Fue travesticidio: asesinaron a Zoe López, referenta del Hotel Gondolín

Por Florencia Guimaraes

Este sábado, mientras marchábamos en Monte Grande, al grito de” señor, señora, no sea indiferente, se mata a las travestis en la cara de la gente,” Zoe, la tía, como le decía su familia trava del Hotel Gondolin, era asesinada de una puñalada por quien decía ser su pareja y quien horas después escribiera en su cuenta de Facebook,” Ya te extraño… yo la amo, no me voy a hacer el inocente, pero la culpa la tenemos los dos”. El travesticida Fabián Villegas, se excusaba mientras su cuerpo aún no se enfriaba.
Zoe Lopez, era una compañera travesti que no llegó a sus 48 años, oriunda de Salta, referenta del territorio trava Hotel Gondolin, en el barrio de Villa Crespo. Su vida había sido atravesada por la prostitución y las violencias estructurales como la de casi todas nosotras. No hace mucho su vida había dado un cambio radical :el ingreso al mundo del trabajo a través de la Ley de cupo laboral travesti trans, ella, era ahora una trabajadora de la casa Rosada. Duele saber que, incluso habiendo accedido a ese derecho, no logró evitar lo que les sucede a muchas travestis, pues de todas maneras, murió apuñalada, de todas maneras su muerte fue violenta, inesperada, pero esperada para los parámetros de las vidas travestis. El activismo no logra salvar a todas, salva a una pocas, lo verdaderamente cierto es que casi nunca estás a salvo, porque nadie se salva sola.
Su travesticidio, los travesticidios son muertes planificadas por el sistema patriarcal y capitalista y el activismo, en muchas compañeras, como Diana Sacayán o Zoe López, se había convertido en una salida de la absoluta exclusión social, de los que no pudieron salir. Es de los mecanismos opresivos del patriarcado, que atacan fundamentalmente a las mujeres cis y a las personas feminizadas, y en ese marco la sujeta principal es la travesti, quiénes no queremos estar solas porque seguimos siendo excluidas y atacadas, y el estigma social de no estar solas, sigue haciendo que construyamos vínculos sexo afectivos que no logran escapar del círculo de la violencia patriarcal, que nos atrapa a las travestis como a cualquier otra pobladora, que son vividos por lo general en la clandestinidad, con varones cis heterosexuales que no dejan de vernos y tomarnos como mercancía, como objetos de su propiedad que pueden desechar cuando lo deseen.
¿Por qué nos cuesta tanto a las travestis poner en debate este tema? ¿Acaso no deberíamos construir redes de comunicación y contención a la hora de hablar de cómo relacionarnos desde otro lugar con los varones cis? Porque aunque no lo hablemos, muchas sabemos cuáles son los riesgos de relacionarnos de la forma que aún persiste en nuestra población.
La muerte tiene una fuerte presencia en la experiencia, el pensamiento y las políticas travestis y trans, es ante estos crímenes de género que no debemos dejar de luchar para que cambie el destino violento que nos persigue, aunque logremos acceder al trabajo o al reconocimiento social, porque lo dijimos ante el travesticidio de Diana y lo sentimos y diremos hoy también, cuando matan a una trava nos matan un poco a todas. La continuidad de la lucha es la única forma de asegurar la continuidad de las vidas travestis.
Fue travesticidio!

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