Humanizar y politizar a Luca: “Yo no soy un rockero loco que está en la droga”

Fue casi la última aparición del músico italiano,
el más porteño de todos, porque unos días después,
antes de fin de año, murió.
Las Madres todavía lo recuerdan con una sonrisa.

Demetrio Iramain, Una historia de las Madres de Plaza de Mayo, año 2017.

Por Pablo Nolasco Flores

En una entrevista en el año 86, Luca se hinchó las pelotas de que lo traten de reventado. Su imagen de rockero desprolijo, con una impronta desprovista de lo material, que se lo vinculaba con la droga, el alcohol y el reviente, impulsaba a la prensa mercantil a reducirlo.
¿Qué reventado? Yo fui al mejor colegio de Europa con el príncipe Carlos. Hablo castellano, francés e inglés, cuatro idiomas, ¿vos cuántos hablas?, increpa Luca al periodista.
Yo apenas uno,
contesta.
Y yo soy el reventado…
(Entrevista a Luca Prodan en el programa de TV Aerosol, julio de 1986)

Luca no era un reventado. El 10 de diciembre de 1987, lo deja bien en claro en una nota que le hacen en el diario de las Madres de Plaza de Mayo. El 87 fue un año de retroceso para la Memoria, la Verdad y la Justicia. A fines del 86, se sanciona la Ley de punto final, cuyo texto planteaba un plazo de 30 días para presentar denuncias contra crímenes de lesa humanidad.
En la Semana Santa del 87’, una sublevación militar pedía amnistía para los acusados por las violaciones a los derechos humanos. La presión ejercida por los militares surge efecto y el presidente Alfonsín cede ante ellos: en junio se sanciona las leyes de obediencia debida, donde se liberaba de responsabilidades a aquellos oficiales que hayan cometido actos a partir de la obediencia a sus superiores, es decir, por verse “imposibisibilatados” a desobedecer las órdenes. En este marco, el 10 de diciembre se lleva a cabo la séptima marcha de resistencia impulsada por las Madres de Plaza de Mayo. Y ahí estuvo Luca.
Se acercó a la redacción abierta de nuestro periódico a las 2:30 de la madrugada. Con su cabeza totalmente rapada y sus anchos pantalones tenía un aire de clown. Era Luca Prodan, líder del grupo de rock Sumo. (La indiferencia me espanta. Entrevista a Luca Prodan realizada por el Periódico de las Madres de Plaza de Mayo. Publicada en enero de 1988). Así comienza la nota que el diario de las Madres de Plaza de Mayo le hacen al Tano.

Luca y la dictadura militar
Juan Carlos Carner, fue el primer productor de Sumo y ex militante del Partido Comunista. Encontró refugio en el rock para poder tener laburo, pero también para zafar de la dictadura. Luca vivió con Carner por dos meses en el 82. Fueron días de enseñanza y aprendizaje para uno y otro. En la cotidianidad, las charlas iban tomando un tono político. Juan le hablaba a Luca de marxismo, maoísmo y budismo. Y Luca lo seguía. Lo hacía porque era un tipo muy culto. Carner le cuenta que había estado desaparecido. Luca no podía comprender qué implicaba la condición de detenido desaparecido. Tampoco podía entender los crímenes llevados a cabo por la dictadura.
La primera vez que hablaron de política fue el 30 de marzo de 1982, cuando la CGT moviliza a Plaza de Mayo bajo la consigna “paz, pan y trabajo” donde termina con represión y un trabajador asesinado. Luca vió eso por televisión. El 2 de abril, nuevamente se produce una movilización a Plaza de Mayo, pero esta vez para vitorear la ocupación de Malvinas por parte del gobierno de Galtieri. Luca, enojado, dice que no entendía a los argentinos que hace una semana el gobierno los cagaba a palos y después van otra vez a la plaza con “Banderitas y globos” para festejar. Ahí nace la canción que fue presentada en junio del mismo año, en el pub Caroline’s de Palomar.

Con un público en su mayoría hijos de militares y cadetes del Colegio Militar dice que el tema está dedicado a Leopoldo Fortunato Galtieri, presidente del país de las banderitas y globos. Cuenta Carner.
Quizás estuvimos frente a la primera canción del rock argentino que hace alusión a la dictadura militar y no nos dimos cuenta.

