Por Editorial Sudestada

Luego de que saliera a la luz todo el entramado de mentiras del gobierno nacional con Pettovello a la cabeza para no entregar los alimentos que tienen secuestrados -todavía no entregaron ni una sola caja- se desgranó una red de corrupción que salpica a todo el Ministerio y que se seguirá investigando. Echaron a a De la Torre -el gran chivo expiatorio del gobierno- por el vencimiento de la comida, que sigue guardada en galpones, y “aparecieron” los sobresueldos, amigotes funcionarios, ñoquis del Estado, y un entramado de corrupción que pone a Pettovello frente a denuncias penales, a una “renuncia” que por su cercanía explícita con Milei pareciera no sucederá, y con otra maniobra de estos fascistas impresentables que ahora hablan de “kirchneristas infiltrados”.

Además de rajar a De la Torre -como si fuera el único responsable- renunciaron dos funcionarias importantes, y de a poco todo el equipo del ex Secretario de Niñez y Adolescencia se va despidiendo, frente a Pettovello que mira de reojo, que juega a desconocer los sobresueldos y toda la red de corrupción que la salpica, por más que los grotescos con Milei como guía se embanderan de “Necesitamos más Sandras”.

Por otro lado, Sturzenegger asume funciones en el Estado -al igual que con Menem, De La Rúa, y Macri. Casta de la casta- para tomar las riendas de un Ministerio inventado y para proponer su plan de privatizar la distribución de alimentos.

Más de 6 millones de kilos de comida siguen guardados. Primero no existían, después “comedores fantasmas”, luego “catástrofes y emergencias”, “no se vencen”, “los va a repartir el ejército”, y de mentira tras crueldad y perversión, se destapó la olla de un Ministerio que muestra que la ultraderecha es la madre de todas las corrupciones, del empobrecimiento masivo y la multiplicación del hambre.

¿Renuncia Pettovello? No. Porque “duerme en Olivos varias veces a la semana”. Porque pareciera que el fascismo no tiene costo. Pero ahora además de retener la comida de los barrios, la casta del hambre muestra la corrupción de la falsa “libertad”.