Travesticidio: Fue un policía

Esta vez el travesticidio no lo pagó la noche, se hizo justicia. La provincia de Mendoza tuvo su primer juicio por jurado y fue ante el asesinato de una joven travesti que una madrugada de agosto del 2020, en plena pandemia, no tuvo el privilegio de “quedarse en casa” y fue asesinada de seis, de los nueve balazos que le propició el policía Chaves, en la localidad mendocina de Guaymallén cuando ella se encontraba en su esquina ejerciendo la prostitución para llenar la olla, mientras este señor -representante de una de las instituciones más represivas hacia nosotras- salía de cacería a consumir cuerpos y descartarlos como mercancía.

Por Florencia Guimaraes

Al llegar el lunes a Mendoza una pregunta resonaba en mi cabeza ¿qué sería de la vida de Melody si hubiese accedido por ejemplo a un trabajo a través de la Ley de cupo laboral travesti/trans? Ley que dicha provincia no adhiere aún.
Mientras íbamos camino al inicio del juicio en el Polo Judicial pensaba en lo importante que es seguir luchando por una vida digna. El juicio comenzó antes de lo previsto, afuera éramos unas pocas personas. No me sorprendió. Desplegamos la bandera de la comisión de justicia por Melody, mientras esperábamos que llegue Vicky, su madre, a dar la conferencia de prensa. A las corridas y con su nieta de la mano vino cansada pero a paso firme, vi en sus ojos entristecidos, los ojos de Melody ¿cuánta fuerza, no?, Me pregunté por dentro. Esa madre es también mi madre. Melody podemos ser todas, somos todas.
La furia travesti brotó sin pedir permisos, el canto resonó entre las montañas mendocinas: “señor, señora no sea indiferente se mata a las travestis en la cara de la gente”.
Se pasó a cuarto intermedio hasta el martes. Agotades, seguimos nuestro itinerario trava, nos esperaba un panel en la Universidad de ciencias sociales y políticas de cuyo. La comisión de justicia por Melody trabajó fuertemente durante mucho tiempo para llegar a este histórico juicio. El aula magna nos recibió, volvimos por milésima vez a hablar sobre travesticidios. Parece mecánico, no lo es, duele, trae a nuestras mentes las amigas arrebatadas por el sistema, nos recuerda al dolor persistente de la perdida de de Diana. El tema se instaló en los medios mendocinos, en una provincia donde no hay cupo laboral pero sí mucha prostitución, donde al mismo tiempo que no nos quieren dar oportunidades los políticos de turno que gobiernan, existen códigos contravencionales que criminalizan a las pibas en prostitución. Algunas personas se acercaron y nos dijeron “no bajen los brazos”. Nunca los bajaremos, levantamos el nombre de cada una de nuestras asesinadas y perdimos justicia.
El veredicto se dio a conocer luego de una extensa jornada a última hora del jueves. Como cierre el acusado hizo uso de sus últimas palabras y dijo cínicamente “yo me defendí”. El jurado popular compuesto por 12 personas sentenció: El policía fue declarado culpable del delito de “homicidio agravado por odio a la expresión de género o identidad de género (travesticidio), en concurso ideal con homicidio agravado por la condición de sujeto activo, por alevosía y ensañamiento, y agravado por el uso de arma de fuego y condenado a cadena perpetua”.
Este fue un juicio histórico. Esta vez el Poder Judicial con este juicio por jurado empezó el proceso de democratización de la justicia, tomó en cuenta nuestras demandas colectivas a la hora de abordar los travesticidios sociales y dictó una sentencia ejemplificafora. Como dijimos al finalizar el juicio por el travesticidio de Diana Sacayan, el juicio de Melody es el juicio también de todas nosotras, de todas aquellas personas que luchan por una sociedad justa e igualitaria.

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