El Freud de la villa: “Me crié en la calle y todo eso trato de volcarlo en la escritura”

Damián Quilici, conocido como El Freud de la villa,  fue parte del ciclo de entrevistas Redistribución de la palabra que dirige Natalia Carrizo. En esta entrevista conversaron acerca de la literatura y su trayectoria desde trabajador de una fábrica a poeta. Damián Quilici (@elfreuddelavilla) es escritor y hace stand up. Publicó La piba que me gusta, Te vas a acordar de mí y “Mamá luchona” editado por Sudestada, entre otros. 

¿Cómo es tu experiencia en la escritura? ¿Cuándo empezaste?

Primero aprendí a leer a los tres años, le leía el diario Crónica a mi abuelo. A los siete años me atrapaban mucho las crónicas policiales, me encantaba leerlas. El primer acercamiento a la escritura fue a los 14 años, tenía una noviecita y era la época de las cartitas. No sabía qué escribirle. Pero mi vieja trabaja limpiando casa y un día los patrones iban a tirar una bolsa con juguetes y libros, y mi vieja lo trajo para casa. Había un montón de libros, había uno de Oliverio Girondo, 20 poemas para ser leídos en el tranvía y Operación masacre de Walsh. Los leía y no entendía un carajo. Pero agarraba los poemas de Girondo, le cambiaba todas las palabras y se los mandaba a la chica. 

Después empecé a ver bandas, iba mucho a Cemento. Vendían fanzines, había poesía y activismo político. Entonces me gustó y quise crear mi propio fanzine, lo escribí con lapicera. Luego trabajé en fábricas y me olvidé. De grande me volví a reencontrar con los libros y la literatura. Siempre fue un escape a la realidad que vivía. 

¿Sentís una responsabilidad para dejar testimonio de la realidad social que vivimos?

Si, claro. Yo me crié en la calle, aunque yo no delinquía mis amigos sí, entonces quedaron esos registros y trato de volcarlos en la escritura. También mostrar que en los barrios bajos durante los 90 y los 2000, con el escuadrón de la muerte, estabas parado en una esquina y te fusilaban. Así que hay que escribirlo, alguien tiene que hacerlo siempre. 

¿La literatura te salvó?

Obvio, me salvó en un montón de cosas. De lo que pudo haber sido una adicción a las drogas, de la depresión. Empecé a sanar con la literatura, en el buen sentido, escribir y sacar toda la mierda. No hace falta estar en un bar a las penumbras como Bukowski, con el celular en notas lo podes hacerlo así nomas y en cualquier momento. Tampoco hace falta leer a 10 mil autores para escribir. Todo el mundo puede escribir. 

Ahora se está redistribuyendo un poco más la lectura y la escritura 

Si tal cual y es hora de que la literatura deje de ser tan elitista. Un libro puede salir $1800 y con eso una persona come una semana. Por eso yo vendo lo que escribo en PDF al precio de una birra. Y la gente quiere leer, me suelen decir mucho “cuando cobre te lo compro”. Ahí te das cuenta de las ganas. Hay que socializarlo, para que el que no pueda pagarlo tenga la posibilidad de tenerlo en PDF. 

¿Te enamorás todo el tiempo? 

No, mi historia real es la de La piba que me gusta. Después Tan Maria que duele, es un personaje que inventé para contar lo que me estaba pasando a mí. El resto son poemas inspirados en canciones o en mis seguidores. Historias que pasan desapercibidas en el conurbano. 

¿Cuál de tus libros fue el que más te desafió? 

Te vas a acordar de mí, sin dudas. Me levantaba a las 8 de la mañana y escribía el relato del día, cosas que me pasaban. Yo capaz publicaba una dirección y la gente iba a comprobar. 

Música para escribir ¿Cuál es la banda de sonido del Freud de la villa?

Escucho mucha música. Cuando me quiero sentir en el barrio pongo cumbia de los 90, mucha cumbia colombiana. Me inspira mucho a la hora de escribir, me lleva al pasado. Todo alrededor es poesía y hay que retratar eso. Cuando necesito evadir y ponerme a escribir una historia larga escucho Los redondos, Los brujos, Duran Duran. Tengo mucha variedad musical. 

¿Si tuvieras una máquina del tiempo para hablar con vos mismo ¿A qué momento irías? 

Iría al 94, cuando dejé la secundaria en segundo año. Me convencería de terminar la escuela y empezar a estudiar periodismo en la facultad. Tuve que empezar a laburar a los 14 años porque en mi casa nos cagabamos de hambre. Y no pude estudiar. De los 14 hasta trabajé en fábricas hasta que en 2012 lo dejé para dedicarme al stand up. Ahora sume la escritura. 

Entrevista completa en el IGTV de @sudestadarevista

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