Al odio no se lo subestima

Ayer, 9 de julio, en la manifestación anticuarentena en el Obelisco distintos participantes agredieron a periodistas y trabajadores de prensa. Quienes exigían libertad no pudieron respetar la actividad de un medio que no les resulta a fin.

La reacción violenta de un sector de manifestantes contra laburantes de prensa de ayer confirma varias certezas: golpear en turba siempre es señal de cobardía, de ausencia de discurso político y de la necesidad de buscar un chivo expiatorio para tanto odio. Golpear a un laburante siempre es una expresión nefasta, cuestionable, vergonzosa, porque quien confunde la línea editorial de los grandes medios con el trabajo de piso de los trabajadores no entiende de qué se trata. Ayer le pegaron a fotógrafos, camarógrafos, cronistas y asistentes de sonido. Y lo hicieron en forma de turba, escudándose detrás de la impunidad de la masa iracunda, buscando un modo de desahogar una raíz de odio y resentimiento que no encuentra otro cauce.

Y acá conviene detenerse: cuando el odio no encuentra cauce, es un peligro. Y apostar a burlarse del odiador, a desnudarle en toda su ausencia de recursos, a exponer a voces delirantes, ridículas y patéticas como síntesis de la mayoría y pensar que sos más vivo por eso, también es un error porque subestima aquello que se está manifestando. Hoy hay cronistas que trabajan de burlarse de estas expresiones, alumnos de la escuela de personajes nefastos como Pergolini, y no entienden que no son más vivos que el viejo que chorrea odio ante su micrófono. Lo que se manifiesta no es un viejo delirante que mezcla a Soros con la infectadura de la OMS y con el 5G y comunismo que ya se viene, lo que se manifiesta es el odio sin cauce. Y cuando hay odio, nadie piensa. El gérmen de todos los gobiernos de derecha, democráticos y golpistas, es el odio ciego, extremo, descontrolado y fuera de límites y parámetros políticos.

El odio es el principal alimento del fascismo, y nunca es conveniente burlarse cuando el odio emerge, porque su emergencia es expresión inorgánica y multiforme de un proyecto autoritario y de derecha que crece. Hoy los que odian coparon las calles que fueron abandonadas por todos los demás sectores: la calle es su escenario y amplificador porque la coparon. Y si encima su discurso es transmitido, ridiculizado y subestimado, el peligro seguirá creciendo

LOS CAMPEONES DEL ODIO(En la nueva marcha contra el gobierno y la Cuarentena, agredieron a laburantes de #C5N y echaron al móvil del canal)Ahí están los campeones de la Libertad y la República. Ahí están los democráticos y comprometidos vecinos que se manifiestan a favor de empresarios estafadores y de golpistas solapados detrás de trolls centers. Ahí están agrediendo a laburantes de prensa de C5N, que están en la calle cubriendo una nueva marcha de odio y resentimiento contra todo lo que no sea bancar los privilegios de los "vecinos bien", esos que golpean y escupen a laburantes.El odio sigue ahí, creciendo, y odian la Cuarentena, odian al comunismo, odian a Cuba y Venezuela, odian a los pobres y los que cobran planes sociales, odian a los trabajadores. Los que agitan el odio festejan: los operadores del macrismo, los falsos libertarios de la derecha de Milei y Espert, los fanáticos de salames como #ElPresto, los vecinos bien de Palermo y Recoleta, los nostálgicos de los uniformes, los que aplauden a la policía del gatillo fácil. Ahí están de nuevo. #RevistaSudestada

Publicado por Revista y Editorial Sudestada en Jueves, 9 de julio de 2020

Ahí están los campeones de la Libertad y la República. Ahí están los democráticos y comprometidos vecinos que se manifiestan a favor de empresarios estafadores y de golpistas solapados detrás de trolls centers. Ahí están agrediendo a laburantes de prensa de C5N, que están en la calle cubriendo una nueva marcha de odio y resentimiento contra todo lo que no sea bancar los privilegios de los “vecinos bien”, esos que golpean y escupen a laburantes.

El odio sigue ahí, creciendo, y odian la Cuarentena, odian al comunismo, odian a Cuba y Venezuela, odian a los pobres y los que cobran planes sociales, odian a los trabajadores. Los que agitan el odio festejan: los operadores del macrismo, los falsos libertarios de la derecha de Milei y Espert, los fanáticos de salames como #ElPresto, los vecinos bien de Palermo y Recoleta, los nostálgicos de los uniformes, los que aplauden a la policía del gatillo fácil. Ahí están de nuevo.

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