“Las mujeres nos damos cuenta que vivimos la misma violencia”

Erica Rivas es actriz y feminista. En diálogo con Sudestada, conversó en vivo con Camila Miranda sobre la nueva obra de teatro “¿Qué pasa hoy acá?” que está llevando adelante en la actualidad en el Konex . En la entrevista, se expresó sobre el momento que vivimos las mujeres y su rol como madre y profesional.

Por Camila Miranda de Marzi

¿Por qué ahora la obra?

Principalmente las ganas de encontrarnos, ya no es la libertad ahora es el encuentro, eso es algo que nos prima a nosotros para hacer la obra, también hacer reír, por supuesto, tenemos muchas ganas y parece que la gente también de ver algo que te dispare otra realidad. Es algo de los dos lados, hacer reír y reírnos. Después de todo lo que pasó con la pandemia, el teatro se hizo más brillante, más imprescindible, algo que casi estaba en baja porque antes de la pandemia el teatro era para un nicho, pero ahora el encuentro con el otre, en esa ceremonia tan rara que es el teatro, en esa cosa tan alucinante que es encontrarse haciendo algo que es único e irrepetible.

La obra es un homenaje a Urda, ¿Fue algo deliberado o no?

Fue totalmente deliberado, cuando yo lo vi a Martín Rechimuzzi le dije que se parecía a Urda, que me hacía acordar a Urda. Él me dijo que amaba a Urda, que fue una de las cosas que mas había visto en su niñez, entonces dijimos bueno hagamos algo en evocación de él. Nos dimos cuenta de que Urda tiene como una máscara, una energía tan potente. Para quienes no lo conocieron Urda, lo cambió todo, cambió los parámatros de la actuación con su presencia en el escenario, con su voz, con su cuerpo, con esa cosa de actor dotado. También tenía una voz increíble, una capacidad expresiva. Entonces nos dimos cuenta que la evocación de él tenía que ver con una máscara, como si fuera ponerse un traje de Urda. La muerte de él, o la desaparición de este plano físico de Urda nos dejó mucha tristeza, pero por otro lado, nos liberó a poder hacer su energía como si fuera una máscara más. Lo que queríamos era eso, volver a ponernos sus pelucas, digamos. Así que empezamos a trabajar sobre los sketch de “El palacio de la risa” de Gasalla con Tortonese. Empezamos a ubicar los que más nos gustaban y empezamos a imaginarnos que los sketch tenían que ver con un encierro también, y luego sucedió la pandemia y pasó lo que estábamos imaginando, y esto terminó siendo “¿Qué pasa hoy acá?” que son tres sketch que tienen que ver con tres tipos de encierros, el encierro de los cuerpos, el encierro del tiempo y el encierro de las palabras. Lo que hacemos todo el tiempo es evocar eso que es Urda, con toda la humildad, acercarnos un poco.

Erica Rivas y Martín Rechimuzzi llegan al Teatro Ópera con "¿Qué pasa hoy  acá?" | 0221

Después del boom del feminismo desde tu mundo de actriz, ¿Sentís que hubo cambios o mejoras? ¿Cómo es ser ahora actriz, ser mujer?

Para mí lo cambió todo, para mí estamos en otro paradigma, realmente lo siento. Por supuesto que falta muchísimo y que el mundo que imaginamos no lo vamos a ver nosotres, pero sí siento que lo cambió todo. Es muy emocionante ver que en las marchas no somos solamente las personas que tenemos un trayecto un poco más largo en este mundo y que pudimos ver la injusticia y sentirla en el cuerpo con más años, pero sí sabemos que hay nuevas y que tienen mucha fuerza, que nos enseñan un montón y eso es muy emocionante. Las pibas no se olvidan de lo que pasó y de lo que está pasando.
Esa cantidad de energía de personas en la calle lo cambió todo y creo que nos dio fuerza a todes y que con más o menos demencia, con más o menos recursos, estamos llevándolo a nuestro día a día. Cuesta un montón y falta muchísimo por recorrer, pero nos da fuerza porque nos sentimos juntas.

Pienso en tus comienzos, cuando fuiste mamá, ¿Cómo fue eso de maternar y ser actriz?

