Repudio a Javier Milen en la Feria del Libro


En la inauguración de la 48° Feria Internacional Del Libro de Buenos Aires cuestionaron la presencia del presidente. Al ser nombrado, el público presente lo abucheó.

Por primera vez el gobierno no participa de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, y Vaccaro –Presidente de la FEL- se encargó de responderle con altura. Porque Milei –que no se le puede pedir coherencia- pretende presentar su libro ahí, luego de un ataque constante contra la cultura y el arte, de despreciar la Feria, de operar a diestra y siniestra contra las producciones nacionales, contra artistas, editoriales, y al pueblo entero desde todos los ámbitos. Un presidente que decide correr al costado al Estado, con todo lo que eso implica, recibe el repudio, los silbidos, y los “aplausos” de privilegios solo lo esperan en Puerto Madero o en un Congreso que negocia y transa de cara a la semana que viene.
En el Predio de la Rural se inauguró la 48 Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, y Vaccaro sostuvo entre tantas cosas que concurrir este año a la Feria es un acto de rebeldía y de resistencia, con la respuesta a Milei y a todo el séquito que lo acompaña. La condena del pueblo cuando al pueblo se lo condena, comienza a visibilizarse en las calles y en ámbitos en los que se levanta la voz, se abre la palabra, y se lucha por todo lo que pretenden arrebatarnos desde arriba”.
Tal como le sucede a varios funcionarios públicos que dicen una cosa y accionan otra, que firman la sentencia de la Argentina, que celebran los números de Excel frente al hambre y la miseria, Milei saca la cabeza para afuera y advierte lo que podría recibir si se encuentra cara a cara con la gente. En 5 meses no pisó un solo barrio, no camina por el territorio, no entra a una sola Universidad pública, mucho menos a una escuela. Solo expone su imagen y discurso grotesco con la compañía empresarial y saqueadora, con los voceros o artífices del Poder económico.
El “leoncito” mimado por los grandes poderes, y que ficciona su “enorme popularidad”, todavía no sale a la calle, no habla con la gente, no camina y pretende –por capricho o porque el pabellón que eligió se llama Martínez de Hoz- presentar su libro en una Feria que no lo quiere, que lo rechaza y repudia, y que acá le grita “no hay plata” para el circo fascista.

https://www.instagram.com/reel/C6OkSXZIuYV

Anterior

La épica de la Universidad Pública

Próxima

Héctor Cámpora y el Malón de la Paz