Luca y las Madres de Plaza de Mayo
La indiferencia me espanta. Con esa frase extraída del testimonio que Luca le brindó a los redactores del diario de las Madres de Plaza de Mayo se tituló una de las últimas notas que dio algunos días antes de su muerte, el 22 de diciembre de 1987. Quizás fue la única nota estrictamente política que dio Luca, donde separó tantos y fue tajante:

Hay una mezcla acá en esta marcha. veo por un lado la solemnidad, el dolor, las madres tristes. Y por otro gente que parece estar de fiesta. Y yo no estoy de fiesta. (La indiferencia me espanta. Entrevista a Luca Prodan realizada por el Periódico de las Madres de Plaza de Mayo. Publicada en enero de 1988.)
De nuevo Luca poniendo el ojo en la contradicción. Otra vez Luca planteando sus dudas, a su manera, sobre la idiosincrasia argentina. Tres días después, dio una nueva nota que se publicó en el Suplemento SÍ! del Diario Clarín. Pero el tono era otro.
El otro día estuve acá en la Plaza, en la Marcha de la Resistencia. Estuve con Hebe de Bonafini. Pero era ridícula esa marcha, vos veías a las Madres, sombrías, austeras, tristes… y después había todos esos boludos del MAS y del MID y de no sé qué carajo, con los bombos, fumando porros, tomando vino, o sea que estaban de joda, entendés. Me hicieron una entrevista para el diario de las Madres. A mí lo de las Madres me parece bien. Al final ese Astiz todavía anda suelto y encima lo quieren ascender. ¡Ese tipo tiene que estar en la cárcel de por vida! ¡¡¡¿Qué es esto?!!! (La última entrevista. Entrevista realizada a Luca Prodan por Walter Rodríguez Salvi y Fernando Jasminoy el 13 de diciembre de 1987. Publicada en el Suplemento Sí! del diario Clarín en junio de NdelE: en realidad la última entrevista se la realizó Néstor Nardella el 16 de diciembre de 1987).

El supuesto reventado estaba criticando a los reventados que se movilizaban para expresar el repudio a las leyes de obediencia debida y punto final. El rockero loco y drogadicto manifestaba su apoyo a la causa de las Madres y pedía perpetua para el asesino de Astiz. Luca estaba abriendo una puerta. En el 2020, Hebe de Bonafini lo recordó en una entrevista:
Teníamos relación con él antes ya. Cantó en la plaza, una o dos veces, ya no sé cuántas. Son personajes que no olvidamos las Madres. No olvidamos nunca lo que hicieron, los que nos contaron, y cómo era su vida. Porque había un acercamiento muy grande con ellos. No porque las madres nos hiciéramos rockeras, sino porque tomamos una actitud como más juvenil con ellos, de comprender todo lo que hacían, su historia, sus libertades para todo lo que hacían, para su vida misma. Que era, en definitiva, por lo que luchaban nuestros hijos: por la libertad de cada uno. (Charla con Hebe de Bonafini en el seminario “Cultura rock y política” de la carrera de Comunicación Social de la UBA a cargo de Juan Ignacio Provéndola. Año 2020).

De a poco el rock se iba acercando a la lucha de las Madres, las Abuelas y los organismos de derechos humanos. El sociólogo Pablo Alabarces hace rato viene insistiendo en derribar la falsa idea de que el rock nacional (o Argentino) fue resistencia a la dictadura. Si lo que se quiere es encontrar una ligazón entre rock y política, habrá que esperar a los 90 donde comenzaron a darse los primeros encuentros: los recitales que las bandas más grandes del país dieron en Ferro y en la cancha de Rosario Central para Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, los festivales por el pedido de justicia por el asesinato de Walter Bulacio y el Maestrock, el evento que se da en el marco de la carpa blanca que montaron los trabajadores de la educación en el 97, cuyo punto más elevado y significativo fue la presentación de Divididos, donde Mollo, Arnedo y Araujo subieron al escenario con guardapolvos blancos. ¿Habrá sido Coquito el primero en tirar la piedra?
Así como Luca se hartó de que lo traten de reventado en el 86, en el presente otros tantos nos seguimos molestando con la reducción de su figura a la simple manifestación de sus problemas mediante los excesos. Humanizar a Luca, politizarlo, reivindicar su sensibilidad y su ojo crítico para comprender los 80 en Argentina es un acto de justicia.

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