Cecilia Ce: “En este contexto debemos bajar la exigencia sexual”

La licenciada en psicología sexual y autora de “Sexo ATR”, Cecilia Ce, propone no autoexigirse a la hora de atravesar esta pandemia con una sexualidad activa. Además, invita a ejercitar el deseo y a repensar cómo esta situación tan particular impacta al momento de tener relaciones. Según sostiene, es importante entender que la ansiedad y los miedos nos afectan a la hora de coger.

Por: Micaela Soledad Arbio Grattone

Hablar de sexo hace tiempo dejó de ser tabú. Cecilia Ce es una mujer que decidió tomar la posta, poner el tema sobre la mesa y desarmarlo de complejos. Las nuevas normativas que impuso el aislamiento social y preventivo prohíben la actividad en los teatros, esta decisión la dejó sin posibilidad de disfrutar de su lugar favorito para reírse y reflexionar sobre el goce y el placer, su obra: Beer and Sex Night. A pesar de eso, la licenciada en psicología sexual prende la cámara de su celular y en diferentes entrevistas derriba mitos. Además, hace un gran aporte desde su cuenta de instagram compartiendo con su público información necesaria. Desde el living de su casa, Cecilia Ce se atreve a responder las preguntas de Sudestada.

¿Qué sucede con nuestra masturbación e intimidad en el contexto de cuarentena?

La sexualidad que tenemos, después de que hayan pasado 120 días de cuarentena, es la que podemos. Sostener esta situación es muy difícil y atenta contra el deseo. Estamos ansiosos, angustiados, la pasamos mal. No hay aire para prender el fuego. No tenés un espacio al que llegar para el otrx porque está ahí todo el tiempo, cerca tuyo. Tenemos que ser muy compasivos con el otro. Tenemos que entender, bajar expectativas, estar tranquilos. Hay personas que se ponen creativas y que encuentran su momento en la ducha o cuando el otro se va, pero no es el panorama ideal para la excitación. Depende de cada uno y los escenarios de cada pareja son diferentes. Algunas al principio estaban muy arriba, pero ahora ya no es lo mismo. 

Al momento de coger ¿afecta la ansiedad y el miedo de coger?

Y sí, ya desde lo fisiológico para poder estar en un grado de excitación tenés que estar relajado/a. Si estoy ansiosa, dispersa, de mal humor, eso no ayuda. No existe un corte, ni la distancia con el otro para seducir o enriquecer tu espacio interior. Muchas veces nosotros fomentamos las fantasías en soledad y eso luego enriquece el encuentro con el otro. 

¿Qué consejos darías para atravesar esta situación?

En este contexto debemos bajar la exigencia sexual. Nada de lo que está pasando es criterio de nada, porque estamos en un momento de híper estrés. Las conclusiones las vamos a sacar cuando volvamos a la normalidad. Pero en este momento hacemos lo que podemos. Necesitamos el contacto, poder entender al otro, darle su espacio, hablar de lo que sentimos y, si extrañamos la intimidad, hay que tener en cuenta la rutina y los cortes de ésta para que cada tarea tenga su momento. 

¿Es posible recuperar la atracción dentro de esta rutina?

Soy de las que prefieren prevenir el cuidado de la sexualidad, porque si la empezamos a exigir la podemos hacer pelota. Hay que ver cómo uno se siente con su cuerpo después de haber perdido sus espacios. Depende de cada persona y todo se trabaja, pero requiere de un esfuerzo extra y hay que ver si tenemos con el resto energético para hacerlo. Porque ya nos estamos esforzando mucho desde lo económico y desde la salud; sumar un trabajo para la sexualidad es complejo. No es algo que se vaya a ir de un día para el otro, por lo tanto, se puede recuperar en un contexto distinto. 

¿La costumbre mata el placer?

No creo que haya nada lineal. No creo que el tiempo, la rutina o la edad sean factores determinantes. Con el correr de los años uno puede construir una sexualidad mucho mejor, con alguien que te conoce, con quién tenés confianza, que te entiende. Eso puede ser un potencial, depende de cada relación. Está instalado el mito de que la rutina mata el placer, pero ¿por qué? Y, porque creemos que el deseo va a aparecer solo y en realidad lo que sucede es uno que se deja de ocupar del deseo. En las parejas de largo tiempo se abandona ese trabajo porque está instalada la idea de esas escenas de Hollywood en donde alguno aparece por detrás del otro, lo agarra en la cocina para coger con pasión. Eso jamás sucede. Es todo lo contrario, y hay que ejercitarlo.

