¿La voz de “la gente”?

Viviana Canosa y esa costumbre de arrogarse ser vocera de “la gente” en tiempos de cuarentena y malhumor social.

Siempre conviene sospechar de quienes se arrogan ser voceros de “la gente”. “La gente” es una categoría indefinida que siempre depende del perfil social de estos operadores que se acomodan en los grandes medios para distribuir un mensaje que no es propio: casi siempre, “la gente” son ellos, o sus patrones. ¿”La gente” para la prensa hegemónica es el runner de Recoleta y Palermo o los pibes que se juntan en una olla popular en González Catán? ¿”La gente” es el gerente de una empresa privada o un changarín que corta el pasto en los barrios?

En su programa televisivo nocturno, la cronista ahora devenida en opinadora política, Viviana Canosa, interrumpió la entrevista con la nefasta Patricia Bullrich para ensayar un alegato tribunero, disparando contra “los políticos” en general: “No podemos dejarnos manejar por la angustia”, destacó primero, y luego añadió, poniéndose a ella misma como ejemplo: “Yo quiero decirles algo como ciudadana: a mí no me maneja la angustia. Yo manejo una casa con un padre de 76 años, una hija de 7 años, mantengo mi casa, vengo a laburar, contengo a todos mis equipos de laburo, pago sueldos a la gente que no labura. A mí no me vengan a decir que laburan con angustia. Pongan huevos y laburen, queridos, que para eso los votamos, a favor, en contra… Laburen”.

El mecanismo de pensamiento es típicamente individualista: yo trabajo, yo hago “esfuerzos”, yo escucho a la gente, yo le pago a gente que no trabaja, los políticos no hacen nada. La contradicción estalla: nadie cuestiona que la casta política vive en una microclima de privilegios, el mismo microclima que comparten personajes como la propia Canosa. Pero algo no cierra: ¿qué quiere decir “laburen”? ¿La conductora pretende que se levante la cuarentena para mitigar “la angustia” o que se eviten más contagios o muertes? ¿La conductora tiene en cuenta para su análisis los datos de Brasil y Chile, como ejemplo de modelos de manejo de la pandemia? ¿Qué clase de “laburo” reivindica Canosa, que tiene a la ex Ministra de Seguridad del macrismo adelante y no para de elogiarla: “No lo dije por vos”, le aclaró muy amistosa a la asesina de Rafael Nahuel, después de considerarla “una mujer con ovarios”, que en este tipo de situación no se dejaría arrastrar por “la angustia”? ¿Qué nivel de angustia maneja esta conductora que vive en un círculo de privilegios y se arroga la función de vocera de “la gente”?

Detrás de esta postura de “contribuyente preocupada” se oculta una perspectiva profundamente individualista, una lógica que viene creciendo: yo soy la voz de la gente, yo armo el discurso desde el enojo, yo me subo a la ola de odio y represento la voz de un sector social determinado (no de “la gente”), y elijo para confrontar a un enemigo ambiguo e indefinido: se trata de “los políticos versus la gente”. Y Canosa, cómoda en su torre de marfil de privilegios, claro está, viene a ser la voz de la gente.

Compartime!

Anterior

Baby Etchecopar y el discurso de odio de la derecha

Próxima

Darío Santillán Vive