Marea Verde: El derecho a decidir

Imagen de Marea Verde

“Me voy a operar. Me voy a hacer ‘eso’. No existía la palabra aborto, pero todas abortaban”. Con esta frase comienza el documental que aborda la lucha del movimiento feminista por el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito. Y es justamente a través de la palabra, antes silenciada, que “Marea Verde” hilará diversas historias.

Por Carolina Fabrizio

La película de Ángel Giovanni Hoyos no sólo relata el camino por el acceso a la IVE en Argentina, también pone en discusión el régimen de la heteronorma y de la maternidad obligatoria. Cuestiona el tutelaje que ejerció durante siglos el patriarcado sobre los cuerpos de las personas con capacidad de gestar. 
Uno de los mitos que intenta derribar el documental es el que sostiene que las feministas están en contra de la maternidad. “Yo no le impongo al otro. Un hijo no es algo banal. Cambia la vida, el futuro. A las mujeres cuando parimos un hijo nos cambia la vida. ¿Qué otro ejemplo tenemos de que a un ser humano se le obligue de tal modo a una conducta?” se pregunta Nelly Minyeski, abogada. Lo que se planteó desde el principio no era si habría más o menos abortos. Lo que siempre estuvo en juego fue la lucha por el aborto legal, que frenaría las muertes fruto de las prácticas clandestinas. 

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En el documental hay relatos crudos, viscerales, casi imposibles de escuchar. Como el de Stella Manzano, tocoginecóloga y feminista, que cuenta una escena violenta de legrado. En “Marea Verde”, Stella narra una situación que tuvo que presenciar cuando daba sus primeros pasos en la medicina. Una mujer se había acercado al hospital, solicitando asistencia debido a la pérdida de un embarazo. Los médicos realizaron el procedimiento del legrado; sin embargo, se negaron a ponerle anestesia. Ataron a la paciente de pies y manos para que no estorbara durante la operación e hicieron oídos sordos a los terribles gritos. Cuando Stella, indignada, preguntó por qué no le habían aplicado anestesia a la mujer, la respuesta fue: “porque si lo hacemos, todas van a venir a que les terminemos el trabajo”.

Imagen de Marea Verde

Frente a la violencia patriarcal, frente al machismo, frente a la clandestinidad, este largometraje propone hacer circular la palabra. En “Marea Verde” la palabra articula, mueve, teje redes. Se nos plantea un marco colectivo en el que cada una mantiene su individualidad. El documental toma el ejemplo del ENM (Encuentro Nacional de Mujeres). Allí, ninguna “habla por todas”. Cada mujer tiene su propia voz. 
Ese efecto se ve muy bien reflejado en ciertas decisiones técnicas de la película. No existe una voz en off. No hay un narrador omnisciente, una tercera persona, que posea el saber y relate los hechos. La historia se va tejiendo a través de la palabra de las distintas mujeres que brindan su testimonio.
El colectivo feminista se ha constituido como un movimiento transversal, internacional, profundamente diverso. Por eso tomamos como bandera la lucha de todas. Sabemos que existen diferencias, discrepancias. Lejos de ser una debilidad, allí reside nuestra mayor fortaleza. Encontramos la unión en nuestra desesperanza y también en nuestra resistencia. Por eso cuadran tan bien las frases que acompañan los títulos finales: “seremos primavera / que no haya sido en vano el dolor”.

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