 ¿Cómo conectamos con el erotismo nuevamente?

Con la gimnasia del deseo. Este concepto sostiene que cada uno debe ejercitarlo para tenerlo más disponible cuando lo quiere utilizar. En la rutina, se nos pasa el día entre las horas de trabajo, ordenando el hogar o ocupandonos de otros. En general, no hacemos nada por la sexualidad. Si se te pasó el día y no te miraste al espejo, ni te pasaste una crema, ni conectaste con tu cuerpo o no hiciste ningún ejercicio para poner en práctica el deseo es más difícil despertarlo. Hay que meter fichitas todo el tiempo y darnos ese espacio. 

Pero, ¿cómo se logra?

Lo primero que tenemos que hacer es pensar en la relación que tenemos con nuestro físico. Tengo pacientes que vienen a una consulta por una disfunción sexual y cuando rasco un poquito me doy cuenta que tienen algo con su corporalidad super dañado y que no lo registran. Eso impacta, y hay que trabajarlo. Entonces creen que van a resolver su problema genital sin solucionar su problema físico. Es tremendo el bombardeo que hoy tenemos en las redes sociales, porque si yo creo que cierto cuerpo es erótico y después noto que no cumplo con esa imagen, me siento que no soy lo suficientemente sensual. Hay gente que no se mira, que no se toca, que la sexualidad le da asco. 

Aunque en general esos sentimientos de rechazo no son culpa de la persona…

Claro que no, por eso. Fomentamos un montón de frases como “tenés que quererte”, “tenés que sentir placer”, pero después no sabemos cómo. Está buena la idea, pero hay que darle herramientas reales a las personas para que las puedan trabajar. 

¿Qué es el amor propio?

Es tener una mirada compasiva hacia uno mismo, poder observarse, conocerse y ser auténtico. Es una manera de hablarnos y ser tolerantes. En general lo hacemos con otros, pero no con nosotros mismos.   

¿Cuán importante es el autoconocimiento en nuestra actividad sexual?

Es una condición necesaria. Tenemos la exigencia constantemente prendida. Debemos sentir placer y disfrutar de la sexualidad, pero esa expectativa no viene acompañada de las herramientas que necesitamos para alcanzar el objetivo. Entonces nos frustramos y nos enroscamos. Necesitamos conocer los caminos que nos llevan a eso y entender que  involucra un montón de cuestiones. Lo que sucede es que uno se llena con información que busca en otros lados porque la información es necesaria, pero se toma como referencia el porno, las redes, las experiencias de otros. Vas sacando de donde podés y ahí se replican un montón de falsas creencias, mitos e información errónea.

 ¿En qué aspectos es urgente la ESI (Educación Sexual Integral)?

Cada vez lo veo más amplio, en todo en realidad. Desde cómo hablamos con nuestros hijos, cómo nos relacionamos con los padres, cómo es nuestra casa. Todo esto lo veo cuando escucho a las personas. La importancia de la intimidad hace a la sexualidad, por eso es tan complejo en este momento. Hay que entender lo amplio de la sexualidad para contemplar todas las variables. En la escuela y con la Eduación Sexual Integral cumplimos con un aspecto de la sexualidad, pero no se termina ahí. Hay una parte teórica, pero tanto el afecto como otros temas son aspectos a trabajar. 

¿Qué rol cumplen los especialistas en la educación sexual?

A veces esperamos que los profesionales no estén atravesados por esa falta de educación sexual que tenemos todos. Yo por suerte tuve en mi carrera una materia de sexualidad y ahí decidí especializarme, pero en el caso de los médicos puede pasar que en toda su carrera no hayan visto este tema, los profesionales a veces repiten falsos mitos. En sí misma la medicina está muy orientada al control de la enfermedad y no al placer. 

Conseguí el libro de Cecilia Ce “Sexo ATR” en Librería Sudestada.

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