La anarquía explicada a los niños: manual para infancias libres

                                                                                                  La libertad no se conquista
con poesía. ¿O sí?
Gabriel Rodríguez Molina

Este libro fue publicado por primera vez hace noventa años y en esta nueva edición de Libros del Zorro rojo, se mantiene el texto original de su autor José Antonio Emmanuel, seudónimo con el cual se oculta el pedagogo malagueño José Ruiz Rodríguez. El autor de estas páginas, anarquista dedicado a las infancias españolas en 1931, construye un material de difusión que apunta con belleza y profundidad a las generaciones de hijxs de obreros. En las primeras hojas de La anarquía explicada a los niños, encontramos la dedicatoria que sintetiza el latir del libro: A los hijos del Proletariado Español, y por debajo, las palabras de Eliseo Reclus: “débiles y pequeños los niños son, por eso mismo, sagrados”.

Por Naty Bericat

Una pregunta desencadena el texto ¿Cómo educaré a mis hijos?, analiza el Grupo Editor mientras sentencia: la educación ha quedado estancada en un marasmo de servidumbre, de la que debe salir redimida y reconfortada. La enseñanza se vuelve el eje central desde donde se arma este manual, este manifiesto político dirigido a las infancias. Las temáticas discutidas en la época de la instauración de la República en la España de las primeras décadas del siglo XX, bajan a tierra en un formato infantil para una llegada universal del conocimiento del mundo capitalista.

El componente didáctico, muy propio de la profesión de José Antonio Emmanuel, recorre cada línea utilizando la gráfica y la ilustración del movimiento anarquista adaptado a las infancias. Los dibujos de la Fábrica de Estampas construyen el cuadro que completa la significación de la palabra escrita. Nos transportan, según Martín Tesouro, al mundo en ebullición que disputó el poder con esperanza y valentía sin alejarse jamás de la belleza y el amor. (Texto para agencia Paco Urondo). Como en los clásicos cuentos infantiles, las ilustraciones son parte de este universo de letras grandes y colores que atraen la atención de las infancias.

Cada hoja es un muro, un panfleto pegado en la pared para pedir Libertad y Justicia. Cada trazo es el tinte rojo de la sangre derramada, una advertencia que nos obliga a frenar antes de seguir leyendo. Un glosario se despliega en este libro para sintetizar las desigualdades y sus consecuencias sobre la clase trabajadora. Las armas del anarquismo es el libro, es el trabajo, es la palabra, dice la definición de Militarismo. Un diccionario con la otra versión de la realidad se construye frente a la mirada de la infancia, esa que observa el mundo con el asombro y la inocencia de lo visto por primera vez.

Leemos este libro desde la voz que sugiere y desde el imperativo que ordena una especie de lista de mandamientos revolucionarios. Investiguen el origen de las desigualdades, dice una de ellas apuntando al corazón de un sistema que castiga y aliena a las clases populares. Abre las puertas de todas las jaulas, lima las rejas de todas las cárceles, gritan estas páginas repletas de lenguaje simbólico y poesía.  La imagen de la belleza se contrapone a la opresión del mercado capitalista. Copia lo bello, recita uno de estos postulados.  Cada fragmento es un trozo de libertad sobre los paredones de la escritura. Cada sílaba un disparo contra los verdugos del mundo.

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