Pelotudo

Por: Zuleika Esnal

1983. Mucha democracia mucha democracia pero a mí me acaban de cagar a pedos. Ahora resulta que “pelotudo” es mala palabra. No la puedo decir nunca más, me sacaron los sánguches de miga y encima le tengo que ir a pedir perdón al pelotudo que además de pelotudo es un buchón y fue a contarle a la mamá que “Zuleika me dijo pelotudo”. Metete tu cumpleaños de mierda en el fondo del ojete.
Te comento que en un rato me vienen a buscar y en mi casa hay asado, forro. Con mollejas y todo. Y que cuando dentro de muchos años me agregués al Facebook con la excusa de la primaria para ver si tenés suerte y la podes poner un poco, me vas a seguir pareciendo un pelotudo. Andá. Andá a contarle a tu mamá.
Dejame decirte que ni bien lleguemos a casa, como faltan décadas para que siquiera empecemos a hablar de patriarcado y me lo estoy fumando entero (dejá que crezca), Susana le va a pedir a Pepe que sea él el que me rete. Que me diga algo.
Efectivamente, Pepe me va a retar y me va a poner en penitencia. Pero después me verá triste en un rincón, pero no triste de cuando te mandaste una cagada, triste de cuando algo te parece injusto y me va a llamar y me va a preguntar al oído qué pasó. Y yo me voy a poner a llorar y le voy a decir que te estabas riendo de una compañera porque tenía un agujero en la zapatilla y otro en el pulóver que era “de varón” y le quedaba chico. Y mi papá me dirá te quiero mucho y yo habré entendido todo.
Mientras a vos te enseñaron en tu casa a reírte del que no tiene y no puede, en la mía me abrazaban por combatir a los pelotudos como vos.

(*) Es activista feminista, su último libro es Bitácora de un grito.

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