Revolución de las viejas: Las mujeres que luchan por la igualdad antiedadista

Imagen: La Revolución de las Viejas

La Revolución de las viejas es un espacio que propone la igualdad para todxs: el derecho a decidir sobre sus vidas es algo que las une. Más allá de la franja etaria a que se pertenezca, la sociedad patriarcal sigue imponiendo mandatos a las mujeres sólo por su género. En la actualidad son centenares de mujeres agrupadas que militan por la justicia social y la igualdad de oportunidades más allá de la edad.

Por Celeste Almada.

En los primeros días del año 2020, la actual portavoz de la presidencia de la nación Gabriela Cerruti publicó un video en sus redes sociales sobre el concepto de vejez en la sociedad patriarcal. A raíz de este video, centenares de mujeres se sintieron interpeladas y comenzaron un movimiento que llamaron Revolución de las Viejas. Estas mujeres deconstruyen el concepto de vejez y ponen en tensión los estereotipos sociales, proponiendo proyectos que sostengan la felicidad y libertad a toda edad.  Con la pandemia comenzaron a interactuar en grupos de Facebook, y con el tiempo fueron tomando todas las redes sociales mancomunadas en el mismo camino: estar vivas, libres, desendeudadas y orgullosamente viejas.
Esos espacios permitieron que las mujeres puedan debatir sobre sus necesidades, a partir de allí salieron varias propuestas con las que están trabajando en la actualidad, como viviendas colaborativas, salud sexual, cuidados paliativos y eutanasia. También debaten sobre el rol del abuelazgo como una decisión y no como una imposición social al que se debe cumplir.

Imagen: La Revolución de las Viejas

En exclusiva con Revista Sudestada, tres integrantes de la agrupación -Alejandra Benaglia integrante del movimiento en la ciudad autónoma de Buenos Aires, Nancy Quiñores de la provincia de Catamarca  y Sury Villagra que está en el espacio de la provincia de San Luis- nos contaron cómo construyen desde ese espacio político y su experiencia en el último Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No binaries.
En este sentido, manifestaron el porqué son parte de este movimiento y cómo encaran los diversos proyectos que construyen en este colectivo. “Al principio nos convocó el posteo de Gabriela, y después nos encontramos en un bar de Palermo a fines de enero, principios de febrero, llenas de expectativas y  desbordamos el lugar. Después vino la pandemia y los encuentros siguieron por Zoom, entre todas debatimos sobre la construcción de un manifiesto que nos agrupe. Ya saliendo de la pandemia nos encontramos de manera presencial  en Chapadmalal en abril de este año, en el segundo Encuentro Nacional de la Revolución de las Viejas. Más de 600 mujeres llegaron de todas partes del país. La revolución de las viejas está basada en una perspectiva feminista y de derechos humanos, nos reconocemos como sujetas de derechos y no como objetos de políticas asistenciales y nos proponemos erradicar la connotación negativa de la palabra vieja que siempre se relaciona con lo que ya no sirve. Pareciera sinónimo de vetusto, gastado, descartable”, aseguró Alejandra Benaglia.

