Por Editorial Sudestada
En los primeros años de un Macri que salía de Boca para meterse en la Ciudad, advertimos desde muchos sectores que ese monstruo no quedaba en la sonrisa falsa, el saqueo al Estado, empobrecimiento del pueblo, timba financiera, y despedirse luego de llenarse sus bolsillos y los de sus amigotes. Este germen -hijo de otro que se enriqueció durante el terrorismo de Estado y que multiplicó su Poder con el menemismo- es quien logró con una maniobra individual y calculada, que Milei pudiera levantar su imagen después del 22 de octubre. La contención y el aviso. La rotura de la alianza pro-radical. El abrazo y la rapiña. El libreto, el guión, y las cuerdas afiladas para lo que viene. Y el silencio -y ya un claro olvido- de qué hizo su gobierno con el préstamo del FMI. Un vacío de capital con el que Argentina continúa endeudado y sujeto a las piolas del Fondo Monetario Internacional, que hoy debe sonreír, abrir la billetera y someternos aún más.
Hoy los dos se dan un abrazo con el logro cometido, con la risa empresarial y el remate de todos nuestros recursos, con el futuro en manos de peces gordos, economistas del neoliberalismo salvaje, con el sueño del paraíso fiscal, y de todo lo que Mauricio Macri había planeado y proyectado para su segundo gobierno, que quedó trunco en 2019. La revancha no es solo genocida y represora, sino también macrista.
Patricia Bullrich detrás, como la pata firme de un PRO que ya no mira radicales, sino al neofascismo argentino, con “comercio libre” e identidad militar.
Y los tiempos que se vienen son conocidos, con recetas que nos golpearán inevitablemente. Nuestra organización, la reacción como pueblo, y la defensa de nuestros derechos -en las calles y no en las pantallas- será determinante para los años posteriores. Macri en 2019 no pudo con todo lo que quiso. Por eso volvió. Milei amenaza mucho más…
Cuando el aparato político no está a la altura de las circunstancias… quizás después de masticar bronca, comprendamos que esta puede ser la hora de los pueblos. Como resistencia y como futuro.
