Fotografía extraída de la Obra “Los 10 Mandamientos de la Violencia Ginecobstétrica y Neonatal” . Fotógrafas: Evangelina Spoto y Camila Lavandeira
9 de cada 10 partos sufren algún tipo de vulneración a la hora de parir en la Argentina, según informó el Observatorio de Violencia Obstétrica Argentina. Hoy se realiza la primera marcha contra la violencia ginecobstétrica y neonatal en nuestro país. Más de 40 organizaciones formaron parte de la convocatoria que nos invita a sumarnos a la marea roja. “Llegamos al momento de parir totalmente violentadas en la mayor parte de los casos, esperando que se nos hagan los partos, sin saber que podemos parir, que tenemos esa potencialidad. Salimos a las calles porque estamos hartas de que nos vulneren, nos violen. Nos llegan cada vez más relatos de situaciones así. Hay una gran crisis a nivel nacional y mundial porque nos están violando, torturando y mutilando a la hora de parir. Elegimos este día porque desde el poder legislativo se juntan a sesionar, y tenemos varios proyectos relacionados con la temática que queremos que se avancen”, sostuvo Florencia Kot, integrante de la Campaña nacional contra la violencia obstétrica Mi parto, Mi decisión y fundadora de Matriar, ONG dedicada a implementar políticas públicas de derechos sexuales y reproductivos.
Por Florencia Da Silva
En diálogo con Sudestada, Kot habló sobre la situación de la violencia ginecobstétrica en la actualidad y los casos que se repiten. “Se siguen haciendo episiotomías por protocolo, que son las mutilaciones en las vulvas. Se sigue usando la maniobra de Kristeller, que está desaconsejada por trabajos científicos ya que pueden afectar a los bebés. Cada vez nos está costando más que las embarazadas puedan estar acompañadas por las personas que desean, que puedan parir en la posición que desean. Esto es moneda corriente en todos los hospitales públicos y privados del país. Yo por ejemplo vivo en San Luis y tenemos la situación que hasta tenemos persecución institucional a los partos domiciliarios. Si vas al hospital, te haces el seguimiento pero no te presentas en tu fecha de parto, va la policía a buscarte a tu casa a preguntarte por qué no fuiste al hospital a parir”.
Hay muchas violencias que están invisibilizadas y que por la falta de información pueden pasar desapercibidas. “Algo común son los tactos. Entra cualquiera y mete la mano en la vulva. Para hacer eso, te tienen que pedir permiso, no es necesario hacer 10 millones de tactos. Después están las episiotomías, que te avisan con una vez que te la hicieron, en muchos casos sienten un pinchazo y les dicen ‘te hice un tajito’. Esto te lo tienen que avisar antes. Estos maltratos están construidos tan perfectos que no los registramos como tales. Una de las situaciones que más me conmovió en estos últimos meses de militancia fue en el Encuentro Plurinacional de Mujeres. Estuve en la en la mesa de violencia obstétrica y tomó la palabra una médica que dijo algo que me conmovió hasta la médula, dijo: ‘hola soy una violenta en recuperación’. Me pareció fantástico que ella pueda reconocerse como violenta. Ellos aplican lo que aprendieron, también son víctimas de un sistema violento”.
En la convocatoria a la movilización, y dentro del activismo, también se habla de la violencia neonatal. Sobre esto, la fundadora de Matriar expresó: ”Hay un montón de protocolos que se aplican a los bebés. Lo primero es el corte temprano de cordón umbilical. Se recomienda, para que el bebé le llegue todo lo que necesita y que sea más saludable, es que se haga un corte tardío del cordón, que pare de latir antes de cortarlo. Eso por protocolo se corta apenas sale de la panza. Después, en muchos casos, se los lleva para limpiarlos, antes se les ponía una sonda por el ano para sacarles todo el meconio -ya no se hace más esto- y después se le suele aplicar unas gotas en los ojos. Para todas estas intervenciones lo que se recomienda es que apenas sale del vientre, y si está saludable, es que tenga contacto piel con piel, porque eso despierta un montón de procesos que son necesarios. El hecho de que se lleven a los bebés y los separen de las madres es una violencia total. Son necesarias teóricamente, pero que podrían hacerse una hora después, no de inmediato. Eso responde a los tiempos del sistema médico y al de las necesidades de la persona que acaba de parir y de su bebé. Eso es lo que tenemos que cambiar, el ángulo de quién es el protagonista del momento”.
Por otra parte, la integrante de la Campaña nacional contra la violencia obstétrica Mi parto, Mi decisión contó los proyectos de Ley creados para combatir esta problemática. Desde la campaña Mi parto Mi decisión, el año pasado elaboraron un proyecto de ley que pide la formación obligatoria del personal de salud en los parámetros de la Ley de Parto Humanizado. “Inspiradas en la en la Ley Micaela lo que queremos es que todo el personal de salud conozca esta ley porque no se implementa, a pesar de haber sido votada hace casi 20 años. En la mayoría de los partos no se aplican estos parámetros y la mayor parte de la población no sabe que tenemos estos derechos. Estamos combatiendo desde todos los ángulos, desde desde el activismo, desde legislaciones y también trabajando con embarazadas. También acompañamos a quienes sufrieron violencia obstétrica y elaboramos un documento que explica todas las opciones que tenés hoy por hoy a la hora de denunciar en Argentina. Estamos recomendando la defensoría del pueblo de la Nación porque son los que más mejor están respondiendo”, sostuvo. Y agregó: “El otro día Violeta Osorio sacó un un posteo que decía ‘el parto humanizado no existe en la Argentina’. Sucede eso, solo quienes pagan tienen acceso al parto respetado, y a veces pagando y personalizando con determinados profesionales ni siquiera te garantizás que no te vulneren a la hora de parir. Queremos sanciones reales a quienes vulneran los derechos a la hora de parir”.
También hay un proyecto impulsado por parteras, que busca que se otorgue mayor autonomía a la hora de ejercer. Además, está el proyecto de ley “Casas de partos y nacimientos” establecer un marco regulatorio general para el funcionamiento de Casas de Partos y Nacimientos en todo el territorio nacional. “La idea es generar espacios donde se puedan desarrollar los partos de manera fisiológica sin apurarnos. Ayudaría mucho que podamos parir de manera respetada”, recalcó la fundadora de Matriar. Por otro lado, las puericultoras también exigen una reglamentación que las visibilice y para establecer su trabajo como actividad independiente o bajo relación de dependencia.