El INDEC publicó el índice correspondiente al mes de agosto. Con una acumulación 80.2% en el último año, anunció hoy que la inflación de agosto es de 12.4% . La supuesta “Guerra contra la inflación” es sin dudas una batalla perdida, y no para quienes se sientan en los lugares de poder a renegociar nuestro futuro, sino para los sectores populares y lxs trabajadorxs que tenemos una realidad cada vez más dura. Los números hacen agua para el ciudadano de a pie cuando el presente lastima, la panza duele, y ya no se habla de “desocupación” sino de no llegar a fin de mes. Los salarios por el piso, los alimentos en alza constante y sin freno, con un Estado ausente -entre otras cosas- para la remarcación de precios, y los sueldos que al día 15 del mes parecieran evaporarse. A poco de las elecciones que definen nuestro futuro cercano, las soluciones que se brindan son parches que día a día carecen. Y entre pujas, encuestas, análisis electorales, el laburante ya no piensa en “gustos” sino en poder comer, alquilar, vestirse, pagar servicios y al menos llegar a cubrir las necesidades básicas que en los últimos años se ha convertido en un “privilegio” cuando en realidad es un derecho.
El porcentaje, los números, los datos fríos, ya los conocemos cuando vamos al supermercado, a la almacén del barrio, cuando los comedores rebalsan de vecinos, los bolsones de comida no dan abasto, cuando las deudas aumentan, y la realidad preocupa con un horizonte a la deriva. El INDEC brinda la información que ya sabemos y sufrimos. Lo que necesitamos es una respuesta urgente y no las recetas de siempre del FMI.