“Reconocer a la Lengua de Señas implica otorgarle un status lingüístico sin precedentes”

La semana pasada, se aprobó por unanimidad la Ley que reconoce a la Lengua de Señas Argentina como una lengua natural y originaria que conforma el patrimonio cultural del país. La normativa busca garantizar la participación e inclusión de las personas sordas en la sociedad, y fomentar e impulsar su acceso y uso. Sobre la importancia de este avance, hablamos con Julia Valmarrosa, Secretaria General de la Confederación Argentina de Sordos, y con Hebe Jazmín Simon, madre de una hija sorda y licenciada en educación especial.

Por Florencia Da Silva

“Reconocer a la Lengua de Señas Argentina como una lengua natural y originaria implica otorgarle un status lingüístico sin precedentes, y que deje de ser considerada una mera herramienta o sustituto en la comunicación de las personas sordas. Dicho reconocimiento, como una lengua propiamente dicha, que posee una estructura gramatical completa, compleja y distinta del español, sentaría las bases propicias para implementar políticas lingüísticas que permitan respetar, fomentar e impulsar el acceso y el uso de la Lengua de Señas Argentina de todas las personas que elijan comunicarse en dicha lengua para tener una accesibilidad efectiva y plena a la sociedad; para accesibilizar medios y entornos para que las personas sordas puedan comunicarse, transmitir sus deseos e intereses, informarse, defender sus derechos y construir una identidad lingüística y cultural positiva que les permita participar plenamente en todos los aspectos de la vida social”, sostuvo Valmarrosa.
Además, explicó que la sanción de esta Ley es el puntapié para erigir como organismos legítimos de consulta a las organizaciones de personas sordas que representan de manera genuina a la comunidad sorda en todas las provincias y jurisdicciones en todo el país; propiciar el acceso a la Lengua de Señas Argentina (LSA) en servicios públicos y privados vinculados a la vida cotidiana en sociedad de todas las personas que utilicen dicha lengua para comunicarse; para que la enseñanza de la Lengua de Señas Argentina sea realizada por personas calificadas reconocidas por los organismos legítimos de consulta, que sean personas sordas, usuarias naturales de la misma; que los establecimientos de educación garanticen el acceso pleno a todos los contenidos del currículo común y que se respete el derecho de las personas que forman parte de la comunidad sorda argentina a una educación bilingüe e intercultural, en la que la Lengua de Señas Argentina es la primera lengua y el español escrito la segunda lengua. “Lo más destacable es que este reconocimiento legal deja de lado una perspectiva de discapacidad, normalización y reparación, para centrarse en el aspecto lingüístico como una cuestión de Derechos Humanos, reconociéndose a la comunidad sorda como una minoría lingüística intercultural, en la cual los niños sordos, como minoría lingüística, tienen derecho a aprender a través de su lengua materna, la lengua de señas, desarrollar su identidad lingüística y cultural y maximizar los resultados sociales, emocionales, económicos y académicos de su educación”, dijo la Secretaria General de CAS.

El Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala que “toda persona tiene derecho a la educación”. Sin embargo, las personas sordas atraviesan múltiples obstáculos para acceder a este derecho, y son pocos los casos en los que se garantiza una enseñanza inclusiva para alumnxs sordxs. Además, se repiten las historias en las que recibieron la alfabetización de manera tardía, ya que se las ha negado históricamente -principalmente desde las instituciones- el conocimiento temprano de la Lengua de Señas. “Formo parte del 85% de las madres oyentes que tienen hijos sordos. El otro 15% son familias integradas en su totalidad por personas sordas. Esta ley busca corrernos del paradigma médico biologicista. Cuando nace unx hijx sordx de familia oyente, lo primero que dicen es ‘no te preocupes, con implantes o audífonos va a recuperar la audición, va a poder hablar’. Así como hace 29 años nos pasó a nosotros, doy fe que hoy sigue sucediendo. Soy profesora de sordos hace más de 25 años, y es lo que sucede en las familias. Se plantea como única posibilidad que recupere la audición y se les priva lingüísticamente la posibilidad de acercarse a la lengua natural. De esta forma, quedan desprovistos de esta posibilidad y no todas las personas pueden llegar a escuchar y hablar el español oral. Por culpa de esto, la mayoría de los estudiantes sordos son analfabetos funcionales. Llega una edad que no llegaron ni a la lengua oral ni a la lengua de señas”, relató Hebe Jazmín Simon, docente y madre de una mujer sorda.

