Germán Daffunchio: “el éxito lo único que hace es aislar al artista, encerrarlo en una burbuja”

Ph: malucampello

El domingo 7 de agosto Las Pelotas se presentará en el estadio Luna Park y como previa al show, su cantante y guitarrista, Germán Daffunchio, prendió la cámara del zoom para charlar con Sudestada.

Por Gustavo Grazioli

Hace más de 30 años que Daffunchio se cuelga una guitarra y sale a tocar con Las Pelotas. La escuela de su vida fue Sumo, al lado de Luca Prodan se formó como artista y canalizó la rabia en estridentes toques que, como supo decir Willy Crook, se asemejaban a alguien pateando un alambrado. En la actualidad, la gente que habita sus shows fue mutando, pero parte de las primeras camadas siguen acompañando esa semilla que nació para darle refugio a los que no dan el brazo a torcer. “Con Sumo partimos de la idea de que el público se hacía tocando. Esa misma teoría la llevé a Las Pelotas. El público real se hace tocando. El que es parecido a uno siempre va a volver porque trata de compartir momentos y los mismos sentimientos que uno está viviendo”, dice.
Daffunchio vive hace muchos años en las Sierras de Córdoba y construyó su trinchera a través de las canciones. Se tuvo que levantar dos veces y transitar la muerte de dos amigos, de dos almas que irradiaron la frescura de un arte en pena: Luca y Alejandro “Bocha” Sokol. Nada fue sencillo ni heredó apellidos de artistas encumbrados. Tuvo que volver a empezar sin detenerse en las luces de ningún escenario ni en la reputación que le dejó su primera experiencia musical. De dónde sos/ Qué dan por vos/ Siempre creerse un as/ Sólo lo mejor/ Qué podés dar/ Realmente dar/ Qué está en tu corazón/ Y no en aparentar
Su habla es parsimoniosa y en sus reflexiones aparecen retazos de canciones que hasta el día de hoy se mantienen vigentes. La clave del éxito/ es mantenernos dormidos/ comiendo basura en paquetes/ deshojando margaritas/ llorando la novelita. “La vida se trata de encontrar el camino de uno. No se trata de comprar y vender solamente”, dice. El domingo próximo, la banda arribará al escenario del Luna Park para saldar la cuenta de la presentación del disco Es Así (2020) y sacarse la espina del trunco Hipódromo de Palermo que tuvieron que suspender por la llegada de la pandemia. 

En la entrevista con Julio Leiva en Caja Negra, diste a entender que con Sumo los instrumentos eran como armas, ¿Con Las Pelotas sentís que seguís en esa misma batalla?
En mi caso personal es una lucha contra el sistema al que considero una porquería. Trato de ser consecuente conmigo mismo y estar por el margen, entrar por otros lugares. En este mundo donde ahora te dicen sé vos, o tenés que ser uno mismo…es todo un maldito comercio. La gente se cree que es distinta y están todos dentro de la misma máquina de picar carne. 

Lo efímero de los conceptos caló hondo…
Todo es un gran comercio: la búsqueda de nuevos estilos y arquetipos sociales. Hay una superficialidad extrema. Siempre las generaciones jóvenes buscan referentes de su tiempo por más que eso sea efímero. No hay que ser complaciente a lo que quiere la gente. Los artistas se han transformado en marionetas del sistema porque la gente quiere diversión. El camino más fácil es cantar canciones bonitas para enamorar.

Cuando salió Será los trataron de comerciales, ¿Cómo te llevás con el termino hit?
Es un tema real, que de golpe sea exitoso, bárbaro. En Esperando el milagro fue el único tema agradable, los demás son una bolsa de palos. Solo entendimos que habíamos hecho un tema que salía en las radios y no estábamos acostumbrados a eso. Durante muchos años estuvimos en los submundos, en lo under.
Personalmente fue un súper hit también. Pero fue escrito en un momento que nunca fue pensado como tal cosa. Salió por determinadas razones de la vida.

¿Se puede establecer resistencia al consumo orquestado por las plataforma y algoritmos?
Hoy en día me parece muy complejo que se haya monopolizado todo en las plataformas. Pasás a ser una especie de número entre millones de números. Me parece que el arte es mucho más profundo que ser un numerito de una plataforma. No se trata de eso. Por ahí podés lograr millones de reproducciones y hacerte millonario. Si el objetivo de tu vida es ese, mi mejor consejo sería que te dediques a ser abogado o político. 

¿A qué se le llama éxito?
Para mí el éxito fue darle de comer a mis hijos. Argentina no es un país fácil para el arte y menos para el rock. El éxito lo único que hace es aislar al artista, encerrarlo en una burbuja. Es muy difícil controlar esta cosa de que sos una especie de semidiós porque la gente te adula o te mira. No necesito que nadie me diga que soy exitoso para sentirme bien conmigo. 

¿Alguna vez pensaste en abandonar todo?
Muchas veces pensás en tirar todo a la mierda. Cuando ves lo que hay alrededor y ves a los que les va bien porque cantan lo que quieren escuchar o se visten de una determinada manera, o que no es fácil hacer lo que uno siente, querés tirar todo a la mierda. Pero afortunadamente hace muchos años que ya no me pasa. Asumí que parte de mi vida es tocar en vivo. 

¿Extrañás a Sokol?
Pasa que Las Pelotas con Ale era otra cosa distinta. Con él era más fácil todo, tenía mucho carisma. Lo extraño como amigo y extraño al Ale sano. No a la persona que se terminó transformando por su enfermedad. Fueron épocas durísimas esas, que afortunadamente nunca más volvimos a vivir. Es muy distinto trabajar cuando hay paz que cuando hay conflicto. Siempre me voy a preguntar qué hubiese sido de nosotros si él hubiese estado bien. Como artista era un tipo talentoso, brillante, un gran amigo, un tipo que te cagabas de la risa. Tengo grandes momentos y batallas compartidas. Todo eso me llena de felicidad. Siempre se lo va a extrañar.

¿Qué momentos recordás? 
Zapamos miles de noches juntos, cuando éramos solamente dos adolescentes. Siempre me abstengo a contar cosas porque no quiero caer en el amarillismo de la prensa. Eso forma parte de un tesoro que uno vivió. Yo sé lo que fue y lo que soñamos. La primera proyección artística que tuvimos juntos fue soñar que íbamos al cine de Hurlingham a tocar y después sacábamos un par de ametralladoras. Teníamos locuras de ese tipo. Cuando apareció Luca se canalizó todo.

Podés conseguir las entradas para el Luna por acá: Ticket Portal

Todas las fotos son de @malucampello

Compartime!

Anterior

Mara Gómez: “Mi mayor anhelo es romper con el binarismo”

Próxima

El “superministro” y las mineras: la carpeta de proyectos que incentivará el Gobierno