Amenazan hostigan e intimidan a los abogados de la familia de Facundo Castro, desaparecido y asesinado por la policía en democracia.
Por: Revista Sudestada
Mientras sigue bancada por la cadena de encubrimiento y mentiras con Sergio Berni a la cabeza, la Bonaerense es la dueña de las calles en Villarino y se maneja con absoluta impunidad. La misma policía que desapareció y asesinó a Facundo Castro, ahora también amenaza e intimida a los abogados de la familia.
El domingo, Cristina Castro subió a sus redes una foto de un patrullero, “custodiando” la casa de Luciano Peretto, uno de sus abogados: “Muy harta de tanto acoso. Les gusta perseguirnos, pararse en nuestras entradas. No saben que no tenemos miedo. Hoy le tocó a Luciano, mi abogado. La Bonaerense esperando que salga de su casa. Seguiremos denunciando”.
Esta mañana les llegó una carta documento firmada por el comisario Miguel Ángel Reynoso, donde intima a los abogados a abstenerse de “realizar actos o expresiones que resulten ofensivas o agraviantes para los integrantes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires”. Leandro Aparicio, el otro abogado, subió a sus redes la siguiente respuesta: “Uno no quisiera terminar en un cementerio clandestino de la bonaerense acompañada de cadáveres sin identificar como Facundo.
Ni ser empalado como Natalia Mellman, ni asesinado y desaparecido por negarse a robar como Luciano Arruga ni desaparecido en una comisaria como Miguel Bru. Ni que les pase nada a sus familiares queridos. Pero en el último lugar en el que les podría temer seria en este contexto. No voy a gastar 500 pesos ni perder media hora en ir al correo para explicarle a este sorongo los alcances del fallo Kimel. Sigamos con lo importante que es meter presos a los que asesinaron y desaparecieron a Facundo”.Todo muy normal.
La Bonaerense, supuestamente apartada de la investigación, te estaciona un patrullero en la puerta y te manda cartas documentos para imponer el silencio. Queda claro que sin garantía de impunidad, no sería posible este tipo de comportamiento mafioso. El encubrimiento sigue en pie, pero la verdad también se acerca.
