Infierno: escritura y resonancia

El libro de Paz Ferreyra, Miss Bolivia, fue editado recientemente por Editorial Alto Pogo. Infierno, relatos, rimas y microdosis es un texto que va de la prosa poética hacia la sustancia ínfima de la poesía. Hay un ritmo crudo en la narrativa, en la voz que nos habla de la historia de Claudia y Ernesto, que va marcando el compás de una realidad cotidiana y violenta. Infierno comienza con una advertencia, como esas monedas que pagamos al barquero antes de entrar al inframundo: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Este libro contiene relatos y poemas de ficción que lamentablemente se vuelven reales y se multiplican cada día, cada hora, en todos lados. No queremos más infiernos.

Por Natalia Bericat

Existe en estas páginas un grito que va sellando las heridas de la garganta, ya no soy Claudia dice la voz poética luego de haberse quemado la lengua y haber sentido el taladro en el corazón. Las palabras se van uniendo como en una caja de resonancia, con la rima precisa del yo que canta y la pluma urgente del yo que escribe. El ritmo se vuelve un martillo que golpea sobre la hoja para dar cuenta del infierno. Una sintaxis se desarrolla con versos que miden el miedo y calor en el cuerpo: a veces llega un fuego que la quema, la enferma. Una rima consonante perfora en el texto para dar cuenta de los monstruos que nos habitan.
Infierno es una cartografía de los lugares que se repiten y que María Buonuome logra ilustrar y acompañar con su trazo los versos de este libro. Son además esos espacios de silencio entre las estrofas que se cortan dejando un vacío donde poder caer. El cuerpo de las páginas acompaña una escritura que resiste el fuego. Por eso el texto, por eso la rima, por eso la prosa, dice. Existe una necesidad de escribir hasta que(…)sangren los dedos.
La palabra se torna una trinchera de sílabas para enfrentar la violencia. Es indudable que si algo quedará de todas las batallas que libramos contra el horror, será la poesía, sentencia Juan Solá en el Posfacio de Infierno. Frente al odio, la manada que ama dicen sus versos. La voz es la herramienta que trasciende, la que llega al final del mapa para mirar de lejos a ese lugar donde no queremos volver. Recorremos la ruta visualizando los pasos y su ritmo: del galope al trote desesperado vemos las huellas en el camino. Escuchamos el sonido de las muelas rechinando y la canción que sale de las entrañas. Leemos este libro navegando en el fuego del infierno, con la resistencia de quien se quema y sale entera a la superficie.

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