22 años sin Darío Jerez: “El domingo por muy poquito no llegaron a ganar las elecciones en La Costa los responsables de su desaparición”

Este 25 de octubre se cumple un aniversario más de la desaparición de Darío Jerez y, como todos los días del año, continuamos ejercitando la memoria colectiva para que nadie más tenga que estar buscando a un ser querido. Luchando contra la impunidad del poder político y económico de un sector electoral y contra la amnesia pueblerina. 

Por Gonzalo Niggli

En La Costa, la vida pasa entre el dolor, la ausencia y la lucha. En las marchas, la palabra y la acción se organizan con la convicción que la memoria colectiva es el arte popular ante el negacionismo y la impunidad. Veinte años, estuvieron escondidos los desaparecedores y su máquina de impedir pero aquí estamos, abrazados a la familia y junto a Julián Jerez, para que nos grite con su garganta, los sentimientos de los últimos 22 años de su vida: “El domingo pasado, por muy poquito, no llegó a ganar las elecciones en el Partido de La Costa, el poder político que en 2001 gobernaba cuando desaparecieron a Darío Jerez. Sabemos, que es necesario contarlo todos los días porque el negacionismo, que últimamente se ve fortalecido, lo demuestra. Hay que hacer memoria siempre, pero hay un vientito a favor en los aniversarios. Rubén Darío Jerez, mi papá, tenía 40 años el 25 de octubre de 2001. Vendía golosinas en los kioscos y, como changa, trabajaba para una financiera local que daba créditos y financiamiento a la gente en los comercios de la zona. Testigos, afirman que esa financiera podría haber estado lavando el dinero de la administración municipal del gobierno del radical Guillermo Magadán y que, al enterarse de algo de eso, podría haber sido la causa de la que hoy, no esté junto a nosotros.

Por el encubrimiento de la desaparición de Darío, imputaron a tres funcionarios municipales: Jorge Grande, Daniel López y Cristian Ibarra; además de dos directivos de la financiera: Alejandro Muñoz y Carlos Subirol. El juicio que llevó a cabo el poder judicial de Dolores en 2013, los absolvió a todos sin prestarle demasiada atención a la prueba que fundamentaba el encubrimiento porque los jueces, no sé si por miedo o conveniencia o por las dos causas, concluyeron que “la desaparición no se encontraba probada”. Absurdo por todos lados. Como si fuera necesario un certificado sellado y no la falta de una persona para probar que no está.

Instancias superiores como Casación y la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires dieron por tierra con ese fallo y ordenaron la realización de un nuevo juicio, orden que llegó a Dolores tres días antes de que se cumplieran los plazos de prescripción del delito de encubrimiento. No desvelo absolutamente nada, sí digo que la administración de la justicia es fuerte con los débiles y se hace bastante la boluda con los fuertes.

A raíz de esta injusticia y con el apoyo incondicional de la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires presentamos el caso ante la CIDH para que los engranajes internacionales actúen y logremos saber la verdad y llegar a la justicia.

De todas maneras, llevamos una lucha ininterrumpida por 22 años y no vamos a aflojar ni un poquito porque estas peleas arrancan y no terminan. Las Madres y las Abuelas, lo saben más que nosotros. Entendimos que la lucha es colectiva y que buscando a Darío estamos ayudando al pueblo a tomar consciencia y poner un freno a las ansias de volver a gobernar que tienen los desaparecedores. Y sepan, que cada año impar que insistan en postularse nos van a tener enfrentándolos.

El domingo pasado, por muy poquito, no llegaron a ganar las elecciones en el Partido de La Costa los responsables de su desaparición, los seres horribles que en 2001 gobernaban cuando desaparecieron a Darío Jerez. El mundo es triste e injusto, las desapariciones duelen, pelear durante años a veces cansa, pero nada de esto es excusa para no levantarse todos los días, ponerse el traje de militante de la memoria y salir a la calle, para gritarle en la cara a los seres más horribles, NUNCA MÁS”.

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