El levantamiento de las mujeres en Irán

Mujeres de Irán se sacaron sus velos a modo de protesta por la muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años que fue asesinada por la policía por llevar el hiyab de forma “incorrecta”. El crimen ocurrió en Saqqez, en la provincia de Kurdistán.
“El hiyab no debería ser ley”, dicen las mujeres en Irán. Desde el asesinato de Masha Amini hubo aproximadamente 50 personas fallecidas en las protestas en todo el país. Estos últimos días se viralizaron imágenes en donde se ven mujeres prendiendo fuego sus velos, cortándose el pelo, y hasta haciendo justicia por mano propia contra un hombre que le pegó a una mujer en la calle. “Seguiremos en las calles hasta que esto acabe”, sostuvo una de las manifestantes.
Según explican muchas mujeres musulmanas, el uso obligatorio del velo se debe a una lectura misógina del Corán. La policía de la moral se encarga de vigilar las calles para asegurar que vistan según sus normas y quienes no lo cumplen pueden ser “castigadas” con la detención, pena de prisión, multa o latigazos.


El feminismo islámico tiene una larga trayectoria y se sostiene de manera activa hace 25 años a través de investigaciones, activismos y producciones académicas. “A través de este cruce entre campo feminista y campo islámico, estas mujeres introducen cuestionamientos fundamentales al interior de ambos campos: del campo feminista, cuestionan la dominación del modelo occidental neoliberal y neocolonial que se habría impuesto como única vía de liberación y emancipación, así como la idea de que el feminismo sería contradictorio con la religión y exigiría un distanciamiento de ésta. Del campo islámico, cuestionan ampliamente la jurisprudencia islámica, elaborada desde una perspectiva masculina y sexista, denuncian la marginalización del papel y el lugar de las mujeres en la historiografía musulmana y la apropiación del saber y la autoridad religiosa por parte de los hombres en detrimento de las mujeres a lo largo de la historia”, explican en el libro Feminismo e Islam, con compilaciones de la activista Ali Zahra.
El patriarcado se ha metido en cada institución y ha manejado acorde a sus intereses e ideología. Hoy en Irán dicen basta, porque la fe no es sinónimo de opresión. Que nos escuchen, que tiemblen los poderes oscuros, que las generaciones que vienen y vendrán puedan abrazar a sus derechos y a las conquistas que las mujeres comenzaron, y que hasta en esa partecita del mundo, donde todo se veía imposible, nos muestran, como tantas veces en la historia, que nada las puede frenar, porque el cambio comenzó. En Irán, en América Latina, y en cada rinconcito del planeta se escucha el grito, se abraza la sonoridad, y los aires están más cerca de la ansiada libertad, de la búsqueda de un mundo más justo, para que no se pisoteen más derechos, para que ninguna mujer viva con el zapato en la cabeza, el dedo que señala y apunta, el terror de caminar por las calles, ni de nacer para decir “sí” y no poder ser. Se acabó, se les acabó, el feminismo atraviesa fronteras y rompe la historia. El futuro está cerca, con aires de libertad, y con las mujeres en las calles.

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