Un cuadro con la foto del disco “Artaud” de Luis Alberto Spinetta fue la inspiración de Leonardo Gollo para realizar una guitarra con la foto de tapa. La imagen, elaborada para el disco de Pescado rabioso, fue la fuente para alcanzar el sueño de Leo de crear una viola con los mismos colores y la misma forma del emblemático disco que marcó la historia del Rock nacional. En diálogo con Sudestada, nos contó sobre esta idea y el proceso creativo de este instrumento que terminó siendo un homenaje al Flaco Spinetta.
Por Editorial Sudestada
Queríamos que nos cuentes un poco de vos, Leonardo… ¿Cuál es tu conexión con la Luthería?
Mi medio de vida es fabricar, de forma artesanal, artículos de cuero. Empecé hace muchos años, y desde en el último tiempo me dediqué principalmente a hacer correas para guitarras y bajos, fundas y otros accesorios para músicos. Fue mi manera de unir mi pasión con la música y con mi trabajo. La luthería es un hobby. Hice un primer instrumento en un taller de luthería, y esta guitarra la hice completamente en mi casa. Me llevó bastante tiempo porque no tengo tantas herramientas específicas de la luthería y me arreglé con lo que tenía. Y después hice la correa y la funda haciendo juego y a medida de la guitarra, porque con la guitarra pasa algo similar a lo que ocurría cuando había salido el disco. En su momento todos los disqueros se quejaban porque no entraban en las bateas, se arruinaban las puntas, asique fue disruptivo desde su formato ese disco. Entonces me pasó eso, que no entraba en ninguna de las fundas que hago, así que le hice una a medida”
¿Qué te inspiró a hacer la guitarra a partir del disco “Artaud” del flaco?
Yo creo que la idea de hacer la guitarra en sí, me inspiró el amor por Luis, por su obra que siempre está presente. En mi casa tengo en un cuadrito la tapa del disco y un día sentado en el sillón mirando el cuadro, vi literalmente el cuerpo de una guitarra ahí. Si vos la ves con esos ojos te das cuenta que es perfecta para hacer una guitarra (de hecho tiene una sola parte curva que es justo por donde pasa el brazo, tiene el espacio perfecto para pasar los micrófonos, la unión con el mango y demás). De hecho, no hace mucho, tuve la oportunidad de mostrársela a Gustavo Spinetta y el me dijo: “yo no sé si en algún momento Luis, no tomó alguna idea de algún modelo de guitarra”. Tal vez hasta no sea una idea mía. Ya estaba implícito en aquel diseño original el cuerpo de alguna guitarra. En ese momento tuve ganas de hacerla. Eso fue como hace 7 u ocho años más o menos así que empecé comprando los materiales. Compré las maderas, después los micrófonos y por mucho tiempo estuvieron ahí y no encontraba el tiempo de empezar a hacerla hasta que empezó la pandemia. Y pensé que era el momento de empezar la guitarra. Me dediqué casi todos los días un rato a trabajar en eso y avancé muchísimo.
¿Qué pasó cuando terminaste?
Hace varios años que le hago las correas y fundas a Javier Malosetti. Él está al tanto de este proyecto, se copó desde el primer momento y le prometí que iba a ser el primero en usarla. Así que cuando la terminé se la llevé y lo primero armonioso y melodioso que sonó en esa guitarra fue “Las habladurías del mundo” en las manos de Malossetti. No puedo pedir más, fue un sueño ese momento. También era muy importante para mí poder mostrársela a Gustavo Spinetta, que de hecho el hasta tocó en en ese disco la batería en algunos temas, y fue muy generoso conmigo. Me recibió en su casa, estaba Ana, y tuve la oportunidad de mostrársela, de contarle la historia. Él me decía “mirá, en este ambiente, acá donde estamos charlando, ensayó Almendra, Pescado, Invisible”. Para mí fue muy emocionante compartirlo con él y que la guitarra esté en ese ámbito. Un poco del amor que está puesto en la guitarra le llegó a Luisito de algún modo.
Si bien la guitarra la hice para mí y no está a la venta, mi deseo es poder compartirla con todos aquellos músicos que tengan interés en usarla y que amen a Luis y a su obra.