Imagen: La Revolución de las Viejas

El segundo Encuentro se dio este año, en la localidad balnearia de Chapadmalal: fue un retiro de mujeres adultas mayores militantes feministas de todo el país en el que compartieron experiencias, realizaron talleres de reflexión, y debatieron entre las presentes sobre los prejuicios y la discriminación por la edad.
En concordancia con Benaglia, Nancy Quiñores de la provincia de Catamarca y una de las fundadoras del espacio en su territorio comentó: “En mi caso soy una privilegiada porque soy jubilada docente y vengo del palo de la política sindical.  Esto era lo que estaba haciendo falta, sobre todo en el contexto en el que me muevo, dónde ser viejx es ser descartable. Nosotras vamos en contra de los mandatos sociales que nos impone el patriarcado, el estereotipo que nos venden de que tenemos que estar radiantes pero jóvenes y hoy por hoy siento que soy radiantemente vieja y muy feliz de estar en este colectivo”, sostuvo Quiñores.
La Revolución de las viejas está conformada por centenares de mujeres. En términos numéricos en las redes sociales son 33,5 mil miembrxs. La Revolución de las Viejas propone transformar la vejez en un espacio dinámico para que el paradigma cambie. Liberadas de las presiones sociales y culturales, las mujeres pueden reencontrar el deseo, el entusiasmo,  y el goce.  Se acompañan unas con las otras, porque muchas viven solas y disfrutan de su soledad pero a su vez encuentran refugio dentro de sus pares. En este sentido Sury Villagra, oriunda de la provincia de San Luis comentó: “Venimos de mandatos que primero y principal  una mujer debía casarse y tener hijxs. Después en segundo plano sí podía estudiar y recibirse. En tercer plano trabajar, sí se lo permitan a lxs hijxs, nosotras fuimos dando vuelta todo porque no teníamos otra opción. Entonces eso nos fue fortaleciendo y bueno nos encontramos cuando estamos viejas.  Lxs viejxs en general son discriminados por improductivos, se les paso cuarto de hora y todo lo demás.  A su vez por  ser mujeres somos las que más acarreamos con esos estigmas. Nos encontramos en este espacio, dijimos no basta, no queremos esto para nosotras”.

Imagen: La Revolución de las Viejas

Estuvieron en el Encuentro Plurinacional y participaron en diversos talleres, visibilizando que las viejas tienen un fuego interno imposible de apagar que las moviliza, las convoca y las mueve. Sury Villagra, integrante de la agrupación de San Luis, comentó las sensaciones que les dejó: “En relación con el Encuentro plurinacional aquí fue realmente muy emocionante, ver casi 130 mil personas pululando por la ciudad,  una ciudad que se mostraba asustada particularmente por las publicidades en contra del Encuentro. Cabe acá la reflexión de que es un movimiento muy fuerte el feminismo y hace más de 35 años que las mujeres se juntan para discutir, para debatir, para sacar conclusiones, y que se pueda cambiar y seguir luchando por los derechos. Es un trabajo de hormiga pero lo vamos a seguir haciendo, hay algo que nosotras las mujeres tenemos de sobra que es la tenacidad, la paciencia, la perseverancia. Lo demostraron las Madres de Plaza de Mayo que son un ejemplo gigante”. 
A su vez Villagra agregó: “El  encuentro fue muy rico, los talleres en los que participamos se dieron hermosas charlas, así como que la mayoría coincidimos en los pareceres, en las ideas. Realmente era enriquesedor la palabra de cada unx de lxs compañerxs y las comisiones eran gigantes. Quedó en muy en claro que la unión que nos trae todo estos años de militancia, nadie la va a romper.  Sí bien puede haber diferencias internas, acá hay muchas fuerzas para que desde lo más profundo de nuestro ser nos haga unirnos. Sí se llegase a realizar el otro encuentro en noviembre, no creo que vaya a tener la multitud que tuvo este encuentro, que fue realmente representativo desde la  plurinacionalidad, las mujeres y las diversidades”.

Imagen: La Revolución de las Viejas

En su manifiesto las viejas dicen: “Porque nos tocó transitar de este modo nuestra historia, es que no queremos cambiar la vejez, queremos cambiar la vida. Sabemos que será una lucha extraordinaria, la afrontamos con convicción y libertad”. En este sentido Alejandra mencionó: “Nosotras somos las ancestras de las jóvenes de hoy, las que luchamos por la ley de divorcio, que enfrentamos en la hiperinflación, las que salimos a la calle con el punto final y la obediencia de vida y después nos enfrentamos al liberalismo, al neoliberalismo y protagonistas también de las asambleas del 2001. Somos las hijas del pañuelo blanco y las madres del pañuelo verde”.
 La vejez es una parte de la vida que nos tocará a todxs. Queremos vivirla en plenitud, porque tenemos deseo, la pasividad pasó de moda y eso es lo que estas mujeres vienen a proponer, rompiendo estructuras, haciéndose cargo de su historia y construyendo su presente y su futuro para ellas y para todxs. Las viejas vienen por la revolución porque al silencio no se vuelve nunca más.

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