en lugar de haber hecho algo al respecto para mejorar la situación de quien decía querer,  escudaba su comportamiento en una supuesta incapacidad masculina en relación al amor: “Creo firmemente que la mujer no está hecha de la misma pasta que el hombre. La mujer es la humanidad. Los hombres somos una subespecie de animales, casi estúpidos, sin sentido ni sentidos, inadecuados completamente para el amor, creados por la mujer para ponerse al servicio de la especie inteligente y sensitiva que ellas representan”.

“Frida y Diego Rivera” 1931


“La pintura ha llenado mi vida. La pintura ha sustituido todo.”
La obra de Frida Kahlo es tan extraordinaria, que pudo sortear las barreras que se le imponían por su género y fue admirada por las grandes figuras del arte de su época. Entre ellas se incluyen Pablo Picasso, Vasili Kandinsky, Marcel Duchamp y, por supuesto, también su esposo.
Otro conocido entusiasta de su obra fue André Breton, a quien se le podría adjudicar el mansplaining más famoso de la historia del arte. Así lo expresó Kahlo con su particular sentido del humor: “No sabía que era surrealista hasta que llegó André Breton a México y me lo dijo”. Y más tarde explicitó su ironía: “Pensaron que yo era Surrealista, pero no lo era. Nunca pinté sueños. Pinté mi propia realidad”.
La obra de esta artista no sólo es magnífica por su originalidad y excepcional simbología, sino porque fue su vía de resiliencia. Fue su obra la que le permitió no perderse en la encerrona trágica de la absoluta dependencia y continuar conectada con el mundo exterior: algo que típicamente los controladores como su marido buscan evitar.
Su obra expresa su mundo interno, su capacidad sensible y creadora, y, sobre todo, su fortaleza. Y es por estas cualidades por lo que Frida Kahlo, y todas las víctimas y sobrevivientes, merecen ser vistas. Para el resto, para sus debilidades, sólo compasión y acompañamiento. Nada más. 
¿Cómo vamos a esperar, como sociedad, que una mujer en situación de violencia se asuma víctima, y a partir de ahí pueda propulsarse para lograr convertirse en sobreviviente, si somos incapaces de tolerar las contradicciones, las caídas a una mujer tan excepcional e inspiradora como Frida Kahlo?
Es importante, al mismo tiempo no confundirse: Frida no fue grandiosa gracias a su vida tormentosa, sino a pesar de ella y gracias a su capacidad de resiliencia. 
Kahlo es reconocida por su talento incuestionable y cuestionada en el reconocimiento de su talento por ser Frida. Se la cuestiona por ser el ejemplo de LA artista, habiendo sido víctima de violencia de género. Pero fue el arte su resistencia. ¿Por qué no entender que toda resistencia es compleja e imperfecta pero legítima? ¿Por qué no reconocerla justamente en su resistencia? 
Si somos incapaces de reconocer el valor y la fortaleza de las víctimas y la multiplicidad de formas de defensa que pueden manifestar, difícilmente podamos ayudar a una. O aún peor: tolerar ser llamadas víctimas el día que lo seamos. 
Ser víctima es una circunstancia y es sólo un aspecto de la vida de alguien. Frida murió muy joven al lado de su agresor, es cierto. Pero también dejó un claro mensaje de lucha, para quien sea capaz de leerlo. 
No sabemos si con más tiempo Frida hubiera podido desprenderse de una vez por todas de Diego. Lo que sabemos es que, luego de su muerte, logró independizarse económicamente: hoy el valor de su obra supera a la de él. Y también sabemos que, al día de hoy, ella es inconfundiblemente Frida Kahlo, y él, para mucha gente, simplemente “su marido”. 

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