Fue terrible porque además no se tenía en cuenta, y ahora quizás tampoco, la depresión postparto, el puerperio, era como una cosa que te pasaba y bueno, arreglate, fijate. No se en otros trabajos, pero como actriz es muy difícil porque estás muy ligada con el tema del cuerpo. Tenemos todavía esa cosa de que el cuerpo es tan importante. Bueno ahora veo que hay un montón de actrices que trabajan embarazadas, y me da mucha emoción y me encanta. Hay un montón de cosas que están pasando y que está buenísimo poder decirlas, más allá de las cosas malas que siguen pasando y seguimos hablando y denunciando, pero pasan también estas cosas que son grupos de mujeres que se bancan, que arman obras de teatro, que se bancan mientras están embarazadas. Eso es alucinante. En aquel tiempo fue muy duro, creo que en todos los ámbitos era igual de duro, en algunas esferas quizás peor. Hoy no se como será, pero sí siento que ahora tenemos más fuerza porque nos sabemos unidas, porque sabemos que estamos en redes, nos vamos comunicando, nos vamos dando cuenta de que vivimos la misma violencia. Estamos todas en el mismo miedo, la misma sensación de tirarse al abismo cuando estas queriendo seguir. Pienso en cuando decidí tener a Miranda en mi casa. En ese momento era lo mismo, me trataron como si fuera una asesina, era una locura. Hablar de violencia obstétrica, era que te digan qué pesada, qué exagerada. Por eso a las feministas nos dicen brujas, o feminazis, y sí claro, okey.

Escuché que no te gusta la palabra parto

Para mí la palabra parto, es una palabra que está asociada a algo malo: “me parto”. Yo sentía que la palabra parto estaba totalmente ligada a la violencia obstétrica, a lo que estamos subyugadas las mujeres y las personas gestantes. Con las mujeres peor, es como un ensañamiento. Y el momento del nacimiento es muy especial no solamente para las mujeres, sino para la persona que está naciendo y robarse ese momento porque los médicos necesitan estar seguros de ciertas cosas y pasan por arriba de nuestra sensibilidad y del momento especial que esa persona necesita tener. Apuran el momento del nacimiento. Para mí la palabra “nacimiento” es mejor que “parto”, porque no me quería sentir ligada a esa referencia de parto “me parto”, o frases tales como “esto es un parto”, “voy a vivir un parto otra vez”. No me parecía. En realidad tendría que ser algo hermoso. Está viniendo una persona al mundo, tendría que ser una celebración, un momento lindo, porque además las mujeres seguimos pariendo, seguimos realizando nacimientos y bueno podríamos vivirlo de otra manera, no solamente para nosotras que de por sí es muy importante poder vivirlo de otra manera, sino también para quien está viniendo a este mundo. Un mundo que ya es tremendo venir a este mundo, ser un humano es tremendo, y que encima te digan parirás con dolor, que bueno, es verdad, duele, estamos entre la vida y la muerte, pero la verdad es que nacen más personas que las que mueren en el parto o nacimiento. Entonces estaría bueno celebrarlo de otra manera y que las personas que se dedican a eso y que están en ese momento que puedan estar de otra manera también para recibir a ese nuevo ser humano. Pariremos con placer, ojalá. Sería hermoso poder hacerlo. Y también es tan importante que estemos entre mujeres viviendo ese momento. Está buenísimo que el padre esté como la persona que decidamos, pero también otras mujeres, porque esa sabiduría que además se correspondía con las aborteras, con las brujas. Esa sabiduría de cómo se nace, está todo el tiempo dejada de lado. Hoy hay doulas, hay parteras, está volviendo, es una sabiduría enorme. Yo creo que las mujeres que parimos van a saber de lo que estoy hablando y es muy importante que esté otra mujer ahí. Todas las cosas que van haciendo desde la medicina es a favor de que pueda salir ese bebé lo antes posible, sin ningún problema. Todo eso hace que la mujer tenga que parir con dolor, incluso la postura, centrada para que los médicos puedan estar cómodos, haciendo el seguimiento. No importa la mujer, importa que el parto no le lleve mucho tiempo. Realmente te están robando el nacimiento de tu hije. Te sacan ese momento de comunión entre tu cuerpo y el de tu hije para que decida salir y dar su primer respiro de vida. Esto fue hace veinte años, para mí fue re difícil poder decirle a mi familia, a los médicos para que tengan en cuenta y respeten mi deseo. Fue muy difícil. Teníamos todo en contra. Nacer no es una enfermedad, pero te tratan como si estuvieras enferma. Llegamos a ese momento muchas veces sin herramientas, nadie te dice cosas fundamentales, nace el bebé, te lo llevan, muchas veces te quedás sola, hay muchos relatos de mucha violencia.

Anterior

La complejidades del acuerdo con el FMI

Próxima

Agrotóxico, megaminería y “fracking”: Fernández blanqueó la agenda 2022