Por Editorial Sudestada
¿Alguna vez te pusiste un segundo en ese lugar? ¿Alguna vez perdiste de vista a tu hijo unos minutos en la calle sin saber dónde está y el escalofrío te removió todo? ¿Alguna vez pensaste en lo que significa que el mismo Estado, con uniformes y fusiles, se lleven a un hijo de la puerta de tu casa, en una esquina, en el trabajo, en la noche rompiendo todo lo que pudiste construir y que no puedas hacer nada? Y si te ponés en ese lugar, por más duro que sea, al menos un segundo… ¿Qué harías?
El sábado 30 de abril de 1977 un grupo de mujeres se reunió en la Plaza de Mayo para reclamar por la aparición de sus hijos e hijas. Azucena Villaflor lo había propuesto: “Individualmente no vamos a conseguir nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vean que somos muchas, Videla tendrá que recibirnos.” La policía las amenazó ante la orden de “circular en espacios públicos”. Se tomaron del brazo, de a dos, y caminaron en círculo rodeando la pirámide. Eran catorce mujeres que comenzaron a multiplicar y hacer historia, de la más grande de nuestro país.
Azucena Villaflor de De Vincenti, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard, Cándida Gard, Delicia González, Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin y dos mujeres más de las que no se conocen sus nombres, fueron las primeras. Semana a semana se fueron sumando más, y la ronda, el pañuelo blanco y ellas mismas, se convirtieron en un símbolo tan importante que fue capaz de trascender los tiempos y a la misma historia.
Allí están. Las que en estas imágenes podés ver con la desesperación de buscar a un hijo o a una hija, a bebés que iban a nacer, a familiares y amigos, a compañerxs que por soñar con un mundo mejor el terrorismo de Estado fue por ellxs. Ahí están. Ahí las ves. Son ellas. Nuestras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Las mujeres que cambiaron todos los tiempos y toda la historia de un país con la lucha impregnada y con el compromiso compañero. Las que te cuidan aunque no lo sepas, las que te enseñan aunque no lo veas…
