Juan Solá: “los amores urgentes son aquellos que precisan quienes ya nada tienen”

En el marco de la Feria Internacional del Libro, el escritor Juan Solá presentó junto a Natalia Bericat su última novela Los amores urgentes, publicado recientemente por Editorial Sudestada. Una trilogía construida por tres novelas sobre la vida cotidiana de las travas y maricas: La Chaco, Ñeri y Galaxia. Cada historia es un hilo que se va uniendo con la siguiente para construir un tejido crudo y firme donde sostenerse. Escribir esta historia fue como bailar, dice Juan en las palabras iniciales de su novela. Hay una danza que se va escuchando, desde el susurro al grito, donde los pies heridos empiezan a sacar llagas de una sociedad que quiebra las piernas a quienes quieren desplegar sus alas. Solá nos muestra la cicatriz de los cuerpos que supuran, de las infancias que sangran por primera vez cuando les arrancan los vestidos y les ponen botines y camisetas de futbol.  La primera vez que sangrás duele, nos dice Sergio mientras los lectores también vamos goteando el dolor que estas páginas destilan. Un circulo comienza a cerrarse. Personajes retornan a las historias que les pertenecen para unir las hebras de una mortaja de resistencia.

Por Editorial Sudestada

¿Qué se abre y qué se cierra con este libro?
Cuando uno pone el punto final en una historia, esa historia ya deja un poco de pertenecerle. Si bien este tipo de relato me toca mas de cerca por esta cuestión de la disidencia, yo no soy una persona trans, y hay parte de ese imaginario que yo nunca lo voy a poder rescatar. Yo soy muy confiado de que lo que no te pasa muchas veces te atraviesa y me parece importante reconocer los lugares que nos ofrece este oficio como una suerte de megáfono de papel, para enunciar cosas que por ahí no se pueden enunciar desde el lugar donde suceden porque todavía hay gente sin voz, gente sin la posibilidad de repensar o pensar su miseria y la literatura ha sido siempre una herramienta para recorrer esos lugares de miedo. En el caso particular de La chaco se construye a través de una serie de relatos que me cuentan mis compañeras de militancia mezcladas con historias propias, con la idea de tener una protagonista que con el tiempo fui comprendiéndola. Me encuentro desde otro lugar al ponerle punto final a esta historia y al volver a leerla, también con respecto a los personajes que fueron apareciendo en este relato. Con la segunda parte, Ñeri, me toca de cerca porque esta inspirada en una familia que vivía cerca de casa.

Capaz que no me pasó a mí, pero está pasando, está sucediendo en alguna latitud. Si yo le doy este libro a una persona trans no se va a sorprender por supuesto, es un muestrario del horror que debe atravesar todo el tiempo la comunidad disidente al enfrentar el mundo. Y cuando hablamos de disidencia no hablamos solamente de identidad sexual disidente hablamos de toda la periferia, de toda esa periferia que utiliza el centro para construirse, para nutrirse, para limpiar, para atender y que después termina expulsada nuevamente a los bordes del mundo. Constantemente el centro se va nutriendo de nuestras experiencias, de nuestras historias y al mismo tiempo nos expulsa. En el caso de las travas, no pueden terminar una carrera universitaria o el secundario porque son expulsadas en general del sistema educativo, pero después se convierten en objeto de estudio de sociólogos, de antropólogos y no nos sirve una mirada zoológica. No hay una real intención de las corporaciones de acercarse, a ver que necesidades reales tiene la comunidad LGBT y QH como dice la canción. Sí; somos un montón de letras. La identidad es algo tan personal que nosotres somos conscientes que nuestras identidades. No caben en sus formularios, de que nuestras muertes no salen en sus diarios, de que nuestras celebraciones no entran en sus calendarios, y sin embargo acá estamos: existimos y resistimos, porque esa es nuestra mirada sobre la realidad. La realidad debe hacernos un rinconcito a quienes somos, no podemos ser únicamente la mano de obra barata, o el cuerpo abusado y conquistado, y luego negado. En Chaco a la noche el policía te va a buscar y te viola en la plaza si te ve ejerciendo trabajo sexual y de día te niegan, te desconocen. Y esto mismo hace la gente poderosa. Es un proceso que empieza a suceder desde la infancia la negación de nuestra identidad. A vos se te dice “bienvenido al mundo vos podes ser blanco o verde”, solo dos opciones que están dentro de un marco regulatorio. En la infancia es el primer momento donde se da este quiebre con la propia realidad interna.

