Por Editorial Sudestada
Al programa de Juana Viale, llegó Jey Mammón, luego de la denuncia por abuso sexual hacia Lucas Benvenuto y el “exilio” mediático hasta que la Justicia “haga lo suyo”. Y acá apareció de nuevo, tirando víctima, y con la sonrisa para mentir: “La Justicia me declaró inocente”, afirma Jey, cuando en realidad la causa prescribió, y por esa misma prescripción no se investiga más y no hay juicio ni condena posible. Una cosa es ser declarado inocente, y otra un delito que prescribe.
Junto a su abogado Javier Baños -socio de Burlando- tuvieron la oportunidad de aceptar el juicio, dejar de lado “la prescripción” -que es legal por la cantidad de años que pasaron- y llevar adelante todo el proceso judicial para demostrar la verdad. Pero no. Jey y sus abogados presentaron todo para que la causa prescriba, para que nadie investigue, y él mismo pueda regresar como si nada y afirmar en todos los canales que “es inocente”, cuando en realidad no se sabe, porque la Justicia no lo investiga ni no lo va a hacer.
Ante todo esto, y sus declaraciones, Valeria Sampedro interrumpió al conductor para poner sobre la mesa toda esta verdad. “La Justicia no te declaró inocente”, le deja bien en claro la periodista ante el intento de Jey de seguir con el argumento de que siempre se le da credibilidad a las víctimas, cuando la historia marca otra cosa. Si Lucas miente, si el abuso no existió, si no tenía la edad que decía, hubieras dejado que se investigue, Mammón, y no proponer la impunidad para llamarte “inocente”.
Muchas personas, y muchos “compañeros y compañeras” del mundo del espectáculo “cuidan” y protegen a Jey Mammón, por su amistad, por su cercanía, y es por eso que la condena social hacia un presunto abusador que prefirió no ser investigado, no es la misma que debería ser. Roberto Piazza -por ejemplo- había dicho en aquel momento: “En el caso que lo de Jey haya sido una calentura momentánea, son dos vidas destruidas”.
Jey Mammón regresa, se llama “inocente”, y tantea la opinión pública para su nuevo programa.
