Por Editorial Sudestada

Luego de casi 19 años, a través del decreto 571/2023, publicado en el Boletín Oficial, se declaró Monumento Histórico Nacional al espacio donde funcionó el boliche República de Cromañón, pero que también abarca al hotel lindante y al Santuario y Paseo de los Pibes de Cromañon. Allí en el año 2004 fallecieron 194 personas en un recital, a raíz de un incendio, negligencia y corrupción.
Otro paso para la Memoria y contra el olvido. Un enorme logro de los familiares y sobrevivientes, de amigos, y de un pueblo que recuerda lo que allí sucedió, a sus víctimas, a la reparación, y a la justicia. A casi 19 años de una tragedia que desnudó la red de corrupción del gobierno de la Ciudad, del Estado nacional, de inspectores, arreglos y silencios con billeteras gordas, el entramado codicioso se mantiene.
Lo que nos dejó Cromañón es que a los de arriba poco les importamos, que las tragedias evitables son un dolor que cala profundo y no se borra, que las 194 vidas arrebatadas aquella noche simbolizan todas las injusticias, como también los intentos de suicidios de los pibes que salieron con vida.
Otro paso para la lucha de cara al futuro, con el cuerpo en la calle, la palabra como bandera, las movilizaciones, y el arte que acompaña las lágrimas y el dolor por los que ya no están, y la conciencia social, política y cultural, para que esto no vuelva a suceder nunca más.
Las pibas y pibes de Cromañón, presentes.