Sobre la desaparición forzada del joven Facundo Astudillo Castro desparecido el 30 de abril en la localidad de Pedro Luro.
No me vengas a hablar de política o de construcción si Facundo no aparece. No te atrevas a mencionar los derechos humanos, las conquistas sociales o o la lucha de los trabajadores si no estás ayudando a buscar a Facundo. No menciones roscas partidarias ni internas de salón mientras no sepamos dónde está Facundo. No te atrevas ahora a defender la gestión de nadie ni el gobierno de ninguno si el Estado no busca a Facundo, si el Estado fue el responsable de su desaparición y si la policía bonaerense estuvo implicada.
Guardate los discursos hipócritas y la militancia de las redes social si no te sumás a exigir la aparición con vida ya de Facundo, si acaso pensás que sos funcional a cualquier cosa o si especulás políticamente con la vida de un pibe de 22 años que la última vez que lo vieron era adentro de un patrullero.
Ni te atrevas a hablar de política, de militancia, de lucha o de democracia, sino te sumás a buscar a Facundo y a exigir que el Estado se haga cargo. Ni se te ocurra justificar al ministro de Seguridad, Sergio Berni, quien le dijo a la madre de Facundo, sin ningún tipo de prueba y apenas anoticiado del tema a casi 70 días de su desaparición: “Su hijo está vivo y lo vamos a encontrar”, porque es una canallada: si sabe dónde está, que lo diga ya. Y si no sabe, está jugando con la angustia de la madre.
Hasta que no aparezca Facundo con vida, no te vamos a escuchar ni a leer ni a creer nada, porque tu silencio es complicidad, porque tu especulación es miseria humana, porque tu indiferencia ante su desaparición se iguala a los antagonistas que tanto despreciás. Quiero verte reclamando la aparición con vida de Facundo, quiero verte exigiendo que las autoridades se hagan cargo de buscarlo y que lo encuentren, quiero verte luchar por la vida de un pibe desaparecido, quiero verte hacer algo más que este silencio que da verguenza ajena.