Hebe Jazmín y su hija

Sobre este tema, Valmarrosa aportó su análisis: “El acceso a la información es una de las razones por la cual nos encontramos promoviendo esta ley. En primer lugar podemos mencionar la privación lingüística: privar a cualquier niño o niña de una lengua implica quitarle el derecho de desarrollar el pensamiento desde la primera infancia, que no permite el dominio completo de al menos un idioma natural, siendo perjudicados y afectados posteriormente en su calidad de vida. En segundo lugar podemos mencionar el fracaso escolar, de acuerdo a los últimos datos: el 86% de personas sordas asiste o asistió a escuelas donde no pueden o no pudieron comunicarse con sus docentes, lo cual se traduce en que el sistema actual no garantiza la inclusión educativa para que los niños y niñas de este colectivo aprendan. En tercer lugar nos encontramos con la falla comunicacional, el acceso a la información sigue siendo una deuda pendiente, a pesar de los intentos por cumplir con este derecho, las iniciativas han sido parciales y muchas veces inapropiadas debido a la falta de trabajo conjunto con personas sordas que sean referentes en el área”, sostuvo la Secretaria General de CAS. Y agregó: “La falta de comunicación, de educación y de información se transforman en barreras para conseguir trabajo: el 58.4% de las personas sordas en edad laboral se encuentra inactiva y el 39.9% tiene un trabajo por lo general precarizado, lo que limita su independencia económica aún en condiciones de empleo. Aun cuando nuestra Constitución Nacional en su artículo 16 consagra la igualdad ante la ley de todos los habitantes de la Nación, privarnos de nuestra lengua natural, del acceso a la información, a la educación y al trabajo digno nos coloca en un lugar de desprestigio y de exclusión social, la mirada médica sobre la comunidad sorda no nos permite participar plenamente como ciudadanos argentinos”.

Está comprobado que los signos lingüísticos que constituyen la Lengua de Señas reúnen las mismas características que la Lengua Oral, la diferencia es el canal de comunicación. Hace años que la comunidad sorda argentina lucha para que se reconozca la importancia de la Lengua de Señas y su enseñanza. Sobre esto, Hebe Jazmín Simón dijo: “Esta ley le da reconocimiento y valor a una lengua que antes no era considerada lengua sino que era utilizada como una herramienta. Se abren las puertas a que las familias sepan que tienen derecho de poder elegir, acercarse a la comunidad sorda y ser interculturales, es decir ser bilingües. Hay una enorme falta de accesibilidad y de posibilidades de igualar condiciones con las personas oyentes”.
Esta ley es un gran paso en cuestión de derechos humanos, y habrá que estar detrás de ella para garantizar su cumplimiento. Y también queda mucho por recorrer. “Lo fundamental es que esta ley se aborde como una cuestión de Derechos Humanos. Con la Lengua de Señas Argentina, la infancia sorda puede lograr acceder a un desarrollo lingüístico-cognitivo acorde a su edad. De esa manera, se previene la privación lingüística y se garantiza posteriormente el pleno ejercicio de las facultades, derechos humanos, civiles, culturales y políticos de esos/as niños/as sordos/as. En el año 2006, con la Convención Internacional de las Personas con Discapacidad promulgada por la ONU, se propició un cambio de paradigma que nosotros consideramos esencial: dejar de ver a las personas Sordas desde una perspectiva médica-rehabilitadora y promover un enfoque de las personas Sordas como sujetos de derecho. Por lo tanto, es necesario ya en este punto de partida, empezar a trabajar en todos los ámbitos como la educación, el acceso de la información, el trabajo, etc., para buscar de esta forma que las personas sordas que elijan comunicarse en Lengua de Señas Argentinas sean respetadas y puedan tener una accesibilidad efectiva y plena a la sociedad”, manifestó Julia Valmarrosa.

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