Hay una mística de la magia que nos cuida bastante, pero se nos empieza a negar la existencia a los 6 o 7 años. Yo no puedo creer que alguien le diga a una persona “vos no existís”, “vos estas confundido”, o el “ya se te va a pasar”. Necesitamos productos culturales desde los cuales referenciarnos y que la identidad deje de pasar por la mirada del varón europeo cishetero. Este libro se lo escribo a doña Rosa, a don Pirulo, a esa gente que está en el barrio, en el pueblo. Apunto a esa gente, para mostrar una realidad que existe y que todavía no tiene el peso que debería tener de importancia en la historia de nuestro país.
Otra pregunta que me hice es hasta dónde yo soy yo, hasta dónde cuando me enojo me enojo con mi rabia y no con la rabia que herede de mi padre, ¿realmente existe un Juan, o soy el resultado de las cosas que me fueron sucediendo desde afuera?. Uno quiere pensar: “bueno somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”, pero hay gente que no puede hacer nada, no solo porque no tiene el espacio y la voz, sino porque tampoco tiene un cómplice, una persona al lado que le diga habla vos, si constantemente estamos delegando nuestra voz en terceros, es lógico que nos pasen estas cosas de sentirnos invisibles.
Y para cerrar la respuesta a la pregunta, no se si hay un cierre, hay una puerta vaiven básicamente. Además de alzar la voz respecto a esta historia de la disidencia para mí es importante también alzar la voz desde el lugar que estamos ocupando hoy que es el shopping del libro, porque entendemos que también son los lugares donde podemos encontrarnos. Hay que apropiarse de estos lugares. Somos un montón y también estamos acá, existimos y resistimos y tenemos una oportunidad que debería ser una celebración, pero todavía estamos usando estos espacios para denunciar asesinatos, muertes, violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Parece un acto de justicia poética hacerlo acá, no?

Toda tu escritura está atravesada por las historias que ocurren en los bordes, en los márgenes. Allí podemos ver lo urgente, lo que se necesita denunciar… ¿Cuáles son esos amores urgentes, qué es lo urgente de tu escritura?
La lógica de lo urgente en el amor, surge a partir de la lectura de otro libro mío que es Microalmas, te lleva a transitar un duelo amoroso, pensar en esa obsesión que se genera en torno al amor romántico que no es, cuando hay tanto amor que sí es y está sucediendo y no se le presta atención y no tiene prensa. Los amores urgentes son aquellos que precisan quienes ya nada tienen. Ya perdiste todo, te queda el amor. El amor por tus hijos, entender que la lógica del encuentro supera cualquier otra lógica y están supeditados por la voz de la poesía. La poesía es un lenguaje en sí mismo, es una forma de entender el mundo y está presente no sólo en los poemas. Me parece sumamente interesante empezar a codificar desde ese lugar el mundo, empezar a suavizar los filos de la realidad. Y eso no es romantizar. Romantizar es lavarse las manos como hace el Estado en muchas situaciones. Pero poetizar o novelar ciertos horrores nos ayuda a transitarlos cuando somos protagonistas de ese horror, además a denunciarlos y a compartirlos, una lágrima partida al medio que enjuaga dos ojos, la miseria compartida es distinta, tiene otro peso y lo digo por experiencia ya que no vengo de una familia de alta alcurnia. Y cuando vos podés transitar eso desde ese lugar, hay una poesía innegable que ya no le pertenece a quien escribe, ni a quien lee, es un suceso por fuera de esa lógica autor/lector. Es una entidad por sí sola, que la enganchas o no. Une tiene una antena para la poesía que a veces está media gastada sobre todo en las ciudades, por eso hay que horizontalizar las ciudades y empezar a habitar otros espacios.

