La Abuela Sonia Torres cumple 94 años

Este 2 de septiembre, la representante de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba, cumple 94 años. Es una de las pocas abuelas con vida que aún no ha encontrado a su nieto. Lleva 47 años en la búsqueda de él, y de los más de 300 que nos faltan encontrar.

Por Camila Gómez Parodi

Sonia Torres o Choni, como sus seres queridos la llaman, nació un 2 de septiembre de 1929 en un pueblo llamado Villa Dolores. Tuvo una niñez y una adolescencia hermosa, estudió baile y música. Siempre cuenta que su papá era el odontólogo del pueblo y que era una persona muy amable, todas las mañanas ella le pedía 5 centavos para comprar caramelos antes de ir al colegio y él sin regañarla se los daba. Al terminar la secundaria se mudo para estudiar Farmacia en Rosario, allí conoció a Enrique Parodi el padre de sus tres hijos Luis, Silvina y Giselle. Finalizó la carrera  en su provincia para que el título se lo dieran en la Universidad Nacional de Córdoba, fue la primera mujer universitaria de su familia.  

El 26 de marzo de 1976 Silvina Parodi, su hija del medio, fue secuestrada junto con su compañero Daniel Orozco en su casa de barrio Alta Córdoba. Para ese momento la pancita de Silvina, de 6 meses de embarazo, ya era notoria. Ese bebe era el primer nieto que iba a tener Sonia y su familia, lo esperaban con todo el corazón. 

Cuando se enteró que habían secuestrado a su hija embarazada y a su yerno comenzó una búsqueda incansable.  Ella y su familia saben que ese bebe, hoy de 47 años, es un varón y que nació el 14 de junio de 1976 en la Maternidad Provincial de Córdoba.

Durante esos dos años buscó con su familia. En 1978 decidió unirse a la búsqueda colectiva de Abuelas de Plaza de Mayo. Actualmente, está rodeada de jóvenes de la edad que tendría su nieto hoy, esto la mantiene con un espíritu joven, alegre y con una moderna forma de pensar. En el último tiempo siempre ha participado de todas las marchas de ampliación de derechos para las mujeres y personas LGBTQI+ . 

Todos los días la abuela cordobesa se hace presente en Rivadavia 77, sede de Abuelas Córdoba, buscando a su nieto y a los 300 que faltan. En este momento se encuentra trabajando en la digitalización de más de 15 carpetas que hizo durante los dos años de pandemia, que reconstruyen la historia de su búsqueda y de la filial de Còrdoba. Aunque la esperanza de contarle ella misma la historia de su madre y su padre sigue intacta, sabe  que el tiempo pasa y que los años se siguen sumando, es por eso que está preparando con mucho amor, en formato digital y papel, estas carpetas que recorren todos estos años de búsqueda para que su nieto sepa que todos los días, desde aquel 26 de marzo de 1976, lo busca, como dice ella:  “teniendo tatuada en el corazón la esperanza”. 

Al frente del local  hay unos banquitos donde Sonia en su momento de descanso se sienta, al solicito, esperando, buscando, tratando de encontrar similitudes con las personas que caminan por la calle, con la esperanza de que alguna vez su nieto se anime a tocar el timbre de Abuelas.

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