Amores barriletes

Por Cin Wololo (*)

Mi papá me hacía los barriletes con papeles de colores y cañitas.
Yo miraba cada paso. Sabía que era lo más hermoso que me podía pasar mientras durara.
Hacerlo volar por primera vez era casi tan mágico como abrir la caja de fabercito que siempre me regalaba mi abuela en navidad. Lo salvaba una o dos veces de algún árbol, desenroscaba el hilo con paciencia, lo volvía a remontar. Pero sabía que en algún momento se iba a romper o se iba a soltar.
Aun así, cada tarde de viento era lo más maravilloso del mundo.
El mundo está lleno de amores barriletes.
Momentos de felicidad que lo son todo.
Amores que no podemos remontar más.
Parches que ya no soportan el más mínimo viento.
Y se van.
Por suerte se van.
Y llegan otros nuevos.
Cada vez que hay viento sur, el recuerdo se me llena de colores.

(*) Es poeta, ilustradora y narradora, su último libro es Orillas.

¿Querés colaborar con 100 pesos? Hacelo en este link.

Anterior

Tapabocas

Próxima

El privilegio de correr