¿Qué te pasa con esta exigencia que se le hace muchas veces a les escritores con respecto a la ficción, cuando te interpelan por ejemplo diciéndote por qué escribís un libro sobre las travas, sino sos trava…?
Hoy por hoy interpreto que una persona que me hace una pregunta así es porque realmente no se puso mucho a pensar que muchas veces lo que no te pasa te atraviesa. ¿Cuál es la lógica del tenés que ser para escribirlo?, me parece un acto de irresponsabilidad no hacerse cargo de las historias que llegan a vos. Yo no escribo solamente historias sobre personas trans y eso fue una decisión personal mía, que no sean solamente historias sobre la disidencia, sino que haya otros personajes. Estamos en todos lados, menos atendiendo stand en las feria del libro que es tan diversa de repente, pero estamos como cucarachas o palomas esperando que nos abran la ventana. Tenemos una historia no contada, todo un bagaje de nuestra historia que no fue contada, que no fue relatada porque no tuvo el espacio suficiente, la misma prensa que tuvieron las conquistas. Hay otras conquistas y otros territorios que parecen no importar tanto en esta nueva lógica del revisionismo. Hay daño que no se pudo ver porque sus víctimas nunca pudieron denunciarlo. Si yo me lavara las manos hablaría solamente de mí, pero no. Me parece importante que cada une se empodere desde su talento y deje de desperdiciar energía en satisfacer el morbo editorial de un chabón que quiere leer historias de fútbol solamente. La posibilidad que nos dio Sudestada de que haya otras voces es sumamente importante. Y usemos nuestro talento para defender a les otres, no para que aplaudan a mí solo. Yo sé escribir nada más y no puedo escribir sobre mí nada más. Me parece un acto de valentía dentro de un sistema que te quiere funcional dentro de cierta estructura: “vos vas a escribir sobre esto”. Me preguntan: “¿Cuándo va a salir Microalmas 2?” Ya no soy el que escribió Microalmas, ya lo solté, es de ustedes. El otro día me preguntaban en el Festival Mulita allá en Chaco, hay un barco que se está hundiendo y está la poesía, está un cuento y está un ensayo, ¿a quién salvas?. Yo decía salvo al cuento, porque la poesía se salva sola. Eso significa que no necesitamos autores ni influencers, la poesía es otra cosa. Me parece que es importante encontrar el acto poético detrás de todo ese acto digital en todo caso. Pero la poesía me parece una entidad en sí misma. Quienes escribimos poesía sabemos que eso no se nos ocurrió a nosotres. Hay algo mas ahí operando, es la experiencia ajena que nos atraviesa. Es con todes. Y si a mí me das el micrófono hablemos de algo novelable, de algo interesante para la gente que no conoce. Y yo creo que la infancia es la mejor forma de entrar en el discurso porque es algo que todes tuvimos, sea como haya sido a todes nos hicieron callar, nos dijeron “portate bien”, “parate derecho”, “hace tal cosa”.

Si hablamos de la trilogía, Galaxia es un personaje que une termina corporizando. Hay un cuerpo que habla en el texto…
A mí me pasó eso. Es el personaje que tiene más corporalidad de la novela, una identidad. Llevó su tiempo la escritura del final de la historia. Y yo creo que Galaxia me terminó de arrastrar a la historia. Hubo otras editoriales que me escribieron sabiendo que iba a salir esta tercera parte, pero yo elijo publicar con Sudestada, por esto que pasa acá, cuando un pibe pregunta en un barrio si a él le llega el libro y se lo llevan hasta la puerta de la casa. Eso me parece que es lo que nos reúne hoy, la celebración del libro, en todas sus formas. Y Galaxia por más que yo quiera que se me siente un día al lado y poder charlar, está acá… Pero a veces los que nos dicen por qué hablás de esta historia si vos no sos travesti… la que pudiera contar no está. No puedo ignorar eso. Y si al mundo no le sirve hay otra literatura. Lo que más me importa de esta historia es la certeza de que va a llegar a donde tiene que llegar, como cualquier libro. Ningún libro llega de casualidad. Olvídense de Juan Solá, que lo que prime sea la historia. Olvídense del ego autoral. Quiero escribir un libro para sentarme adelante de un público que no aplauda, porque la soledad se parece mucho a los poemas que escribí para pedir ayuda mientras otres te aplauden. Siento cuando alguien me dice “Con tu libro me pasó tal cosa”. Yo digo no es mi libro, es tu libro. Es libro de cada une. No hay verdades, hay interpretaciones y cada une sabe lo que le pasó con esta historia porque se acuerda de algo que tiene adentro y en ese proceso es donde sucede la poesía, como una especie de prueba de que somos infancias en pausa, de que hay algo ahí que está esperando que le demos bola, con la certeza de que al menos en esta hinchada, si un día no estás más, alguien te va a nombrar siempre.

*Esta presentación fue dedicada al querido Hugo Montero, quien siempre apostó a la construcción de un espacio donde los amores urgentes se hagan visibles. Sobre el final, contamos con la llegada de nuestra Madre de todas las batallas, Nora Cortiñas, quien acompañó a Juan en la presentación y en la firma de ejemplares.

Anterior

A casi 100 años, hubo justicia por la Masacre de Napalpí

Próxima

“Monte aprendió a decirle basta a la policía”